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Embarazada de 7 meses muere tras accidente vehicular en Peñablanca

Furgón en que regresaba a su hogar en Limache impactó con una micro, cuyo chofer huyó de la escena.
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Fabián San Martín D.

"Perdí a los dos amores de mi vida: mi pareja y nuestra hija que venía en camino", señala un shockeado Maikol González, sin asimilar que su mujer con 7 meses de embarazo se fue para siempre.

Como era habitual el sábado en la noche esperaba que María Elizabeth Ewertz Barra, de 20 años, regresara de su trabajo en una panadería en Peñablanca a su casa en Limache. Le llamó la atención que pasaba el tiempo y no aparecía. A los pocos minutos le comunicaron por teléfono que sufrió un grave accidente de tránsito. Pasadas las 22.00 horas, la joven iba de copiloto en un furgón marca Lifan de color blanco, que era conducido por su amigo Diego Cisternas Palma, de 28, el panadero del local comercial, también domiciliado en Limache. Se dirigían por la calle Manuel Montt cuando frente a un servicentro Copec en Peñablanca vino lo impensado. Impactaron por la trasera a una micro burdeo de la empresa TPG , matrícula YB6774. Hay versiones encontradas: se habla que la máquina hizo un viraje indebido sin señalizar para ingresar al servicentro, y otra dicen que el bus se incorporó de forma sorpresiva a la vía y vino la colisión. Lo cierto es que el micrero huyó y los ocupantes del furgón quedaron gravemente heridos. María, con 31 semanas de gestación, fue llevada al hospital de Peñablanca, decisión que para su madre Ruth Barra fue desacertada. "Con el impacto se le desprendió la placenta y perdieron tiempo valioso allí. Si la hubiesen llevado altiro a Quilpué hubiesen salvado a su hija. Una ecografía demostró que la guagua estaba fallecida". La joven sufrió un TEC, fracturas y hematomas múltiples. Perdió la vida en el centro asistencial. Diego, chofer del furgón, quedó grave y fue llevado al Gustavo Fricke donde ayer necesitaba dadores de sangre para mejorar su condición. Tras el accidente, el conductor del microbús TGP se fue y abandonó la máquina en calle Los Acacios de Villa Alemana. Carabineros de la Sexta Comisaría aún no lo identifica ni da con su paradero. "No se como puede haber gente sin corazón, no será padre o no tendrá madre que actuó así", señala Ruth Barra, madre de la joven que le daría su quinto nieto. María era melliza de un varón, y deja otros dos hermanos. Como el resto de la familia era fanática acérrima de la Universidad de Chile. Se tatuó en la espalda la insignia y seguía al equipo por Chile e incluso el extranjero. Maikol tampoco se explica que la policía no halle al responsable. Por la rabia del momento quiere tomar la justicia en su manos. "Me quitó a las dos mujeres que amaba. María era simpática, linda, una mujer ideal. Con mi guaguita que se iba a llamar Katherine Eliana todo iba bien. Habíamos comprado varias cositas y estábamos ahorrando plata porque íbamos a postular al subsidio para una casita". Llevaban 1 año y dos meses de relación. "Yo había dejado el liceo y ella me hizo estudiar. Ella había congelado su carrera de contadora auditora la que pensaba retomar después".

Hoy madre e hija eran entregadas a sus seres queridos, que la iban a velar en su domicilio y mañana tras a una ceremonia en una iglesia mormona local, serían llevadas a un cementerio aún indeterminado por la familia.