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Estela de Carlotto, la voz de la abuela líder de Plaza de Mayo

La presidenta de dicha asociación argentina estuvo en la ex Cárcel porteña para que "nunca más".
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Guillermo Ávila N.

Paneo a la interna. Izquierda y luego derecha, pensar en voz alta: "Dicen que las cicatrices sanan, aunque algunas -si es que- mucho más lentas...".

Entre el tumulto del salón, en primera fila, asoma una imponente cabellera blanca que da cuenta de más de ocho décadas de vida. Sentada junto a su bastón, esa mujer argentina de mirada firme y gestos más lentos escucha atenta sobre su lucha en gran parte de esos 86 años de existencia.

No por nada, quien está adelante, ahora en silencio, ha alzado la voz fuerte y claro (como hará luego) por el mundo y en su país natal -en momentos complejos- como activista de derechos humanos y presidenta de la asociación de Abuelas de Plaza de Mayo.

Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, emblema latinoamericano de la lucha por la verdad al movimiento de pañuelos blancos, dejó huella ayer en un lugar que hoy emociona hasta aquellos que aquí estuvieron presos por ideales políticos. Un lugar donde se ordenaban filas y estaba demarcada la línea de fuego -o muerte-.

Allí, donde hoy florece vida, doña Estela, la misma que supo en carne propia del secuestro y desaparición de su hija Laura Estela durante la dictadura militar argentina, la misma que sólo a través de relatos pudo reconstruir una trágica historia donde recién en 2014 y tras un ADN pudo comprobar que Ignacio Montoya Carlotto, su actual nieto, antes -y por 36 años- fue apropiado. Incluso le cambiaron la identidad. Un caso que se convirtió en el 114 de la lista de nietos recuperados en el país trasandino.

Afuera, las paredes de los edificios de la ex cárcel porteña, hoy Parque Cultural de Valparaíso, mantienen su color, aunque por dentro, aún se perciben esas heridas, cicatrices, como un animal magullado al que alguien en un macabro ejercicio -en antaño- le arrancó la piel a tiras. Y en dolor.

Pero Estela de Carlotto está en este salón para participar de una charla magistral, junto a Lorena Fries, subsecretaria de Derechos Humanos y Paz Anastasiadis, seremi de Justicia y Derechos Humanos de Valparaíso. Todo en el marco del segundo ciclo del Programa de Formación en Gestión Cultural con Sitios de Memoria 2017, organizado por el Consejo Nacional de Cultura y las Artes.

40 años de lucha

Y es aquí donde doña Estela nos comenta -en un aparte- que reconoce que los años pesan, pero que se siente feliz de venir acá. "Compartimos nuestras historias con similitudes, diferencias, avances y retrocesos". Le emociona ver la unidad de los representantes de grupos que libran, tanto en Chile como Argentina, por la memoria... dejar graficado en el tiempo los lugares donde hubo tortura y muerte. O, que podría ser lo mismo ,acota, no permitir el olvido. "Lo que no se resuelve no es pasado, es presente".

Tras 40 años de lucha en su país, espera que existan más de estos encuentros. Si algo se avanzó en Argentina, recalca, ojalá se pueda acá replicar para el avance. Y lo habla directo: del cómo desocupar a las fuerzas armadas de seguridad en espacios de centros de tortura que deben ser para la memoria. Y pone ejemplo. "En Argentina se sacó a los marinos de la escuela de mecánica de la armada donde habían más de 5000 prisioneros, ¡había una maternidad clandestina! Lo hicimos nosotros, pero fue una decisión de Estado". A su juicio, si los hay, esos lugares debieran ser transformados en espacios de memoria. "Si un gobierno se lo propone, tiene el poder para hacerlo".

Ya con la mira puesta en su país, la mujer que ostenta el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, asegura que tuvieron avances, como la creación de la Conadi en 1992. Y resalta de Carlotto la labor de la mano de los Kirchner en el poder: "Avanzamos muchísimo, con hechos y diálogos concretos. Incluso leyes que cayeron con ellos". Ahora, con la administración del presidente argentino Mauricio Macri, tiene sus inquietudes: "Se destruye todo. Sobre todo en temas de revelación, búsqueda de datos e información derechos humanos".

Datos genéticos

Lo suyo en Estela de Carlotto es apelar a mensajes a las autoridades y nuevas generaciones. De sello propio. "Viajamos por el mundo. La idea de encontrar restos de desaparecidos para darles así una sepultura digna".

Y emite recomendación. "Hagan un banco de datos genéticos para encontrar centenares de restos como hicimos en nuestro país. Sólo así se cierra un duelo. De lo contrario, es un desaparecido; una figura atroz".

Francia Jamett Pizarro, encargada nacional de la Unidad de Memoria de Derechos Humanos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, además de organizadores, productores y coordinadores de esta iniciativa, agradece la presencia de Estela de Carlotto. "Nos muestra caminos en políticas de derechos humanos en el país y la cultura". Y agrega: "Hemos reunido 50 sitios de memoria de todo el país que se coordinan con nuestra unidad de memoria. Por eso este encuentro de formación de tres días".

Reconciliación y justicia

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De acuerdo a Lorena Fries, en Chile hay más de mil personas de las que aún no se conoce su destino. "Somos dos países que hemos vivido una experiencia traumática. No somos dos naciones que han caminado a la par en este proceso; nosotros más lento, ellos (Argentina) contaron con leyes de punto final que tuvieron que echar para atrás". Por eso, aduce Fries, resulta indispensable hacer un traspaso de esas vivencias -como las expuestas por de Carlotto- a las nuevas generaciones para construir un nunca más. "Yo no creo en la reconciliación, creo en la justicia y en la reparación". Con respecto a la demolición de la Academia de Guerra Naval en Valparaíso (sitio históricos con memoria), Fries dijo: "No hay de qué preocuparse. El ministro en visita Jaime Arancibia Pinto está haciendo su trabajo".