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Al rescate de un patrimonio vivo

Arquitecta llamó a impulsar una verdadera gestión para El Cardonal. De la Muni aclaran últimos datos.
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Guillermo Ávila N.

Aquí los hombres y mujeres están acostumbrados a poner el hombro. Impacta que, frente nuestro, uno de esos trabajadores curtidos al oficio del cargador ya en extinción, como Juan Aros, de Placeres, sienta pena por lo que sus ojos aún no creen posible.

Cuenta, quien hasta hace unas décadas se remangaba los pantalones para echarse sobre su espalda a "pata pelá" más de 100 kilos al peso de papas, que hace siete años dejó de laborar aquí. "Esto es tremendo. Triste. Vengo a darle apoyo a mis compañeros", balbucea Aros.

Hoy (ayer) en el abasto, frente a camiones estacionados al arropo de cáscaras de legumbres y frutas frescas en calle Uruguay esquina Yungay, cuadra distante al infierno de Rawson a los fierros derruidos, pilastras carbonizadas y cortinas achicharradas aún humeantes, una mujer pide la palabra.

Cecilia Jiménez Vergara, de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso, experta en patrimonio -como lo es El Cardonal- se refiere a los daños estructurales que sufrió esta pintoresca construcción de dos pisos que desde 1912 -diseñada por el arquitecto Eduardo Feuereisen-, año de su restauración post terremoto de 1906, sigue cargada a los recuerdos del porteño.

Ícono de acero

Para la profesional, este ícono de la arquitectura industrial de acero -revestido de platinas, pernos y de construcción del tipo mecano-, hizo inflar pecho a "Pancho" poco después del Centenario Patria. "Se trajeron todas las piezas prefabricadas desde Hamburgo, Alemania. Forma parte de la identidad del sector, tiene valor reconocido por el plano regulador; es histórico. Además posee valor urbano porque abarca una cuadra entera que contribuye al sector El Almendral", dice.

Jiménez estuvo a cargo de la Unidad Técnica de Patrimonio de la Municipalidad por años, pero luego vino el período de la gestión patrimonial que, a su criterio, ha sido débil: "No ha habido una verdadera gestión en torno a este edificio que, reitero, está protegido por el Plan Regulador Comunal como inmueble de conservación histórico y no por el Consejo de Monumentos Nacionales". Su crítica: "Eso corresponde a la Oficina de Gestión Patrimonial pero, a la larga, se destinó más a aspectos técnicos".

En la otra cuadra, por calle Rawson, la retroexcavadora junto a camiones, no paran de apilar escombros. Ezzio Passadore, director comunal de emergencia de la Municipalidad de Valparaíso, está atento en terreno a la evaluación de los daños. Esos que, según menciona, se desencadenaron en el sector interior en un pasillo del primer piso y afectó a la infraestructura menor como estructural del edificio. "Se están elaborando informes para proceder con las reparaciones del inmueble que en algunos sectores presenta daños severos, imposibilitando el comercio.

Passadore aclara el saldo de la tragedia: "42 personas vieron afectadas su fuente laboral, con 12 locales destruidos, que corresponde a un 7% del total del mercado". También acotó que tanto Labocar como el departamento de investigación del cuerpo de Bomberos, tendrían detectado el origen del incendio, que apuntaría a una presunción: fallo eléctrico.