En un futuro cercano, los jóvenes del Frente Amplio si no logran contención se transformarán en los mismos políticos concertacionistas que critican.
Estos jóvenes de intelectualidad universitaria influenciados por el partido Podemos de España, pertenecen a castas de clase media alta con accesos a buena educación y en especial a buenas bibliotecas.
La utopía de una sociedad más igualitaria es bonita desde la academia o leyendo el computador de la casa bajo una estufa e incluso atractiva para el sexo opuesto, pues no es raro ver a estos nuevos políticos rodeados de bellas señoritas y en algunos casos pertenecientes a influyentes familias de la whiskierda chilena. En consecuencia esta generación de jóvenes capos y bravos para el debate en el tú a tú con ignorantes políticos del ala neoliberal, no convence a esa izquierda de calle que se ensucia en los campamentos; izquierda de la olla común e izquierda que lucha contra la pasta base con ideales. Así, en un debate político, es más necesaria la presencia de una izquierda real surgida en las necesidades de la gente de la calle, que esa izquierda intelectualizada de moda y hasta clasista.
Julián Soto Moraga.