Liceo de Niñas: Desde 1958 que no deja de cumplir con su deber
Continuando con el recorrido por los centros de votación porteños, estaba el Liceo de Niñas, de la Avenida Argentina. Ahí la cosa avanzaba de buena forma, sobrepasando la poca ilusión que tenían sus encargados.
Entre el lleno de las mesas y un proyector gigante, cedido por la misma gente que trabaja en el establecimiento, llegaba a votar, de la mano de su hija, la señora Rosa Marchant, de 93 años, oriunda de Rodelillo. Nunca desde finales de los años 50', cuando resultó electo el Presidente Jorge Alessandri, había dejado de lado su deber cívico. Y esta vez no fue la excepción.
La intención de votar temprano, contaba, era para no perderse el partido de la selección chilena. Sin duda una mujer de fútbol, si hasta vio la disputa por el tercer y cuarto puesto antes de salir de su casa. "Tenemos que ganar más rato", exclamaba con su voz entrecortada, pese a ser una madre bastante activa, comentaba su hija.
"Esta es una de las primeras veces que la acompaño, antes partía sola y nos preocupabamos un montón", sotuvo Elizabeth, su única hija. Y ante aquellos que ya perdieron la ilusión por la política, Rosa Marchante fue enfática: "Hay que volver a intentarlo, como mi bisnieta de veintidós años, que se levantó a votar a pesar de todo lo malo que han hecho algunos".