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Un clásico de vuelta: Bar Inglés abre primera semana de junio

Tras permanecer cerrado por más de tres meses, las cuantiosas deudas de la administración anterior quedaron atrás. Ahora el Inglés se viene con todo: abrirá los sábados y en las noches. ¡Hágase la luz!
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Guillermo Ávila N.

Apartir del próximo primero de junio -estiman a la interna-, sobre la madera ahumada de las mesas y su generosa barra, se vivirá un cheers! (o salud).

Y es que aquellas largas charlas en anécdotas maceradas por las melodías de parroquianos, volverán al bullicio con las copas alzadas en honor a la leyenda centenaria patrimonial: el Inglés porteño.

Miércoles 3, 11:00 de la mañana. El polvo flota en el ambiente. También el martilleo y hombres que trasladan parte del inmobiliario. Los candados que tuvo a este local con su cortina a la baja, ya fueron sacados. La puerta está abierta. Y nosotros tras el rastro de su próxima reapertura.

La buena nueva corre por parte de su nuevo dueño, sin socios con él en este "novedoso emprendimiento gastronómico para mí", como prefiere aclarar Marcos Hume, un empresario santiaguino ligado al rubro de las maquinarias (y al Puerto), pero con residencia en Viña del Mar.

El por qué de su incursión, tiene un sólo fin en él: "¡Había que salvar el bar!". Y así, cual Quijote en una romántica cruzada, que prefiere verlo así, don Marcos se hizo de deudas y con ellas, financiamiento. En más de dos meses -que llevan una serie de diligencias- ya ha desembolsado entre 30 y 40 millones de pesos.

"Estamos restaurándolo más que remodelando. Eso para dejarlo completamente impecable. Seguro nos gastaremos más de eso", confirma Hume mientras reconoce que en su caso era un cliente habitual del Inglés.

Su deseo aquí pasa por conservar la esencia clásica de su nuevo negocio. "Ya tengo a cuatro empleados antiguos que están trabajando con nosotros. A ellos, vamos a incorporar otros cinco", dice el dueño, quien desliza una sorpresa para sus devotos: abrirán en las noches y también los días sábados.

Ante la pregunta -ya con la mira puesta en la futura carta- confiesa que mantendrán sus platos estrellas como el filete. Pero a ellos, agregarán, según sus sondeos, delicias peruanas como el ceviche. "Una carta peruana", corrige Marcos Hume.

¡A celebrar 101 años!

Ya en un rincón a las faenas, Juan Carlos Román será el futuro administrador del Bar Inglés. Algo nervioso por la nueva tarea, el ex funcionario de la Armada por 31 años, dice que gracias a sus trabajos en cocina, mayordomo, oficiales, cámara, "tengo un bagaje en esto en cuanto a catas de vinos y whisky", pone sazón.

Su anhelo: aunar criterios y hacer algo bonito con la gente que trabajará en este lugar. ¿Y cómo ancló hasta acá? Cual navegante, suelta amarras desde el Inglés: Llegó por intermedio de la Hermandad de la Costa, "de la cual Marcos es también miembro. Yo, como él, soy hermano de la Costa", acota.

En cuanto a sorpresa, incorporará dos tragos patrimoniales a la carta: Santiago Wanderers, un bajativo de menta con soda. Y el 'Oro y cielo', curazado azul con manzana y hielo.

"Vamos a traer a la antigua cocinera del Inglés. Mantendremos los platos: lomos y filetes que eran los más pedidos".

Pero quien más se maneja en el arte de los sartenes y tragos, es su barman que aquí laboró por desde 1993. Se trata del carismático Juan Carlos Alfaro Jiménez, de cerro Barón. "Cumplí 24 años acá. Estoy feliz con esto. Todos me decían: cuando van a abrir, queremos volver a probar tu mano".

Y aquí está, con el ánimo de recuperar a su fiel clientela. Esa que cuenta se deleitaba con su pisco sour con limón de pica.

De hoy hasta la reinaguración en junio, en el Bar Inglés, se vivirá un dulce proceso de limpieza y mejora de imagen. Los tres coinciden: "Jamás se debió dejar morir al Inglés".