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La nueva ruta de las animitas que apareció en Valparaíso

El recuerdo del joven punk en la plaza Aníbal Pinto confirma la tradición de rendir tributo a los caídos.
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Matías Valenzuela

La antigua tradición de construir una animita cuando una vida parte antes de tiempo por razones violentas se mantiene firme en Valparaíso. Impactantes tragedias dibujaron una nueva ruta que pasa por puntos emblemáticos de la ciudad Puerto como las plazas Aníbal Pinto y Simón Bolívar (al lado de la Victoria).

En la plaza Simón Bolívar, por ejemplo, está erguida sobre el verde césped una placa de concreto que recuerda a dos jóvenes que ya no están.

Se trata de Exequiel Borvarán y Diego Guzmán, los dos universitarios que fueron asesinados a disparos en una marcha estudiantil un 14 de mayo de 2015.

La placa fue instalada por el municipio porteño en diciembre del año 2015 en la mencionada plaza, en tal posición que pareciera que estuviera mirando de frente el lugar donde los jóvenes abrazaron la muerte.

La placa se ve limpia y bien cuidada, con una rama pegada a la orilla con cinta adhesiva, y rastros de velas derretidas en la base. Es constantemente visitada por amigos y compañeros de las víctimas, y a veces, por visitantes que escucharon la noticia y les dejan caer una flor o un recuerdo pasajero.

Cuando hay marchas estudiantiles, el lugar se convierte en un punto de encuentro y a veces se ve envuelto entre el fuego cruzado entre los manifestantes y la fuerza policial, recreando escenas que rememoran la causa por la que lucharon hasta morir los estudiantes asesinados.

Joven punk

Una de las últimas muertes que hicieron eco en Valparaíso fue la de Claudio Navea del Canto, el joven punk y animalista que fue apuñalado cuando increpó a un vendedor de sopaipillas por haber agredido a un perro callejero.

Su animita está ubicada en la plaza Aníbal Pinto y muestra una pequeña casa con apariencia okupa, a partir de sus paredes de ladrillos y un techo de fierro. Al interior se ve un bidón de agua con la foto de Claudio y en su interior un girasol de color violeta eléctrico. Junto a la foto del joven hay unos perritos de peluche que le hacen compañía de la misma forma en que él cuidó a los caninos cuando estaba vivo. Todo esto mientras resuena la consigna de que el "Punk is Not Dead

Tradición

Históricamente la tradición de las animitas nace en la época precolombina y se arraigó fuertemente en Sudamérica, pero se mantuvo con más fuerza aún en Chile.

Situados en puntos azarosos de la ciudad, su presencia anuncia a los caminantes que allí, hace mucho tiempo atrás, alguien perdió la vida de manera trágica y si se quiere, prematura. Algunos le asignan un valor simbólico e incluso religioso, pero al final del día se pueden definir como una manifestación de una voluntad popular.

El profesor de arquitectura de la Universidad de Valparaíso, Lautaro Ojeda Ledesma, realizó en 2012 un inédito catastro de animitas en varias regiones de Chile, cuyos resultados publicó en su obra "Hologramas de la muerte imprevista: pregnancia urbana de las animitas en Chile".

En su investigación, el académico recabó que el fenómeno de las animitas en Chile plantea un hábito colectivo que se apropia de las calles de la ciudad de manera natural y fluida.

"Las animitas son un fenómeno de apropiación urbana informal, es decir la gente la autoconstruye de forma espontánea a raíz de una muerte trágica, entonces lo interesante es que hay una construcción de espacio público que es súper democrática, que no tiene, entre comillas, un control estatal y es una expresión de plena libertad del ejercicio del uso del espacio público", explica el arquitecto.

Puerto milagros

Una de las conclusiones que sacó Lautaro respecto de Valparaíso, es que acá se concentra el mayor número de "animitas milagrosas".

Según él mismo dice, "Son aquellas personas a las que se le rinde un memorial, y después la animita va creciendo y otros feligreses van y le piden favores, y se terminan convirtiendo en objetos de devoción popular. En ese instante se convierten en animitas milagrosas, son equivalentes a santos".

Dentro de esta categoría, Valparaíso lidera la tendencia, pues contiene la mayor concentración nacional de animitas milagrosas con 23 de estos puntos de encuentro, dentro de las que destacan la de las víctimas de la calle Serrano, la de la Panchita y la de Emile Dubois, entre otras.

En total, la ciudad puerto alberga 180 animitas, de las cuales la mayoría se encuentra en los cerros.

Desde que el profesor Ojeda realizó está investigación (2012) la ciudad ha sido testigo de más muertes que han quedado grabadas en los parajes de la ciudad.

Estas animitas, milagrosas o no, se han situado como puntos que, alineados, dibujan una clara ruta popular que recorriendo desde el plan a Playa Ancha permite visitar las animitas más populares y visitadas de la ciudad puerto.