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Familiares de Lissete le piden a la PDI un poco más de esfuerzo

Creen estar solos en un "gran buque que no tiene timón". Las labores se han realizado, principalmente, con el apoyo de voluntarios. Su mejor amigo, que todavía la está esperando, dice que un hombre la acosaba.
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Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso

Complicados han sido estos últimos días para los familiares de la joven desaparecida, Lissete Ahonzo Caignard, quienes continúan, de forma estoica, buscando algún rastro que les permita llegar al paradero de la estudiante de Arte, que se encuentra desaparecida desde el lunes de la semana pasada. Su madre Georgette Caignard, tiene la esperanza de que la búsqueda por parte de la Policía de Investigaciones, iniciada el martes 11, se intensifique para que "se puedan descartar las hipótesis que se manejan y, de esta forma, pueda vivir un duelo como corresponde".

Luego de una primera semana intensa, en la que recibieron el apoyo de un gran número de personas, estos días han sido mucho más íntimos, con la familia ya de vuelta en el trabajo, luego de unas pequeñas vacaciones invertidas en apoyar las labores de búsqueda, y sin la presencia de los compañeros universitarios de Lissete que, en este tiempo, andan de vacaciones.

Eso no fue impedimento para que, ayer martes, la familia se juntara igual en el faro Punta Ángeles, de la mano de unas veinte personas voluntarias, y de un equipo especializado de la Policía de Investigaciones. Un chaleco reflectante, que en su parte posterior tiene grabada una fotografía de la joven perdida, da cuenta de las personas que están ayudando, todo esto porque la semana pasada se presentó un problema bastante grave.

"El llamado que hicimos por las redes sociales tuvo un muy buen recibimiento, sin embargo, gente descarada y otros delincuentes aprovecharon el momento para asaltar a una persona que estaba colaborando. Por eso decidimos mandar a hacer estos chalecos y, así, identificarnos como grupo", contó Roberto Olivares, cuñado de la madre de la joven desaparecida.

Entre todos han recibido también el apoyo de personas caritativas, que han querido ponerse con desayunos, almuerzos, botellas de aguas, entre otros elementos necesarios para realizar un trabajo continuo y mucho más eficiente.

Búsqueda no oficial

Las búsquedas de personas desaparecidas tienen, por lo general, un plazo definido. Pero ¿hasta cuándo se extenderán, oficialmente, las labores por Lissete? A juicio de la familia, "no puede terminar algo que no ha empezado. Acabo de conversar con un miembro de la PDI y me dijo que la orden de buscar a mi sobrina había sido dada recién en estos días", dijo el tío de Lissete.

Los trabajos más complicados, aseguran los familiares, están siendo concretados por voluntarios de buen corazón. Buzos expertos que se han dejado la piel en el mar y que prefieren no identificarse porque a la PDI le entorpece ese tipo de ayuda.

"Creemos que este es un buque muy grande que no tiene timón. Son muchas las personas que han ofrecido su corazón, pero desde la PDI no vemos una conducción clara. No sabemos en qué están, no responden a nuestras preguntas y eso es lo que queremos", aseguró Olivares.

Geogette Caignard, la madre de Lissete, lo único que quiere es terminar con todo esto y poder vivir un duelo en paz. "Acá no se trata de especular, se trata de que de una buena vez se hagan cargo de las hipótesis, y vayan al mar, para afirmar o descartar que, efectivamente mi hija está ahí", sostuvo.

Su creencia más profunda, como mamá, es que Lissete- llena de problemas y cargando una mochila enorme por la universidad- tomó la decisión de tirarse por los roqueríos pero que, a último mínuto se arrepintió. "Ahí fue que algún extraño se aprovechó del momento para atacarla. Para mí hay terceros en todo esto, pero quién sabe, lo que importa es que se puedan descartar las hipótesis que se manejan", recalcó.

Mejor amigo de lissete

Julio Aránguiz conoció a Lissete Ahonzo hace más de un año, el día en que ambos entraron, por primera vez, a la universidad. "De ahí en adelante que no nos separamos más. Yo me colaba en sus clases y ella en las mías, me contaba sus cosas, sus dramas y conmigo se reía mucho", dice.

El sector del faro Punta Ángeles marcó en parte lo que fue este año y medio de amistad para ambos. A ese lugar llegaban cuando andaban en busca de tranquilidad, para mirar el paisaje, o para hacer fotografías, una de las pasiones más características de la joven Lissete.

Cuenta su amigo que ella era bastante introvertida con la gente, en general, pero con él se soltaba mucho y podía llegar a decirle cosas que a nadie más contaría. Tanto la conoce que, efectivamente, cree que se escapó dejando sus cosas en ese lugar, el que tantas veces habían visitado juntos.

"Yo creo la Lissete no está en el faro. Creo que se arrancó para quitarse todo ese peso que tenía encima, no por la universidad, sino que por un acosador que la molestaba todo el rato y desde hace bastante tiempo", piensa.

"Pero Lissete es inteligente, por eso dejó sus cosas en las rocas, para no dejar rastro de su huida". Ideas como esas pasan, a cada rato por la cabeza de Julio, quien cree que su buena amiga ya sabe de todo el alboroto que ha ocasionado y, como es media tímida, no quiere salir de donde está escondida. "No le gusta hacer mucho escándalo, por eso es que no ha vuelto, pero ella está viva, eso es lo que quiero creer", agrega.

Si es que todo fuera así, tal como afirma Julio Aránguiz, la madre de Lissete le pide por favor a su hija que no juegue con ella. "Si es que nos estás viendo, desde alguna parte, sal que esto nos está haciendo mal a todos. Por favor, le pedimos a la PDI no dejen que esto se quede así, con otra joven olvidada", sentenció Georgette Caignard.