No hay que ser un experto en economía para darse cuenta que las reformas y nuevas propuestas populistas, como la reducción de la jornada laboral con igual sueldo, hace encarecer el costo de vida de toda la sociedad. Lo anterior y propuestas de subsidios, gratuidades y otros, lo terminan pagando todos los ciudadanos, porque no existe una varita mágica que haga aparecer bienes. Proponer una disminución de la jornada laboral sin rebaja de los sueldos respectivos, es una irresponsabilidad legislativa populista, de conveniencia en época de elecciones, porque les será difícil a los candidatos rechazarla. Hay que tener confianza en la madurez del pueblo, que hace tiempo dejó de engañarse con voladores de luces y cuentas de vidrio, y cada vez más, se da cuenta que solo el esfuerzo es fecundo y que para protegerlo debe exigirse la fiscalización a legisladores y gobernantes.

Marcos Concha Valencia.

Me dirijo a usted para comentar que en este país siempre se habla del adulto mayor, de las facilidades que se les debe otorgar, etc., pero resulta que la realidad es bien diferente, ya pertenezco a este segmento, por lo tanto le puedo decir que las "instituciones mienten". Le pongo como ejemplo: pertenezco a la Caja de Los Andes, el lunes fui a inscribirme para un curso, esperé desde las 12:54 y me atendieron a las 14:27; consulté por la demora y la respuesta "están en colación". Para mejorar la gestión sugiero destinar unos 3 box solamente a este asunto y el resto para los préstamos que dicen es lo que más demora. Además pregunté por otro curso, me respondieron "tiene que venir mañana, porque no está el código, por los viajes por el día: tiene que estar preguntando porque no nos han llegado los códigos". Pregunté por si me puedo inscribir por el año para no ir todos los meses, respuesta: "no tenemos código".

No sabe la gerencia de la caja el monto de las pensiones de los jubilados que vamos a estar gastando en micro a cada rato, porque no tienen los códigos correspondientes. Así señor director los jubilados tenemos que ir todos los días a preguntar por algo, perder un par de horas para que nos digan "NO HAY CÓDIGO". Espero que cuando inauguren el tremendo edificio con plata de los que pertenecemos a esta caja, tengan un código para invitarnos a un canapé por lo menos.

Saluda atentamente.

Marta Ponce Tremolini.