¿Cómo debemos alimentarnos para enfrentar el frío?
Si bien nuestro cuerpo se adapta a cada época del año, es fundamental que atendamos algunos requerimientos que nos hace.
Atrás quedan los tibios días de sol y el gris del otoño enfría el panorama. Todo cambió: se renovó el stock de frutas y verduras, sacamos del closet los abrigos y nuestro cuerpo nos exige un poco más de energía para "hacer andar la máquina". En este escenario, ¿debiésemos cambiar nuestra alimentación?
Según July Hes, nutricionista de Clínica Bicentenario, "el cuerpo funciona perfectamente en todas las temporadas, pero lo que varía son sus requerimientos. Es decir, en otoño e invierno el cuerpo requiere más energía para poder mantener la temperatura corporal, la que tiende a bajar cuando, por ejemplo, estamos expuestos de manera prolongada a un ambiente frío o no nos abrigamos de forma adecuada", señala.
Principales cambios
A juicio de la especialista, es conveniente cambiar el tipo de alimentación dependiendo de la temporada. "Es muy beneficioso, por ejemplo, aprovechar las frutas y verduras de la estación. La naturaleza es muy sabia en ese sentido, porque pone a nuestra disposición lo que necesitamos. En otoño e invierno, por ejemplo, debemos contar con un mayor aporte de vitamina C que nos permita fortalecer nuestro sistema inmune y prevenir los síntomas del resfrío. Para eso, tenemos disponibles pomelos, naranjas, mandarinas y kiwis, entre otras frutas, llenas de nutrientes y en estado óptimo de maduración y que ayudan a superar la falta de energía que a veces caracteriza a esta época", explica.
La nutricionista enfatiza que no se trata de llevar adelante un cambio radical en la alimentación, sino de tomar las oportunidades que la temporada brinda para hacer algunas modificaciones. "El otoño y el invierno, son estaciones ideales para incorporar comidas más energéticas, calóricas y con mayor temperatura, como caldos, sopas, guisos, tortillas y cocidos, que ayudan a enfrentar el frío. En el caso de la ingesta de líquido, se debe mantener la cantidad de agua diaria, pero evitando el hielo y prefiriendo aguas de hierbas o zumos más tibios", indica.
Los pequeños del hogar debiesen comer similar a los adultos, y para ellos, al igual que para los más grandes, la recomendación es mantener y reforzar en su dieta la ingesta de legumbres, ya que para esta época -y especialmente cuando hace frío- son especiales por su aporte calórico, contribuyendo al organismo con proteínas y hierro.
No hay que abusar
Si bien es cierto que se requiere más energía en esta época más fría, los alimentos deben consumirse con moderación y siguiendo una dieta equilibrada. "No porque estemos en otoño o invierno, debemos comer más. Por el contrario, independiente de la estación en la que estemos, siempre debemos llevar una alimentación saludable que incorpore todos los nutrientes de manera balanceada", señala July Hes. "Más que la cantidad, se trata de aprovechar los recursos que ofrece la temporada para complementar nuestra alimentación", finaliza.