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Músicos cuentan la firme sobre la realidad actual de la denominada capital del rock

A propósito de la nueva versión del REC, el festival rockero más grande de Chile, y el protagonismo en la escena musical de Concepción. Opinan músicos históricos y actuales.
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Alfonso Levet

El panorama del rock penquista goza de un momento en el que abundan las bandas nuevas con ganas de darse a conocer, pero persisten las dificultades para conseguirlo.

Tras varios años dedicado de lleno al estudio y producción de jazz en Nueva York, el batero Pancho Molina está de vuelta en Concepción o, al menos, disfrutando de estadías más largas que le han permitido conocer el presente de la escena penquista.

La visión de Molina es optimista, pero no desconoce las dificultades que persisten a lo largo de los años. "Hay mucho más de lo que se ofrecía en los 80, pero al mismo tiempo ha sido una carrera bastante larga, ha sido un desarrollo bien lento, relacionado con el desarrollo musical o cultural del país en todo caso, pero lento al fin", comenta entre ensayos con músicos locales, entre ellos Jorge Raby, uno de los que estará este fin de semana en el festival REC, Rock en Concepción.

El baterista explica que la forma de trabajo que tienen las bandas ha evolucionado con el tiempo y, para bien o para mal "el sistema de hacer música ha cambiado demasiado y hay muchas más posibilidades, eso hace que todo se disperse mucho más. Ahí estamos con un déficit grande de saber cómo encauzar a quienes podrían estar atentos a lo que se produce en Concepción".

Uno de los que lleva bastante tiempo atento a las nuevas bandas es Mauricio Melo, contemporáneo de Pancho Molina y parte del equipo que da vida a REC.

"Esto está más prendido que nunca, hay una cantidad de bandas impresionante; en mi programa de radio invito a tres bandas todos los miércoles y ya vamos en el capítulo 170. Obvio que alguna se repite, pero es cosa de hacer el cálculo", comenta uno de los íconos del rock penquista en bandas como Santos Dumont y Emociones Clandestinas.

El músico dice que hay que saber identificar a los que tienen potencial, pero "siguen apareciendo bandas jóvenes muy talentosas y haciendo un trabajo muy interesante, siempre hay alguien nuevo".

Melo explica que siempre está atento a nuevas propuestas, aunque le ha pasado que alguna banda le envíe un demo muy interesante y a la hora de escucharlos en directo son un desastre.

Dice que por eso se estableció para sí mismo un parámetro: "Lo mejor es verlos en vivo, de repente te llevas gratas sorpresas con bandas que no pescas mucho y cuando los ves en vivo te das cuenta que son muy buenos; así que para llevarlos a la radio les pido un registro".

Sobre las posibilidades de los nuevos músicos, Melo dice que "soy de una época en que no había nada, con suerte había un pub y si querías tocar tenías que autogestionar todo, partiendo por los permisos, luchar contra los prejuicios, conseguir amplificación, pegar afiches, todo".

Mejores escenarios

Yogui Alvarado, líder de Emociones Clandestinas, concuerda en que hay más escenarios, pero tiene matices.

"Hay más espacios que en tiempos pasados, sin embargo para la cantidad de bandas que hay se hacen pocos, porque aún no hay un real circuito", asegura Alvarado.

El guitarrista y cantante ícono del rock penquista cree que los exponentes de un rock más duro la tienen aún más difícil, porque sólo algunos locales los consideran a la hora de invitarlos a tocar.

Según Yogui, entre lo positivo se cuenta que las audiencias siempre están ávidas de nuevos sonidos y experiencias, pero en general los espacios disponibles no están todo lo bien preparados que se quisiera.

Entre las falencias, cuenta que "son espacios pequeños con infraestructura técnica bastante limitada, por no decir nula, lo que dificulta el trabajo de las bandas. Las salas no tienen su ficha técnica para que suenen bien las bandas; en eso los espacios locales están fallando".

De acuerdo con ello se muestra Matías Pereira, de Niño Cohete, banda que por estos días está preparando sus shows de despedida en Concepción y Santiago tras la salida de su vocalista, Pablo Álvarez.

Sostiene el guitarrista que "falta inversión para tener mejores condiciones técnicas y también faltan profesionales. Todavía en Conce no se trabaja tan profesionalmente".