Los terribles desastres que han afectado nuestro país en las últimas semanas nos han puesto frente en una coyuntura crítica, por un lado uno material que es importante y por otro de confianza de las autoridades que es trascendental.
Por un lado la destrucción de poblados y zonas productivas es una prioridad que debe ser abordada con eficiencia, rapidez y adaptación a las nuevas circunstancias, no es posible reconstruir sin tomar en cuenta las múltiples amenazas geográficas y naturales que quedaron en evidencia, se debe tener en cuenta la realidad del terreno y la dignidad de los habitantes.
También debemos reconstruir la confianza entre los habitantes y las autoridades políticas, estos últimos que teniendo poder de decisión no han sido capaces de tomar las medidas adecuadas en los momentos precisos. Muchas veces mostrando dudas ante las circunstancias y no ejerciendo sus capacidades en forma oportuna, no tan solo por falta de pericia técnica, sino muchas veces por temores infundados a mantener apariencia frente a las encuestas o proteger una infundada imagen política.
Es claro que en nuestro país hay un quiebre de confianza, lo cual, queramos o no afecta a las bases del sistema republicano, cuestionando el rol del gobierno y distintas autoridades. Los habitantes de nuestro país han tenido claridad en la falta de comunicación en la toma de decisiones y de qué manera, a pesar de existir iniciativas en el congreso, no se ha tratado con altura de miras ni con urgencias legislativas que entrega el gobierno de turno, la ley que reforma la ONEMI, el carácter público de CONAF y la regulación de arboledas de alta capacidad de combustión en zonas aledañas a lugares urbanos.
Francisco Chahuan Chahuan
Senador de la República