40 personas en situación de calle asisten a comedor abierto en parroquia
A diario llegan al comedor de la Parroquia San Benito de Chorrillos entre las 18 y las 19.15 horas.
Desde siempre y llevando a la práctica la filosofía cristiana, la Parroquia San Benito de Chorrillos ha tenido una fuerte acción social. En ese contexto se enmarcan iniciativas como la ayuda fraterna, que permite ayudar mensualmente a 60 familias de escasos recursos que viven en Chorrillos mediante la entrega de una bolsa con enseres que permite aliviar el presupuesto familiar.
Hace dos años también, la parroquia ha estado acogiendo una demanda que comenzó a manifestarse con un grupo de personas que acudían a la iglesia a pedir agua caliente y algo para comer. Se trata del comedor abierto que brinda cena a cerca de 40 personas en situación de calle que viven en el sector del estero Marga Marga.
La iniciativa comenzó con la entrega de comida una vez por semana logrando llegar en la actualidad a dar este servicio social de lunes a sábado.
"No sólo se trata de brindarles la cena sino que también quisimos ir un poco más allá y nos planteamos el tema de la dignidad de las personas, en el sentido de poder otorgarles una cena tranquila y en paz, en una mesa con mantel, con sus cubiertos", planteó el cura párroco Reinaldo Osorio. A diario, cerca de 40 personas llegan al comedor entre las 18 y las 19.15 horas.
Ayuda
Representantes de la comunidad, pero fundamentalmente de otros sectores como Villa Alemana, han llegado como voluntarios a preparar los alimentos para poder entregar este servicio. Sin embargo y dada la demanda diaria, se hace necesario siempre una ayuda más permanente. De ahí el llamado del sacerdote hacia empresas locales y la comunidad en general, a colaborar con alimentos y ropa que permita seguir brindando este servicio solidario.
El padre Reinaldo admitió que la existencia del comedor y prontamente del albergue en las instalaciones de la parroquia, ha generado cierta resistencia por parte de la comunidad, pues existe siempre cierta desconfianza hacia las personas que viven en la calle.
"Uno como cura, desde la fe, tiene que responder a esto, yo sé que a mucha gente no le gusta esto, se crea cierto recelo, pero esta es una realidad frente a la que no podemos cerrar los ojos. Tenemos cerca de mil personas en situación de calle en la región y no podemos tapar eso con un dedo", planteó el sacerdote.