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El estudio porteño que cambiaría las cartas de inundación en Chile

A semanas de publicarse un inédito "paper" sobre el gran terremoto y tsunami de 1730 en Valparaíso y que ya despertó interés de prestigiosos medios internacionales, La Estrella contactó a sus autores. Aquí las impresiones.
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Guillermo Ávila Nieves

Tras el sismo 6.9° Richter del lunes un hecho sacudió, incluso más que el propio movimiento, que ya parece recurrente: la zona de Valparaíso se desplazó cinco centímetros al oeste. Es decir, hacia el océano. "Un desplazamiento dentro de lo normal" para Mario Pardo, subdirector del Centro Sismológico Nacional.

Pero no se alarme. Fue la misma autoridad en eventos de esta magnitud la que detalló que para el terremoto del 2010, "la zona de Concepción tuvo un desplazamiento de cinco metros hacia el Pacífico".

Para entender lo ocurrido esta semana en la zona, es necesario indagar en el pasado. Una cosa es cierta y aplica para nuestra Región y Chile: aquí los terremotos -de una u otra forma- se repiten. Se repiten.

Por eso, La Estrella contactó a dos voces expertos en la materia: el Doctor Marco Cisternas, de la Escuela de Ciencias del Mar (PUCV), y Matías Carvajal, ingeniero civil de la UFTSM y Master en Oceanografía de la PUCV.

Con ellos, el adelanto del "paper" -tras años de pesquisas- llamado "Source of the 1730 Chilean earthquake from historical records: Implications for the future tsunami hazard on the coast of Metropolitan Chile". En chileno: "Fuente del terremoto Chileno de 1730 desde registros históricos: Implicancias para la amenaza de tsunami futura en la costa de Chile Metropolitano".

"Biblia" a considerar

La importancia de este documento es tal que ya fue aceptado y será publicado en las próximas semanas en la prestigiosa revista internacional "Journal of Geophysical Research". En el trabajo participaron Marco Cisternas (PUCV), Patricio Catalán (UTFSM) y Matías Carvajal (UFTSM).

El objetivo del estudio fue conocer más sobre el gran terremoto y tsunami que afectó a la zona central del país el 8 de julio de 1730.

En esas páginas, lo que hicieron los profesionales fue correr varias simulaciones de terremotos hipotéticos, de distintos tamaños y profundidad, a lo largo de la zona central de Chile.

Luego compararon la inundación generada por cada uno de los terremotos con las evidencias dejadas, tanto en Chile como en Japón, por la inundación del tsunami de 1730. Llegaron a la conclusión de que el terremoto de 1730 tuvo que ser un evento gigante, con una magnitud sobre 9 (Valdivia, en 1960, tuvo una magnitud de 9.5). "Un terremoto gigante es lo que mejor puede explicar la inundación reportada tanto en Chile como en Japón", aseveran tanto Matías Carvajal como Marco Cisternas, dos expertos del cálculo y medidas en GPS.

Un aspecto importante, basado ya en el tsunami de 1730, es que todo el plan de Valparaíso fue inundado, lo que derriba el peligroso mito de que la bahía de Valparaíso es anti tsunami.

"En Valparaíso el tsunami llegó más tierra adentro que el sitio donde hoy se ubica el Congreso Nacional. El lugar en donde actualmente está la plaza Sotomayor también fue completamente inundado", avala Carvajal.

De hecho, los registros históricos en los que han profundizado los expertos también indican que el tsunami llegó a pocos metros de la Iglesia de La Matriz. Un dato concluyente: el tsunami alcanzó en todos esos sitios una altura de aproximadamente 10 metros sobre el nivel del mar.

Ahora, si Valparaíso fue inundado, entonces es casi un hecho que Viña del Mar completo también en ese tiempo lo haya sido. "No tenemos registros de esa zona, porque estaba deshabitada en ese entonces", explican los expertos.

Otra conclusión importante que mencionan los creadores de este estudio es que existe la posibilidad de que un evento muy superficial ocurra frente a la región de Valparaíso en algún futuro cercano. Si bien los mecanismos de estos eventos son similares a los que conocemos, sus efectos pueden ser diferentes e incluso pueden jugar en contra.

Para Matías Carvajal, los terremotos superficiales pueden generar sacudimientos moderados en el continente, los que se pueden confundir con temblores comunes, "pero el potencial tsunamigénico de este tipo de terremoto es muy grande. Esta situación podría entorpecer y retrasar la evacuación de la población".

Por eso los autores quieren ir más allá de la mera publicación (que también ha sido solicitada por entendidos en Estados Unidos): consideran que es importante que este tipo de eventos sea considerado por el SHOA y por la Onemi para las evacuaciones preventivas.

Acontece que las cartas de inundación en Chile que elabora el SHOA se basan en ese terremoto, elmás grande conocido que haya afectado a la zona. Si bien la carta actual de Valparaíso considera al sismo de 1730 como el evento de diseño, "los parámetros usados (como la magnitud) son derivados de estudios antiguos que carecen de una sustentación sólida", confirma Carvajal.

Apenas salga publicado, confirman, lo enviarán al SHOA para que lo usen como base para la elaboración de las cartas de inundación de la costa central de Chile o como estimen conveniente, dicen.

¿Cae Lo improbable?

El enfoque y novedad en este "paper" se basa en tratar de entender cómo y de qué tamaño fue el terremoto y tsunami de 1730, usando modelos numéricos calibrados con registros reales del tsunami. "Así, los resultados de nuestro trabajo pueden usarse para verificar y actualizar, si fuese necesario, las cartas de inundación para las zonas costeras de Chile central".

Por eso las preguntas a Matías Carvajal caen por su propio peso.

-En 1730 Valparaíso tuvo una magnitud de sismo de 8.7, con una altura en olas de 12 metros. De acuerdo a lo vivido esta semana, ¿podría ocurrir un fenómeno similar al de 1730 a corto plazo?

-Un terremoto similar al de 1730 seguro ocurrirá en el corto plazo, pero en el corto plazo desde el punto de vista de la Tierra: no podemos pronosticar nada. Una de las tareas pendientes que tenemos los que estudiamos fenómenos naturales como los terremotos es transmitir a la gente no sólo lo que hemos encontrado, sino también la gran incertidumbre asociada a nuestros resultados y, por lo tanto, a lo que creemos puede pasar.

-Entonces, ¿qué falta por aprender?

-Es verdad que hemos aprendido mucho en la última década, gracias a los registros instrumentales de grandes terremotos y tsunamis que han ocurrido, incluyendo los del evento del 27F; pero también es verdad que falta mucho. Hasta el momento, la naturaleza siempre ha estado un paso más adelante que nosotros. Las veces que hemos pensado estar adelante, es la misma naturaleza la que nos ha demostrado con eventos catastróficos que no lo estamos. Y eso es obvio, nuestro planeta tiene 4500 millones de años y yo, por ejemplo, tengo 30 años.

-Si ocurriera un sismo de magnitud como el de 1730 o más, ¿cuál sería hoy su impacto?

-Yo creo que el nivel de impacto depende del momento en que ocurra. Si bien se ha avanzado en el tema de evacuación, a diferencia de lo que han dicho las autoridades, yo no estoy tan seguro del excelente comportamiento en el proceso de evacuación preventiva que vimos el lunes. Un tsunami destructivo, tipo 1730, puede inundar Viña del Mar en menos de 30 minutos. Tras el pencazo del día lunes, el tráfico masivo, por ejemplo, en Viña del Mar, fue evidente.

-¿Es posible que tras el sismo 6.9 del lunes estemos ante la formación de un volcán submarino o algo similar en la zona del epicentro costero en Valparaíso?

-No sé de dónde se infiere eso. Lo que estamos observando son sismos comunes y corrientes. Lo que tal vez no es común es la seguidilla de sismos que comenzó el sábado pasado. Sin embargo, esto puede quedar acá o gatillar un evento más grande.

-¿Qué tan grande sería?

-Desde un 7 a un 9 o más… eso no se puede saber. Hay que entender que nuestro día a día no puede compararse con el día a día de la Tierra.

Tsunami de altura

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"Nuestro estudio demuestra que el terremoto de 1730 fue de una magnitud de alrededor de 9". De acuerdo a Marco Cisternas, fue más grande que el 27F pero más chico que el cataclismo de Valdivia de 1960, y con efecto destructor considerable: desde Copiapó hasta Concepción. "El fuerte que había en Valparaíso se destruyó, al igual que las iglesias en Santiago", dice Cisternas. Para esta labor titánica cuenta el profesor de la PUCV han tenido que ir a España en busca de documentación antigua. Ya en Valparaíso, tuvieron que ir a terreno en edificios con GPS, eso tomando como base crónicas. Así calcularon la altura de la ola que llegó hasta La Matriz: nueve metros. También fueron a Concepción. Allá en Penco, área asolada por el tsunami, la altura fue de ocho metros. Y en Japón, generó una de dos metros. Su conclusión: "Éste sería el peor escenario que puede generar un terremoto hoy o a futuro en la Región de Valparaíso".