Grupo que vive frente a la muni tiene hartos a los vecinos
Se acomodaron en el bandejón central de la avenida Argentina. De día limpian parabrisas y de noche se ponen a carretear. Algunos hasta hacen sus necesidades ahí mismo.
Algunas veces pueden ser hasta 15 personas las que se reúnen en el bandejón central de la avenida Argentina, entre la municipalidad y el colegio Juana Ross: el grupo está instalado ahí con perros, camas y petacas. Si hasta un tendedero de la ropa había ayer en medio del pasto. Según quienes los ven a diario, pasan la noche compartiendo comida y alcohol y durante el día se dedican a limpiar parabrisas para obtener un poco de dinero para sobrevivir.
Han sido varias las denuncias que han llegado a La Estrella de personas preocupadas por esta situación. Por las malas condiciones en que viven estas personas -muchas de ellas alcoholizadas- y porque afectan el barrio.
Una funcionaria municipal, que prefirió no identificarse, contó que estas personas están tan alienadas que no tienen ningún empacho en hacer sus necesidades ahí mismo y a plena luz del día. "Ya no sabemos qué hacer. Entran acá a pedir agua y no se la vamos a negar, pero pasan y te dicen cualquier tontera. Además el espectáculo que dan es tan triste y ésta es la cara con que recibimos a las personas que llegan a la ciudad", reflexionó.
Un colega de esta trabajadora difiere un poco y dice que son respetuosos cuando usan el baño público del edificio y que dejan todo limpio. "Son alcohólicos. Los sacan y vuelven otra vez", advierte.
Durante la mañana de ayer había sólo una persona durmiendo en el lugar. Pero en el espacio se pueden observar colchones, frazadas, sillas y distintos bultos escondidos en las ramas de los árboles y alrededores.
Situación compleja
Gabriela Campos es dueña del Emporio Colón, ubicado en la esquina de Colón con avenida Argentina y a diario tiene que lidiar con ellos porque se ponen afuera de su negocio a limpiar los parabrisas de los autos que por ahí pasan.
"Es difícil porque son personas alcohólicas que no quieren dejar la calle. Nosotros hemos llamado a Carabineros y se los llevan, pero después vuelven. A veces se ponen en toda la entrada de mi negocio y la gente no se atreve a entrar porque les da miedo", cuenta Campos.
Pero lo que más complica a esta comerciante es que estas personas se instalaron en un sector donde hay muchos establecimientos educacionales. Justo al frente está el mencionado colegio Juana Ross, más arriba el Seminario San Rafael y a lo largo de avenida Argentina, son varios más.
"Uno pasa temprano por ahí con los niños y tienen que ver esto y muchas veces escuchan cosa que no deberían. Hace unos días estaba mi hija en el negocio y dos de estas personas estaban conversando de drogas y alcohol en la puerta del negocio. Les dije que por favor se fueran a hablar a otro lado, me dijeron 'cuática' y se pusieron irrespetuosos", lamentó Gabriela Campos.
En diagonal a la "casa" de este grupo de personas, hay un conjunto habitacional de Empart, uno de los más tradicionales de Valparaíso. Desde las ventanas se puede ver todo lo que estas personas hacen. Según comentó uno de los conserjes le tienen prohibido convidarles agua, pero siempre se las arreglan y siguen en lo suyo.
Marisol González, también vecina del sector, comentó que "resulta impresentable que en la puerta de entrada de la ciudad, frente a la casa de gobierno local y a uno o dos metros de donde circulan muchas personas a pie y en auto, se instalaran a vivir estas personas en situación de calle, no sólo porque están todo el día acostados y tomando alcohol, sino porque ya está todo sucio y hacen sus necesidades biológicas a vista y paciencia de todos".
En ese mismo sector, cada mañana se instala carabineros de tránsito, lo que no tiene ningún efecto en este grupo.