Priscilla Barrera Llanos
Indignado pero sobre todo decepcionado y frustrado está Edgardo Palacios, dueño de la antigua distribuidora El Palacio del Confite, ubicada en pleno centro de Quilpué. El último fin de semana largo, el del 26 de junio, desconocidos ingresaron a su local ubicado en Av. Los Carrera casi esquina Vicuña Mackenna, e hicieron un enorme forado en la muralla que colinda con un taller mecánico.
Como era fin de semana largo, el o los sujetos, tuvieron el tiempo de perforar y de llevarse nada menos que 40 millones de pesos en especies, principalmente cartones de cigarrillos, las mismas que, días después, estaban siendo comercializadas en sectores periféricos de la comuna.
No es uno sino varios
Aburrido de lo que considera una nula investigación de su caso tanto por parte de Carabineros como de la Fiscalía local, Edgardo decidió hacer una denuncia pública y manifestó según declararon otros comerciantes del centro, que el robo que le afectó lamentablemente no es un hecho aislado.
"Fue el joven del quiosco el que me avisó diciéndome que la puerta del taller del lado estaba abierta y que habían hecho un forado en la pared y que me habían entrado a robar. Ahí comenzaron los dolores de cabeza", recuerda Edgardo.
Cuando reaccionó y comenzó el inventario de lo robado, se percató que el o los sujetos se llevaron 40 millones de pesos en cartones de cigarrillos.
"Es un robo millonario, en pleno centro de la ciudad y segunda vez que me pasa algo así. El anterior fue en el 2013, reforcé las medidas de seguridad, pensé por dónde van a entrar ahora, pero los delincuentes son cada vez más avezados", afirmó el afectado.
Palacios siguió todos los pasos que corresponden y que en carabineros le señalaron: estampó la denuncia y comenzó a reunir toda la evidencia que permitiera dar con él o los responsables del millonario robo.
"Traté de reunir antecedentes, se los entregué a ellos, con datos específicos que me habían entregado, pero lamentablemente la policía no puede hacer nada si no recibe una orden de la fiscalía. Uno va a la fiscalía y el fiscal no está. Si uno pide hablar con el fiscal le dan hora para 7 días más y lo que uno necesita es inmediatez. Hasta ahora, que ya ha pasado más de una semana, no hay nada, nadie ha venido, he pedido información y nada, entonces, así funciona el sistema", declara con pesimismo.
Considera que pasará el tiempo y su causa, como tantas otras, será archivada.
Tanto afectó este robo a Edgardo, que incluso llegó a pensar en el cierre. Sin embargo lo descartó pero sí tomó una determinación radical: no venderá más cigarrillos a pesar de que era el fuerte en sus ventas.
"La primera medida que tomamos fue no vender más cigarrillos ´porque hoy en día es un riesgo vender cigarrillos porque eso es lo que atrae a los delincuentes", planteó este comerciante quilpueíno.
Lo insólito de todo esto, es que a pesar de que se utilizó otro local desde donde los antisociales ingresaron y perforaron para acceder a su local, nadie hasta ahora le entregó una explicación.
"Tuve que llamar a los dueños de la propiedad y que fueron los que repararon, pero sería todo. También me apoyaron de la Cámara de Comercio, pero ninguna autoridad se ha hecho presente. A uno le roban y pierde no más...estoy desilusionado de todo, del sistema y de la policía que no hace nada", asevera molesto.
¿qUÉ ESTÁ PASANDO?
Pero lo preocupante es que el caso de Edgardo no es aislado. A un pequeño local de comida situado en la calle Vicuña Mackenna, le robaron en 7 ocasiones y si bien su propietario admitió que los montos son muy inferiores al de Edgardo Palacios, reconoció que lo afectó fuertemente.
"Llama la atención lo que está pasando. Acá han entrado 7 veces en tres meses. Yo he denunciado en tres o 4 ocasiones porque despúes uno ve que no pasa nada entonces para qué. Yo hago una crítica constructiva, esta es una calle central por lo que debiera haber vigilancia permanente. El robo mío es menor, pero me afectó. Si uno entrega antecedentes y entendiendo que hay protocolos a seguir, lo esperable es que se tomen en cuenta. Pienso que se relajó la situación", plantea Cristián Yañez.
Local vacío
Tan inaudito como el del forado en la distribuidora fue el robo que a fines del año pasado afectó a la Óptica El Sol, ubicada en la calle Andrés Bello, también en pleno centro de Quilpué.
En esa oportunidad, la dueña del local ingresó al recinto y se encontró con el mesón y las estanterías completamente vacías.
"Se llevaron todo, no había nada. Se llevaron todo lo que había en la sala de venta. Hice la denuncia, me llamaron de la Fiscalía (...) Al poco tiempo yo entregué antecedentes de que había un tipo que andaba vendiendo mis lentes en el mall, vinieron aquí mismo a ofrecerme los lentes robados, llamé pero nunca vino alguien. Entregué más antecedentes de dónde estaban vendiendo los lentes, celular de la persona y con quién se podía contactar, pero no pasó nada", recuerda Delia Valdés quien desconoce si su causa se archivó o no. "Qué sensación me queda tras esto...que la justicia es una mierda, que nosotros pagamos impuestos, patente, que cumples con todo pero cuando necesitas de la justicia no se hace nada", reflexionó la afectada.