Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso

"El casino está hecho para ganar siempre", dice un viejo dicho, muy común entre los casineros más experimentados. A pesar de lo anterior recibe en sus salones, cada día, a miles de personas, dispuestas algunas a pasar un rato agradable, mientras que otras, sólo quieren jugarse una parte de su sueldo.

Para Mónica Erazo la cosa fue totalmente distinta. Podríamos decir que esta santiaguina le dio una vuelta de tuerca a la historia de los casinos, el día en que se adjudicó uno de los mayores premios que ha entregado Enjoy, desde que se hiciera cargo del Casino Municipal de Viña del mar, en el 2000.

El premio que se llevó es -ponga atención-: un lujoso departamento, ubicado en el centro de la Ciudad Jardín, cuyo valor se acerca a los ochenta millones de pesos.

Sólo dos lucas

El pasado lunes 13 de febrero, Mónica Erazo llegó al casino de Viña del Mar en compañía de unas amigas, con la idea de escuchar al cantante nacional Miguelo, y perderse un rato de ese Santiago agitado y tumultuoso. Una vez terminado el espectáculo, fue a probar suerte en las máquinas tragamonedas. "Si uno no viene a jugar para hacerse rica, viene a recuperar una parte de todo lo que ha perdido", sostuvo.

Según cuenta, sus máquinas favoritas son las de Michael Jackson y aunque el rey del pop sea en el mundo un símbolo de riqueza, la verdad es que los tragamonedas que funcionan en su honor, no le han dado muchas satisfacciones. "Esos no pagan nada. Te comen y te comen y te comen la plata y te quedas ahí, con los brazos cruzados", cuenta Erazo.

De ahí que decidiera ir a probar suerte a las "Pirámides", unas máquinas que atraían todas las miradas del público, ya que ofrecían un departamento entre las personas que se arriesgaban con la apuesta máxima. "Tenía toda la fe de que me lo ganaría", indicó.

Desde siempre los tragamonedas han prometido ostentosos premios y grandes sumas de dinero, que se han entregado en contadas ocasiones, pues la gente sabe que sólo son lindas utopías.

Para Mónica Erazo la utopía se cumplió. Luego de apostar sólo dos mil pesos en las pirámides, la máquina quedó bloqueada. "Creí que la había echado a perder, así que pensé incluso en devolverme con mis amigas", contó.

De la máquina comenzó a sonar el tema Happy, de Pharrell Williams. "Eran como las tres de la mañana cuando supe que había ganado algo. Siempre que escucho esa canción pasan cosas buenas, como cuando mi nieto me la canta. Ese es para mí uno de los momentos de mayor felicidad", agregó. La mejor parte llegó cuando Mónica Erazo supo al fin lo que había ganado: un departamento de 3.000 UF, cerca de ochenta millones de pesos, ubicado en Cuatro Norte con Cuatro Oriente, a un costado de la plaza Rioja, en pleno centro de Viña del Mar.

En plena ceremonia de premiación, la felicidad cubría los rostros no sólo de la ganadora, sino que también de los representantes de la inmobiliaria y del gerente del Enjoy Viña del Mar, Vicente Figueroa. Este último narró los detalles del sistema que se utilizó a la hora de sortear el anhelado departamento. "Son varias máquinas que están jugando al azar, por un premio ¿Cuándo sale? Lo desconocemos. Nosotros fijamos unos parámetros y nadie sabe cuándo y a qué hora va a salir. Mientras estás jugando, el tragamonedas se bloquea y, en pantalla, aparece un mensaje que te pide llamar al operador. Señora usted se ganó el premio, le contamos. Y después viene la locura", expresó.

Departamento de lujo

Go Boulevard es el nombre del edificio que hospedará a Mónica Erazo, cuando decida llegar a Viña a pasar los fines de semana.

El proyecto forma parte de un consorcio inmobiliario formado por Bravo-Izquierdo y Argenta. Mauricio Vidal, su representante, aseveró que el edificio está completamente equipado y que cuenta con una centralidad envidiable, cercana a cualquiera de los servicios fundamentales para una familia. Mónica Erazo, en cambio, aseguró que continuará viviendo en Santiago, aún cuando el calor capitalino sea insoportable.

El departamento lo dejará para la satisfacción de sus tres hijos. "Cada vez que mi nieto me cante Happy Birthday, me acordaré de ese momento en el que por fin pude ganarle al casino", concluyó.