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El drama de Francisco Leyton, a 7 meses de ser atropellado

Sobrevivió a accidente ocurrido en calle Edwards el pasado 23 de septiembre, donde perdió la vida Nicole Bernales. Hoy se recupera junto a su mamá, quien está cesante.
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Claudia Carvajal R.

Luego de despertar del coma, una de las primeras preguntas que Francisco Leyton, de 15 años, le hizo a su mamá fue por qué su amiga del alma, Nicole, no había ido a verlo al hospital. El adolescente no tenía idea de que la tarde del 23 de septiembre, fecha en que ambos fueron atropellados en calle Edwards cuando iban a tomar el colectivo a casa, Nicole había perdido la vida en forma instantánea.

"Él me preguntó cuando estaba en la UCI y fue como si me hubieran sacado el alma. Yo no sabía qué hacer, no le podía decir. Pero en el hospital le dijeron y luego me preguntó de nuevo '¿es verdad o no? ¿se fue, cierto?'", recuerda Margarita Escobar, la mamá de Francisco, sentada en el comedor del departamento que ambos comparten en Placilla y donde han debido soportar tiempos difíciles, muy difíciles.

De a poco Francisco ha vuelto a caminar, pero todavía no puede estar solo; entonces ella dejó su trabajo como asesora del hogar para dedicarse a su hijo. Hoy sobrevive con la ayuda de familiares, amigos, vecinos y la comunidad del colegio Instituto Marítimo, donde Francisco cursa el segundo medio, pero desde su casa.

Proceso lento

A Francisco le cuesta hablar de lo que está viviendo: del día del accidente, de Nicole, de lo compleja que es la vida para él hoy, porque sin órtesis en cada una de sus piernas no puede pararse ni caminar.

"No sé cómo explicar (lo que me pasa) porque igual es difícil. No puedo ir al colegio todavía porque no me puedo subir a una micro, no estoy autorizado, pero sí voy a las terapias. Me fracturé las dos piernas y se me cortaron los nervios, en especial el nervio ciático, por eso mis pies quedaron sin fuerza", relata Francisco.

"Si le sacan las órtesis él no se puede mover para ningún lado, no tiene fuerzas en las piernas, quedan flácidas sin las correas, los pies se le caen", advierte Margarita, y Francisco agrega: "Una pierna quedó casi muerta, en la parte de abajo no tengo ningún tipo de sensibilidad".

El adolescente estuvo dos semanas en coma y dos meses internado en el hospital Carlos van Buren, donde fue sometido a varias operaciones. "A mí me indujeron el coma, por los dolores; estaba lleno de tubos, entonces no podía hablar. En un momento no sabían si estaba en coma o consciente", recuerda.

Además del problema en las piernas, quedó con secuelas en su clavícula derecha por una operación que no se pudo completar, lo que dejó su hombro derecho más adelante. "El hombro se sanó así y no se puede arreglar. Molesta mucho para dormir, si uno se carga, duele", reconoce.

Sobre aquel 23 de septiembre dice que recuerda lo ocurrido e insiste en que ellos cruzaron bien.

Problemas económicos

Luego del alta, Francisco fue a terapia al mismo hospital Van Buren. Margarita lo llevaba en el auto de un vecino y el traslado era una odisea. Bajarlo desde el segundo piso del block donde viven en el condominio Bosques de Placilla era una tortura.

Actualmente asiste a terapias en la Teletón y los traslados corren por la misma institución. Eso es un alivio para Margarita, quien no cuenta con un sueldo para vivir hoy día. "Yo dejé de trabajar por él, si no, quién me lo cuida. Estoy atada. Mi hermana me presta dinero y me dice que se lo devuelva cuando vuelva a trabajar, pero no sé cuándo será eso. Cuando ocurrió el accidente no fui más a mi trabajo como asesora del hogar", cuenta acongojada Margarita.

Francisco dice que no se puede quedar solo, porque se puede caer. "Le aconsejaron a mi mamá que me cuidara hasta que me dieran el alta. Si me caigo vuelvo al hospital", asegura con amargura.

Por ahora, Margarita lo único que quiere es que se haga justicia: "Me dejaron a mi hijo de esta forma y el chofer sigue libre. Mató a una niña, a una inocente y dejó a mi hijo en este estado. Él en todo este tiempo no se ha acercado a nosotros, yo pensé que iba a llegar al hospital, a colaborar con algo, darme pañales por lo menos, y ni disculpas ha pedido".

La mamá de Francisco se detiene al hablar de Nicole: "Yo la quería como a mi hija, si estaban siempre juntos, se lo pasaban estudiando, compartiendo. El doctor me dijo que él iba a quedar con secuelas".

El adolescente mira incómodo a su progenitora. Está consciente de la delicada situación en que viven y le gustaría volver a ser el de antes.

-Francisco, ¿extrañas a Nicole?

-Sí, era mi gran amiga.