Camila Espinoza López

Pueden romper cosas, llorar sin descanso y rasguñar puertas. Y es que algunas mascotas, al darse cuenta que su amo salió del hogar, se desesperan y no soportan estar solos. Este comportamiento podría reflejar que el animal sufre un problema, como ansiedad por separación, la que se presenta con frecuencia en animales muy apegados a sus dueños.

"Es uno de los trastornos ansiosos que más se da en la consulta y ocurre en el animal de compañía, cuando es separado de su ser de afecto o dejado solo", cuenta Bárbara Readi, docente de la escuela de Medicina Veterinaria de Universidad de Las Américas-UDLA.

La veterinaria y etóloga explica qué factores pueden gatillar la ansiedad por separación. Uno de los primeros elementos se relaciona con el hiperapego, que es cuando el animal experimenta una excesiva dependencia con su dueño.

El trastorno también se puede producir cuando la mascota sufre cambios en la estructura social o ambiental: "Por ejemplo, los perros tatitas, cuando llegan a la edad geriátrica, se insegurizan y pueden experimentar ansiedad por separación".

Otro factor a considerar es que el animal haya tenido experiencias previas de abandono y asocie la soledad a quedarse sin su dueño, agrega la especialista, durante una charla.

Educar la tranquilidad

Readi comenta que los dueños deben recurrir a un tratamiento con un especialista para ayudar a sus mascotas en estos casos, y que también es importante fortalecer algunos aspectos de su crianza.

"Hay que educar la calma. A veces no es más que ser capaz de estar uno haciendo algo y que el perro permanezca en una posición, esperando información. Los perros ansiosos están alerta todo el tiempo. Son incapaces de mantener una misma posición".

Un buen ejercicio, según la experta, es que el dueño haga contacto visual con su mascota y que ella pueda permanecer quieta por, aproximadamente, 15 minutos. Estar echado es una posición de tranquilidad", expresa la veterinaria.

Practicar la salida

La especialista explica que otro herramienta útil es entrenar al animal para que se acostumbre a que su dueño saldrá, en ocasiones, del hogar y que regresará.

"Aproximar a la mascota a la experiencia de la soledad. Poco a poco hago como que voy a salir, voy hasta la puerta y no salgo. Después salgo y vuelvo altiro. Hay que enseñarle al perro que el hecho de salir no es abandonarlo", recalca.

Además, enfatiza que, cuando se va a dejar al animal solo, no hay que angustiarlo avisándole lo que va a pasar: "No hay que agobiarlo con información. Hay dueños que le dicen al perro: voy a salir, pero vuelvo altiro. Quédese tranquilo".

Enriquecer el ambiente

La etóloga comenta que los dueños también deben buscar que su mascota se distraiga, lo que se puede lograr enriqueciendo el lugar en que habita.

"Podemos entregar el alimento de forma más interesante o más difícil, incorporando sonidos, texturas y olores", señala la veterinaria de la UDLA.

Readi destaca que no sólo hay que relacionarse con la mascota desde el afecto, "sáquelo a pasear, enséñele trucos. Hay que interactuar en una forma interesante y estimulante para el perro".

Terapias alternativas

Mientras, Carl Will, director de la escuela de Ciencias Veterinarias de la Universidad Viña del Mar (UVM), cuenta que los dueños también pueden recurrir a terapias alternativas para enfrentar los problemas.

"Varias veces ocupé homeopatía. Viendo la personalidad del animal, uno puede recomendar ciertos medicamentos. También, algunos colegas ocupan flores de Bach para ese tipo de situaciones", dice.

El especialista recomienda que, en caso de viajes, el dueño recurra a su veterinario y analicen qué hacer si es que no puede viajar con su animal y éste sufre ansiedad por separación. Una alternativa es recurrir a un hotel para mascotas o pedirle a un familiar que el animal conozca, que lo cuide.