Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Polémica generó entre distintos grupos ecologistas, la decisión tomada por la Municipalidad de Valparaíso sobre uno de los árboles con más historia en la comuna. Un ejemplar de Belloto del Norte que, según un informe emanado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf), ponía en peligro las vidas de los niños que a diario repletan los juegos de la Plaza Simón Bolívar, a un costado de la Plaza Victoria.
"Inconsciente medida", según el Movimiento de Ecologistas Valparaíso, quienes afirman que habían varias otras soluciones posibles, más allá de la simple extracción del ejemplar.
"No podemos decir que este tipo de acontecimientos sean comunes, sino que es un hecho particular, que da cuenta de la falta de criterio del funcionario municipal que tomó esa medida", cuentan desde el Movimiento ecologista.
Desde ahí creen que lo que faltó fue un mayor nivel de conocimiento: Sólo se necesitaba mayor comprensión lectora del informe realizado por Conaf y un acercamiento a nuestras especies nativas.
Es el caso del Belloto del Norte, especie que está protegida por el Gobierno, desde la convención de Washington, sobre Flora y Fauna. "Lo que había en la Plaza Victoria tiene un valor doble, porque no sólo es un Belloto del Norte, sino que tenía una cercanía con la gente y mucho tiempo con ella", dicen.
Otra de las medidas que se pudo haber tomado, piensan, era incluir una suerte de soporte para evitar la tala, medida acordada por consensos internacionales, sobre la protección de especies plantadas en terrenos urbanos.
Una sensata medida
Leonardo Möder es el director del Departamento de Fiscalización Forestal y Evaluación Ambiental de la Conaf. Como experto en la materia, este ingeniero forestal no cree que la decisión tomada por la Municipalidad sea tan descabellada.
"Ese árbol estaba poniendo en peligro la integridad de niños. Es lamentable, pero para el peor de los colmos, justo coincidía con un parque de juegos infantiles y, al seguir un camino, hay que ser muy prudente y estar consciente de las consecuencias", cree.
El problema de este Belloto del Norte es que tenía una copa mucho más pesada que sus raíces que, desde hace mucho, estaban sobresaliendo. Lo que quedaba entonces era equiparar la copa con el peso de las raíces, por medio de la poda, lo cual no terminaba con el peligro, o cortar el árbol no de raíz, sino que a medias, para que así vuelva a brotar.
"Más allá de la medida que tomemos hay que considerar que una planta es un ser vivo, que crece y envejece y, en algún momento, si no se hace algo, va a caer", agrega Möder.
Lo otro, dice este experto forestal, es que en nuestro país no hay leyes que protejan a las especies urbanas: "Por mucho que el Belloto esté protegido, si es sacado de su entorno y se planta en una zona urbana, pierde todo beneficio".
En Canadá lo que se hace, en casos como estos, es cortar la especie vieja y plantar otra, igual de grande pero mucho más joven. En tanto los grupos ecologistas continúan indignados por la medida tomada.