Teatro del absurdo
En carta del señor Francisco Sanchez bajo el mismo título, se afirma que la Resolución de la UNESCO de Octubre de 2016 relativa a Jerusalén, establece que "el pueblo judío no tiene ninguna conexión con el Muro de los Lamentos y el Monte del Templo". Debemos manifestar que en ninguna parte de la citada resolución aparece una afirmación en tal sentido y que, por el contrario, el punto 3.- de ella comienza así: "Afirmando la importancia de la ciudad vieja de Jerusalén para las tres religiones monoteístas…", entre las cuales está incluida, por cierto, la judía.
Por otra parte, el propósito de la resolución es el de instar a Israel, en su calidad de potencia ocupante, a cumplir las obligaciones que en tal calidad le imponen los Convenios de Ginebra (1949), el Reglamento de La Haya para la protección de los bienes culturales en caso de Conflicto Armado (1954) y la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972), entre otras disposiciones semejantes. Parece demás recordar que Israel no ha cumplido con ninguna de dichas obligaciones que le impone la legalidad internacional y que toda la labor arqueológica que realiza en Jerusalén Este, territorio ocupado, es constitutiva de crimen de guerra según esa misma legalidad.
Pretender por lo tanto que esto "…es una campaña desvergonzada en contra del Estado de Israel y el pueblo judío…", es suponer que Israel debe quedar exento de toda vinculación impuesta por el Derecho Internacional y por lo tanto, es otorgarle a ese Estado un estatus injustificado de privilegio, del cual no goza ningún otro Estado en el mundo.
Manuel Hasbun,
Federación Palestina de Chile.