Madre del joven animalista: "Quiero justicia para mi hijo"
Con tocata punk era despedido hoy en el cementerio N° 3 de Playa Ancha.
Su inconmensurable amor por los animales es la cualidad que más destacan los familiares del joven asesinado este fin de semana en la plaza Aníbal Pinto.
En su hogar de la calle Julio Verne de cerro Barón ayer se realizó el velatorio de Camilo Ignacio Navea del Canto, 19 años, que la madrugada del sábado recibió una mortal estocada en el tórax de parte del vendedor de sopaipillas Alex Bravo Verdejo, de 33. Cuando defendió a un perro vago, el estudiante encontró la muerte.
Destrozada por la pérdida de uno de su hijos estaba ayer Glenda del Canto, quien accedió a hablar con La Estrella sobre este doloroso episodio. "Quiero justicia para él, era estudiante y defensor de los animales... de los perritos. Esto no puede quedar así porque él no le hacía daño a nadie. Era muy buen hijo", comentó abrumada por el dolor. "Era un niño bueno, tranquilo, trabajador y estudioso. Acá en el barrio todos lo querían", acota su tía madrina Sofía Navea.
La familia está molesta porque han opinado muchas personas, sobre todo en las redes sociales, con un evidente prejuicio hacia la tendencia punk que profesaba Camilo. Niegan que ese día haya estado "macheteando" porque aseguran sus padres le proveían todo lo necesario. "El había cambiado, por voluntad propia se había internado en un hospital para cambiar su estilo de vida y ahora estaba estudiando. Estuvo en ese grupo y dejó amigos a los que iba a visitar, pero ya no era el de antes", asevera su tío Juan López.
También lamentan que el autor del crimen estuviera en libertad, cuando era buscado por la justicia por un delito pendiente (robo en lugar no habitado). Quizás si lo hubieran arrestado antes su pariente estaría aun con vida.
Glenda tiene dudas respecto de que el imputado reciba una sanción elevada por el asesinato. Esperan que las diligencias de la PDI y la Fiscalía durante el proceso de investigación, entre ellas la revisión de las imágenes de las cámaras de vigilancia y seguridad, confirmen que se trató de un crimen artero, y que no fue una respuesta del comerciante a una supuesta agresión del animalista, como esbozó la defensa del inculpado.
A los sufrientes parientes del animalista les impactó que el imputado no expresara arrepentimiento alguno por su crimen durante la audiencia de formalización. "Mi hijo vestía así como los punks, se juntaba con sus amigos, pero no portaba armas. Iba en primer año de técnico veterinaria en el Duoc UC de Quillota. Bajaba caminando hasta el Jumbo a tomar el metro y después lo pasaba a buscar su padre para regresar a su casa", manifiesta entre lágrimas Glenda, que recuerda Camilo sufrió mucho la pérdida de su perro Chocolate, y ahora criaba a otro llamado Lucas. "Defendía a cualquier perrito de la calle, no le gustaba que les pegaran. Lo que hizo este tipo fue muy malo. Se merece la pena de muerte, ¡hasta yo sería capaz de matarlo!. Me quitó a mi hijo y nadie me lo va a devolver, y él queda vivo y después saldrá a vender sus estúpidas sopaipillas".
Este mediodía tras una misa en la iglesia del Sagrado Corazón de cerro Barón, el cortejo se trasladaba hasta el cementerio N° 3 de Playa Ancha. Allí, con la anuencia de la familia, será despedido con una tocata punk por parte de sus amigos. El Duoc UC, junto con lamentar la partida de su alumno, suspendió la inauguración del año académico que se realizaba hoy en el Centro de Extensión.