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El exitoso colegio de Quilpué que enseña a sus niños a ser ellos mismos

Nuestra Señora de las Mercedes abre sus puertas principalmente a jóvenes vulnerables, quienes reciben una formación que nada tiene que envidiarle a establecimientos pagados. O por lo menos así lo muestran los resultados del SIMCE 2016.
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Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso

Como región estamos pasando por una mala época en lo que a fenómenos de la naturaleza se refiere. Terremotos, lluvias y malos augurios, se presentan todos los días y a cada rato en los distintos medios de comunicación. Bien lo sabe la comunidad del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes, en Quilpué, quienes han estado viviendo días de agitados simulacros, pero también de celebraciones internas, luego de haber sido considerados entre los mejores de la prueba SIMCE a nivel regional, por delante incluso de caros colegios pagados.

Tres han sido las generaciones que conquistaron, ante situaciones adversas, la cúspide de la enseñanza en nuestro país. Alumnos de cuarto básico que inspiraron a los más nuevos, quienes sueñan con mantener viva la llama de todos esos logros conseguidos.

¿Y cómo es que pueden superar a colegios caros, sin cobrar nada y recibiendo un porcentaje mayoritario de alumnos vulnerables?

Entrar a la sala de un tercero básico, bajo el liderazgo del profesor José "Pepe" Bustos, es como sumergirse en una obra de teatro, en la que todos sus protagonistas son igual de importantes. La noción de autoridad sólo por la autoridad queda relegada a un segundo plano, siendo reemplazada por el diálogo y una simétrica jerarquía. Puede sonar extraño, sí, pero eso es justamente lo que presenciamos.

"¿Les gustaría llegar a ser como sus compañeros y destacar en el SIMCE?". La pregunta va para el curso entero, compuesto por alrededor de treinta estudiantes. Y la réplica no se hace esperar: un "siiiiií" eterno que saca sonrisas en el profesor, que insiste con otra pregunta general, pensada en fortalecer la confianza de los chicos.

"¿Quiénes son los mejores?". "¡Nosotros!", gritan ellos. "¿Y por qué?". "¡Porque sí!". Con orgullo, el profesor presume de las habilidades adquiridas por sus niños. "Las divisiones se aprenden en el segundo semestre, ojo, pero miren esto", nos dice. Por cada división formulada en voz alta, la gran mayoría de los niños levanta la mano, ansiosos por contestar y lucirse ante nuestra presencia.

"Estos cabros vieron la luz", expresa el profe "Pepe" entusiasmado, provocando risas en todo el grupo y recordándoles un clásico chiste que Bombo Fica presentó, hace unos años, en el Festival de Viña.

Mejores en el simce

Lo más importante, según Bustos, es no repetir la historia de fracasos del sistema educativo actual. "Quiero cambiar esto porque viví en carne propia lo que es una mala educación. La despreocupación hacia el futuro del estudiante, su historia y su familia. Mi objetivo, que es también el objetivo de toda esta comunidad, es que los jóvenes estén cómodos, tengan confianza y se sientan capaces de todo", sostiene este profesor jefe de tercero y cuarto básico en el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes.

De esta forma superaron todos los escollos provocados por la falta de recursos y pudieron pararse, de igual a igual, ante un Champagnat o un Alianza Francesa, instituciones que encarnan los valores de la educación privada en nuestro país. Un esfuerzo colectivo materializado en los 328 puntos que obtuvieron en la prueba lenguaje, más los 320 de matemáticas, cifras con las que ganaron un merecido espacio, elevándose a lo más alto dentro de la V Región.

"Todos estos cambios, que nos tienen tan contentos, se dan por la manera en que nos acercamos a los jóvenes. Desde el lenguaje por ejemplo, se puede uno involucrar con sus gustos, a lo que ven en la televisión o a sus juegos favoritos. Se trata de asumirlos como sujetos, de respetarlos y de tener todas las ilusiones puestas en ellos", recalca.

Nadie quedará fuera de la universidad, o por lo menos ese es el horizonte que vislumbra cada uno de los docentes que hay en el colegio. Una esperanza que se tiene, tal como sugiere Bustos, sobre los casi 400 estudiantes que van desde pre-kinder hasta cuarto medio, quienes se forman año a año como seres humanos integrales, "capaces de construir por sí mismos el devenir de sus vidas, sin tener que esperar a que alguien más decida por ellos, pues deben tomar sus propios rumbos y pensar por sí mismos".

Pasión por enseñar

En estos 26 años de trayectoria, el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes, de Quilpué, ha formado generaciones completas bajo un paradigma sustentado en dos valores: la afectividad y la efectividad.

Notoriamente emocionada, la directora y sostenedora Silvia Muñoz confía en que ese primer valor, de la afectividad, ha servido para conquistar un terreno que había sido dado por perdido por autoridades y la sociedad en general.

"Por supuesto que podemos cambiar el mundo y contribuir a que niños en riesgo social logren superar satisfactoriamente su educación", cree ella.

Un giro que dieron hace unos años, aquel día en que decidieron introducir el concepto de colaboración entre alumnos, maestros y apoderados. "Tenemos estudiantes hijos de familias conflictivas. Hace algún tiempo, de hecho, una madre salió de la cárcel, luego de estar más de quince años presa. No hacemos distinción, independiente de la cruda realidad que les tocó vivir", enfatiza Muñoz.

El valor de la efectividad, en cambio, tiene que ver con lo concreto, con los logros. Ser considerado como un centro de excelencia y disputar el SIMCE a la par con los colegios caros, forma parte de ese segundo objetivo presente en su misión.

Por eso es que desean mostrarse más allá de Quilpué y decirle al mundo que una educación de calidad es tarea de todos.

Un objetivo común

Ya que los objetivos de un proyecto educativo emancipador están claros, por lo menos para la gente de Nuestra Señora de las Mercedes, ahora la idea, dicen, es establecer un punto de acuerdo que permita la construcción de un futuro común.

Para la directora, no tiene porqué haber un debate sectario: "No hay un modelo que esté por encima de otro, ya que todos tenemos que aportar al menos un granito de arena a la sociedad y eso se hace desde los distintos tipos de sistemas educacionales. Públicos, subvencionados y privados, entre todos tendremos que ponernos al día en ese tema y así trabajar desde la misma trinchera".

Si dependiera de su voluntad, esta mujer, que por 26 años ha liderado el proyecto, fortalecería la educación pública, tal como ha proclamado el movimiento estudiantil. Sin embargo, no cree una buena idea totalizar la educación, puesto que "es necesario generar un equilibrio entre todos los modelos", piensa.

Padres orgullosos

Ya son las cuatro de la tarde y, en unos pocos minutos más, padres y madres se juntarán afuera del colegio, en la calle Carlos Ibáñez 1147, para recoger a sus hijos tras una agotadora jornada completa.

En el portón de salida, un grupo de apoderadas comenta sobre el arribo de nuestro diario y el orgullo que sienten por lo que ha logrado el colegio en estos años.

"Se lo merecen la verdad. Se nota que el profe Pepe ama lo que hace y qué mejor que entregar a nuestros hijos en sus manos", comenta una de ellas.

"Y lo mejor es que no pagamos 'niuno', nos sería muy difícil hacerlo", conversan, mientras se preguntan por los cimientos de los buenos resultados en la prueba SIMCE. Y una de las conclusiones a la que llegan, se condice con las palabras de la directora, Silvia Muñoz: "Qué buenos son esos talleres para que los niños experimenten cosas nuevas y bonitas. Pueden hacer periodismo, huertos, aprenden a tocar un montón de instrumentos y, además, cuentan con un sinfín de herramientas tecnológicas".

En eso los estudiantes comienzan a salir del colegio, dispuestos a aplicar todo lo aprendido con "Pepe" Bustos, quien entendió que lo importante es dar confianza a los niños, otorgándoles las herramientas para que puedan pensar por sí mismos.