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Familias enteras se reunieron para quemar al traidor Judas

Cientos de personas se juntaron en distintos puntos del Puerto para quemar al apóstol que traicionó a Jesucristo. Cada espectáculo tenía su propio concepto, algunos decidieron quemar a Donald Trump y otros al abandono de Valparaíso.
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Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso

Si hay una festividad que convoca a barrios enteros, más allá de creer en Dios o ser católico, es la tradicional quema de aquel que, con un beso, traicionó a Jesús por treinta piezas de plata, según la Biblia. Rito popular que, ayer, se repitió en distintos lugares de Valparaíso, bajo la tutela de cientos de miradas que, con reprobación, juzgaban a Judas Iscariote.

La idea de este año, según dicen los organizadores de algunos de los espectáculos, era "identificar al judas con personajes que le hacen un daño a la sociedad y que se han dedicado a ensuciar la política con malas prácticas". Es el caso del Donald Trump gigante que estuvo esperando, desde temprano, a ser incinerado en el centro de la plaza Waddington, en Playa Ancha.

No había niño que no dejara de lado lo que estaba haciendo por mirar, con curiosidad, a un muñeco rubio y burlón que se alejaba por completo de ese diseño artesanal, hecho con ropa usada, propio de los judas de la vieja escuela.

"Quisimos resignificar este rito popular y religioso para quemar a los que se han portado mal con la sociedad y la ha traicionado", sostuvo Karen Jorquera, la presidenta del Centro Cultural Playa Ancha.

Veinte años ya han pasado desde aquella primera quema del judas realizada por la gente del Centro Cultural, sin duda una tradición que se mantiene más firme que nunca, de la mano de vecinos, clubes deportivos y pequeños comercios playanchinos.

Una feria, cuecas feministas y juegos infantiles formaron parte de la antesala al gran rito. "Sin la colaboración de la gente del cerro no hubiésemos podido hacer esta actividad. Gracias a ellos pudimos quemar al presidente de SQM, Julio Ponce Lerou, el año pasado", concluye Jorquera.

El "traidor" fue incendiado con todo y ante más de un centenar de personas. Antes de la celebración, familias enteras esperaban expectantes la flama que acabara con ese muñeco que tenía entre sus manos un misil.

"Esto para nosotros ya es costumbre. Vivimos en la calle Necochea y cada semana hay algún evento en esta plaza, es muy bonito porque es transversal. Hoy es el punto culmine de muchos festivales y qué mejor que quemar a Trump", sostuvo la señora Angélica, quien vive a un par de cuadras de la Waddington.

¿Y qué opina sobre el polémico mandatario? "Sin comentarios", respondió. Justo entonces los gritos se comenzaron a escuchar por todos lados. La gente se alejaba por seguridad y una gran flama consumió, ya cuando todo estaba a oscuras, al muñeco.

Judas de la echaurren

Poco antes las 16.00 horas un incipiente movimiento, llamado "Somos Barrio Puerto", comenzaba todo el jaleo de una quema del judas que será como un suerte de actividad fundacional para ellos.

Un movimiento que surgió con el respaldo de más de setenta vecinos que, reunidos en el Liberty, decidieron moverse y organizar así una quema simbólica que arrase "con quienes se han despreocupado del Barrio Puerto y dejaron que se hunda ante una serie de problemas compartidos por los vecinos del sector".

Basurales, inseguridad, robos a casas particulares y a pequeños comerciantes, son algunos de los temas que dieron vida a la organización de vecinos. Ellos mismos son quienes decidieron aprovechar este rito popular y así dotarlo de un nuevo sentido. Para ello contaron con un variado programa artístico del barrio, compuesto por el Mimo Tuga, la Asociación de Boleristas Jorge Farías, entre otros.

Uno de los puntos que más se debatió en esta convocatoria, guardaba relación con el carácter político de del judas. Mientras unos pedían que tuviera el rostro de Jorge Castro, otros decían que no era prudente quemar la imagen de un hombre. La conclusión fue que "más que la figura política, lo que se juzgó fue el abandono del barrio puerto. Esa es la idea de este judas, transversalidad. Hay quienes quisieron asociar eso a una imagen concreta, Jorge Castro, pero en realidad este movimiento ha pretendido ser inclusivo y decidimos juzgar todo lo que pasa sin asociarlo a una imagen", argumentaron desde Somos Barrio Puerto.

Aún así, ambas quemas del judas llenaron los centros públicos de la ciudad.