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Cecilia Morel en Viña: compartiendo coffee break con la ex Primera Dama

En medio de sus actividades por la Fundación que representa, la esposa de Sebastián Piñera hace un aparte en su agenda para dialogar con La Estrella de Valparaíso. Su visión en corto antes de la lucha por el sillón presidencial.
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Guillermo Ávila N.

El salón Blanco Encalada está a reventar de lleno a la espera de nuestra interlocutora. Una que no es otra que Cecilia Morel Montes, santiaguina de cuna y presidenta de Fundación Chile Vive Sano que dará la bienvenida al seminario "Educación del siglo XXI: El impacto de la vida sana en la educación escolar".

"¡Quedan cinco minutos para empezar con el evento!", recuerdan a lo lejos desde los altos parlantes. También aquí de cerca. De hecho, están a punto de llevarse a la ex Primera Dama a las carreras con la grabadora nuestra aún en rec. "Del matrimonio igualitario y aborto se ha hablado mucho…". Última pausa. "Para los que estamos en contra de la cannabis… he estado en contacto con especialistas: creo que el daño a nivel cerebral, especialmente en jóvenes, es muy grave". Morel se muestra incómoda cuando las preguntas tocan temas que chocan con su agenda corta (o valórica).

En otras, sale jugando de lujo a lo Alexis, por una buena causa. "Como Fundación (desde 2011) hacemos programas para colegios: en el primer ciclo básico de los niños, época de hábitos nuevos y donde aún se puede influir. Tenemos programas que van a colegios, obras de teatro, cursos de capacitación Sence...".

Quienes la conocen, dicen que Cecilia Morel posee una sensibilidad por los problemas de los demás (es orientadora familiar y licenciada en "Familia y Relaciones Humanas" de la Universidad Mayor), que es buena para registrar con la mirada, sencilla, pero distante a esos efusivos abrazos que suelen darse los políticos, aunque con opinión.

Y su opinión no es cualquiera. Cecilia Morel es quizás quien más influye en el cerco íntimo de su marido: la carta fuerte en las encuestas por el Chile Vamos, Sebastián Piñera. Forbes -publicación especializada en negocios- lo resaltó entre los multimillonarios de Chile.

"Tiene una fuerza con la voluntad del ir para arriba en positivo"… Palabras al suspiro que brotan de los labios de Morel a tono con el coqueto pañuelo escarlata que lleva; mismas palabras que, sin embargo, en otras ocasiones, la han hecho pasar aprieto. Basta evocar aquel papelito de los mineros enseñado una y otra vez. "Soy su cable a tierra", desliza al corte la ex directora del área sociocultural de la Presidencia (2010-2014).

A romper el hielo

Estamos en un perímetro cerrado al silencio. Específicamente en una austera sala que invita al diálogo más privado en el interior del Hotel O´Higgins. Una mesita junto a sillas corporativas y aquel jarrón de manufactura oriental sobre el mantel que emana sepia a los apuntes.

Cuarenta minutos antes, como primera escala, un automóvil Lexus gris metálico estacionado en la puerta del hotel llama la atención. Ya en el lobby, cuatro sujetos ataviados de terno oscuro y corbata hacen de centinelas.

Desde el pasillo, una joven alta, de sonrisa afable y cabellera clara se asoma elocuente. Nos sale al encuentro y con ello, "agua, nomás", le acordamos.

A su lado, la mujer de garbo a la que venimos a entrevistar se maneja al rompe hielo en la dirección de un témpano extraviado. "¿Parece que hay una marcha aquí cerca, no? ", pregunta a la -en realidad- paz vespertina en exteriores.

Al segundo, su calidez emerge a flor de piel. Porta una taza humeante al café con la misma clase como si fuera a departir el brunch con la reina de Jordania. Hablamos de una dama de edad incalculable (nació en 1954), manos finas, que irradia la elegancia del "menos es más" y entiende que de su presencia, al final del día, podría haber sumatoria a las papeletas de su marido.

Para Manuel José Ossandón, senador y candidato a primarias ("conservador pero liberal en lo político", se autodefine), las encuestas son una fotografía o gotitas en el Océano. Su repaso: "Las señales que está dando el comando de mi competidor son de desesperación. Mandaron no sé cuántos millones fuera de la Ley (Patrimonio - Bancard). La señora del ex Presidente viaja desesperadamente fuera de Chile pidiendo que todos vayan a votar. Cuando uno está ganado, no hace eso".

Pero eso es política de calle. Brasas de fuego amigo. Lo cree. Y esta mujer de look vintage, que cultiva el vive sano -"siempre activa: trato de mantener una dieta con ejercicio físico", dice en firme-, y con el bagaje de quien viene de vuelta pero va por más en estas lides, opta por evitar esas zonas periféricas de los golpes bajos.

Aunque Morel coincide en algo con Ossandón: ir al cuadrilátero de las primeras de la derecha del 2 de julio. "Qué bueno que lo preguntas. Son clave. Fue en nuestro gobierno que se hizo la Ley de Primarias. Yo siempre llamo a votar. En nuestro caso, están la Udi, Renovación Nacional, Evópolis y el Pri", acota.

En tiempos en que predominan los estilos Michelle Obama, Carla Bruni y Melania Trump, Cecilia Morel también destila fragancia a las notas dulces. Abolengo en sus maneras. "No me siento para nada vieja, estoy en el grupo de la tercera edad. Sigo con las mismas relaciones, muy activa en la familia y en el mundo social del trabajo", acota.

Por eso vuelve al ruedo -ya inserta en overol y con cifras en mano que nos saca al paso- pese a que en un principio se mostró más bien reacia, "por un tema de la familia (esa que componen sus cuatro hijos, Magdalena, Cecilia, Juan Sebastián y Cristóbal)" a los deseos de un segundo mandato al país de su pareja. Morel sigue infranqueable en monótono, generosa al recalco de los logros durante su estancia en La Moneda -"la reconstrucción post terremoto fue lo que más me marcó"- pero algo inquieta al susurro con lo que se viene.

-¿Chile necesita un nuevo gobierno de Piñera?

-Yo creo que sí. O sea, el el discurso en la Cuenta Pública fue precioso. Buena oratoria… pero yo digo, las cifras son demasiado diferentes. Imagínese, en el período de nosotros se creció en 5% y en este período, 1%. O sea, es demasiada la diferencia. En el empleo, de 11,1%, lo bajamos a 7,2%... y aquí subió a 7,7% el desempleo.

-¿Cuál es su opinión sobre Frente Amplio?

-Es un fenómeno bien fuerte. Tengo dos sensaciones: es bueno que surjan movimientos con gente joven pero no comparto para nada sus idearios. Aterrizar sus propuestas, allí veo falta de madurez.

-¿Qué le gustaría que no repitiera su marido en caso de un segundo Gobierno?

-(Silencio. Cinco segundos). Es difícil cambiar el carácter de las personas. Lo único que hemos conversado es de no generar grandes expectativas, porque él es de poner metas muy altas: es súper exigente a nivel de trabajo y de todo. Pero claro, si uno pone metas bajas hay relajo.

¡32 pololos!

Uno de los recuerdos más alegres de juventud de Cecilia Morel es la brisa marina en la avenida Perú. Aquella fresca salinidad sobre su rostro en paseos de la mano del que sería su Romeo por vida, en lo público y privado, aún los atesora. Tanto como esos malones suyos de adolescentes, "porque los jóvenes de esa época no tenían muchos recursos". Los mismos en los cuales su madre, "una mujer coqueta, simpática, alegre y sociable", apuntaba a sus pinches: 32 pololos. "Yo creo que más bien se refería a mis pretendientes".

Inicios de los años 70. La cuarta mujer de siete hermanos, hija del ingeniero Eduardo Morel Chaigneau y Paulina Montes Brunet, a sus 18 años, hacía cambio de luces con Sebastián Piñera, a quien conoció en una parcela en el Cajón del Maipo, a la que le decían la Chacra. "Él fue invitado por mi hermana: lo iba a presentar a una amiga. Y lo vi".

Ahora sus ojos marrones se tornan protagonistas en la comunicación no verbal. Se emociona. "Tras cuatro meses, habló con mi hermana Marisa. Yo estaba en primer año de enfermería y él sabía mucho de mí. Me convidó a una fiesta".

A esta altura, Sebastián es su faro. "Yo lo encontraba original, no se mimetizaba con el resto, tenía su opinión. Lo encontraba inteligente y culto. Siempre ha sido un lector intenso".

Tiempos de polarización. Palabra que le provoca tirria a Morel. "En mi familia había de todo en cuanto a ideología. Eso sí: íbamos a las protestas de forma responsable. En eso vino el Golpe; fue muy brutal. Todos sabíamos que algo iba a pasar...".

Para esa época, los tortolitos sólo alcanzaron a pololear seis meses. Su pretendiente, en ese Chile de 1973 a dos caras, se encontraba en Estados Unidos, Boston, con su postgrado en Economía en Harvard, financiado en parte por una beca Fulbright. "Nos escribíamos cartas todos los días. Las llamadas eran caras. El amor pudo más. Nos casamos". Vuelta al presente en seco.

Los asientos del salón Blanco Encalada cobijan caras expectantes, mientras se escucha fuerte y claro: "Con ustedes, ¡la señora Cecilia Morel!".