"Nadie salió a defender a las marinas espiadas"
Jeanette Bruna, abogada, ex fiscal de la Ciudad Puerto y acérrima "Valparaíso lover", conversó con #RegiónF sobre su trabajo en la municipalidad, el apoyo que le dio a las víctimas de voyerismo en la Armada y cómo ve la actual administración del alcalde Sharp.
Cada semana envía un tuit mostrando las maravillas del Puerto, que ve desde su oficina. De hecho, en su perfil se declara "valparaisina" (por días no nació porteña, dice), lo que repetirá más de una vez durante esta entrevista con #RegiónF.
Se dice abogada "de mis pasiones" y asegura que los temas que le hacen correr la sangre son la infancia, la equidad, la seguridad y la ciudad de sus amores.
Así es Jeanette Bruna. Fue fiscal de la municipalidad que hoy dirige Jorge Sharp, cuando el UDI Jorge Castro estaba a la cabeza y ninguna mujer había ocupado ese cargo anteriormente. De hecho, cuenta que al proponer su nombre, el anterior alcalde no recibió "buenas recomendaciones de los hombres, que decían que estaba muy joven, que era mujer, que era un espacio de hombres, pero él apostó".
Pese al respaldo del ex edil, no siempre lo pasó bien, sobre todo en un comienzo. "Me sentía altamente discriminada cuando las primeras veces tuve que decir 'no, eso no lo apoyo, no lo hago, no lo firmo y eso no se hace'. Entonces tú ves el rostro, el lenguaje no verbal, captarlo es exquisito, de 'quién se cree que es ésta', aunque no lo decían", recuerda.
Grandes causas
Hoy se ha transformado en una especie de Quijote, con falda y pelo crespo, que lidera causas emblemáticas donde ve pisoteados los derechos de alguien.
Como directora de Abogadas ProChile, apoyó a las mujeres espiadas por sus compañeros de la Armada (en pleno Buque Escuela Esmeralda); ha liderado el movimiento que busca terminar con la censura del amamantamiento en público; y ahora se enfrascó en una disputa con el municipio de Valparaíso por la suspensión del director de Obras, Matías Valdés, por supuestas irregularidades.
Es dura en sus respuestas, pero todas van acompañadas de una sonrisa, que desde la distancia observan su marido, Ariel Gardaix, y su hijo Maximiliano. Los mismos que la han apoyado en todas las misiones que se ha impuesto, incluido su trabajo en la municipalidad.
"mucho verbo"
Probablemente esa labor -que ejerció durante más de dos años, entre 2014 y 2016- determina que su mirada de lo que hoy sucede con la administración de Sharp sea dura: "Una vez me tocó ir a Isla de Pascua a resolver un problema público, en donde había un apoderado al que se le explicó que nosotros queríamos ayudar. Después de media hora, el señor de forma muy simpática dice: 'Mucho verbo con ustedes, pero poca acción'. Yo lo traería acá a la municipalidad de Valparaíso. Jorge Sharp tiene buenas intenciones, pero necesita llevar todo ese verbo a acciones concretas".
Aunque le desea "éxito" al edil (y reconoce que ha habido avances, por ejemplo, en cuanto al manejo de la basura), advierte que su equipo "lleva seis meses, pero cuando uno está administrando el Estado, no podemos excusarnos en que estoy recién partiendo". De hecho, explica que el municipio sigue administrando los mismos problemas que han tenido todos los jefes comunales anteriores y recuerda que "las justificaciones de que tenemos una municipalidad quebrada las vengo escuchando desde Bartolucci, entonces ¿cuál es la diferencia?".
Marinas solas
Dentro de su trabajo en ONG abogadas ProChile, a Jeanette Bruna le complica que existan conductas "normalizadas" que son discriminatorias. Y eso fue, precisamente, lo que la impulsó a asumir la defensa de las tripulantes espiadas por sus compañeros en la Armada, tanto en la fragata Lynch como en la Esmeralda, durante el año pasado. La pasión que pone en este tema se le nota cuando se le pregunta si lo que hicieron los marinos puede considerarse "niñería".
Bruna asegura que "hay una frase que a mí me gusta mucho: lo correcto es evidente. Cuando yo tengo que hacer las cosas escondidas, estoy asumiendo que estoy equivocada. En este caso, hemos normalizado conductas erróneas, que no nos damos cuenta que son delitos", a la vez que advierte que ese tipo de comentarios lo único que lograron fue apasionarla más con el tema, "porque duele".
Su lucha llegó hasta las oficinas de la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Claudia Pascual, y la subsecretaria de Fuerzas Armadas, para hacerles ver que había un "sesgo" en la forma en que se protegía a las mujeres. "Acá las marinas quedaron solas. No hubo ninguna institución del Estado que saliera a defenderlas, ni siquiera abogados de alguna institución", dice.
Con un sumario cerrado y sin resultados positivos para las tripulantes, su diagnóstico final es claro: "El problema aquí es que no se visibiliza a las mujeres de la Armada como mujeres".