¡Presidio perpetuo para padre que violó a hijas!
Durante 11 años conserje viñamarino abusó de ellas. A una la embarazó y a golpes le provocó un aborto. ADN del feto fue clave para condenarlo.
Una condena ejemplar de presidio perpetuo dictaminó la justicia a un conserje viñamarino, que por más de una década agredió sexualmente a sus hijas biológicas. A la mayor la embarazó y tras darle una golpiza le provocó un aborto.
El año 2016 el Ministerio Público de la Ciudad Jardín dispuso que la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisexme) de Valparaíso, quedara a cargo de las diligencias para pesquisar el impactante caso.
La jefa de la unidad policial, subprefecto Silvia Barra, contó que fue una joven de 22 años la que se decidió a revelar el calvario sufrido junto a su hermana, cuando tenían 11 y 9 años, entre los años 2002 y 2013.
"El padre había iniciado los abusos sexuales con su hermana mayor, para luego replicarlos con la hermana más pequeña. Ella no quería que esta situación continuara y se atrevió a denunciar", señala la oficial, que se refirió al modus operandi del sujeto para llevar a cabo sus deleznables actos.
"Los hechos acontecían cuando la progenitora estaba presente o se ausentaba del domicilio. De noche el sujeto drogaba a su esposa, la hacía ingerir pastillas para dormir, lo que hacía que terminara completamente anulada para poder intervenir en auxilio de sus hijas", señaló.
Durante los primeros años, cuando eran niñas, las agresiones fueron tocaciones indebidas, pero con la llegada de la adolescencia subieron de tono hasta transformarse en violaciones. "Cuando eran pequeñas lo planteaba como un juego o situación normal entre padre e hija, pero ya cuando más grandes y ellas tenían conciencia fueron amenazadas de muerte, tanto la madre como la hermana pequeña, y bajo esta situación de presión y constante amenaza concretaba los abusos", precisó Barra.
Embarazo y aborto
Producto de las reiteradas violaciones, la hija mayor quedó embarazada a los 16 años. Aparte de obligarla a confesar que su estado de gravidez obedecía a un supuesto pololo, el conserje le dio una golpiza que derivó en que sufriera un aborto espontáneo. Este suceso fue crucial para que con el tiempo fuera condenado en el juicio oral.
Esto porque dentro de las diligencias realizadas por la Brisexme, y pese al paso de los años, se logró conseguir en el archivo del hospital una muestra de los restos biológicos fetales, los que fueron comparados con el ADN del acusado, quedando en evidencia la relación incestuosa. Era el padre y abuelo del nonato.
Aparte de esta prueba fundamental, la PDI aportó con los relatos de las afectadas y de otros testigos, que resultaron vitales para acreditar la autoría del padre en el hecho. Durante la investigación éste se acogió a su derecho de guardar silencio y no declaró ante la Brisexme. Pero en el juicio negó las acusaciones.
La subprefecto Silvia Barra destacó la importancia de esta sentencia que otorgó una pena elevada al inculpado. "Es una buena señal porque esto puede incentivar a otras víctimas a denunciar y que no tengan una sensación de impunidad. Que no piensen que si ha pasado mucho tiempo no pueden dar cuenta de esta situación. La ley establece que cumplida la mayoría de edad, la víctima tiene un plazo de 10 años para hacer la denuncia. Si la violaron cuando era menor de edad y cumple los 18 años, tiene una década para dar cuenta de la situación. Le hacemos un llamado a las víctimas a que crean en que puede haber justicia", remarcó la jefa de Brisexme porteña.

