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La delirante historia de la "casa embrujada" en Puerto Montt

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Un sorpresivo llamado recibió la Sexta Comisaría de Carabineros de Alerce, en Puerto Montt, la noche del domingo.

Una familia de la Villa Fe y Esperanza de la ciudad sureña contactó a la policía acusando extraños "amagos de incendio" y "fenómenos paranormales".

Hasta el lugar llegó el cabo segundo Boris Olavarría, quien, tras una inspección del inmueble ubicado en la calle Esperanza, aseguró que lo que vió dentro de la casa se trataba de algo "totalmente paranormal".

"Al ingresar, pudimos percatarnos que, de forma sorpresiva, caían especies desde el entretecho. Cuando iba saliendo de la puerta, un cuchillo de unos 15 centímetros pasó rozándome la espalda", señaló Olavarría, a un reportero del sitio Puerto Montt informa.

El carabinero agregó que, mientras se encontraba dentro de la casa, invocó al diablo, "tratando de decirle que se retire de lugar". Algo que, según él, no dio frutos.

María Urra, una de las integrantes de la familia afectada, declaró que esto se trata de "algo inexplicable". Actualmente, la familia, conformada por un matrimonio y un hijo, se trasladó hacia una sede social de Alerce.

Polémica por creciente cementerio de juguetes

Deudos alegan que les sacan sus bártulos para botarlos a un costado del camposanto. En el lugar explican que es por sanidad.
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Carla Olivares Rojas

La señora Mónica González y sus hijas visitan sagradamente la tumba de su esposo y padre respectivamente cada domingo en el cementerio Parque Los Pensamientos ubicado en Santa Julia, en Viña del Mar.

Don Héctor Alfaro falleció hace un año y seis meses aproximadamente y desde entonces que ellas se esmeran por mantener su lápida lo más linda, florida y ordenada posible, sin embargo, una situación que califican como una burla es la que les ocurrió este fin de semana.

Según relata la mujer, el pasado miércoles concurrieron al cementerio por el día de los enamorados y dejaron algunos remolinos y un gran y hermoso ramo de flores para su esposo, sin embargo, el domingo cuando regresaron, no había nada.

"La tumba de mi esposo estaba vacía, le habían sacado sus remolinos, sus mariposas y sus pajaritos. Nosotros vemos todos los domingos que la gente con harto esfuerzo y cariño le compra a sus deudos cosas hermosas para colocar y las sacan. Yo ayer fui a la administración a hablar y me explicaron que los adornos se los robaba una señora con dos niños y que después los revendían afuera", relató la señora Mónica.

Cementerio de juguetes

Las mujeres quedaron "algo" tranquilas con la respuesta, pero no entendían cómo, si sabían quien robaba, no les prohibían el ingreso al camposanto.

"Me dijeron que no les decían nada por pena y cuando salgo de la oficina, otra señora que también estaba reclamando me dice que fuera a mirar a un costado del cementerio y ahí estaba todo", señaló la señora Mónica.

Juguetes que les dejan a los bebés y niños, remolinos, flores, tarjetas y todo lo que dejan los deudos para sus fallecidos estaban ahí, arrumados en un microbasural, algo que le dolió en el alma a la señora Mónica y a sus hijas.

"Siento que juegan con el dolor ajeno, uno se esmera por tener lindo y a ellos les da lo mismo el dolor y no lo hacen por limpiar o cortar el pasto, porque si usted va cada domingo al cementerio, se va a dar cuenta cómo somos los propios deudos los que cortamos el pasto y limpiamos. Nosotros pagamos por una mantención que no se hace entonces, ¿para qué sacan nuestros recuerdos y juegan con nuestro dolor?", se pregustó desconsolada la mujer.

Una de sus hijas grabó el hallazgo y subió a las redes sociales el material donde muestran cada juguete y cada remolino botado, en el olvido.