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El proyecto hoy

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A mediados de junio, el proyecto de restauración de la Iglesia San Francisco obtuvo la recomendación técnica del Ministerio de Desarrollo Social, con lo que puede postular a fondos del Consejo Regional. Esto podría significar que la Subsecretaría de Desarrollo Regional pudiese aportar con el 50% de los recursos, bajo la figura de la glosa "puesta en valor al patrimonio", mientras que el otro 50% podría ser financiado por el Consejo Regional, instancia donde ya existen conversaciones. A raíz de la obtención de la recomendación técnica, el presidente de la Comisión de Patrimonio del Consejo Regional, Manuel Millones, indicó que, "la congregación se ha comprometido que en el primer año de funcionamiento se hará cargo de los gastos operacionales y de mantenimiento, al segundo año debiera comenzar a autofinanciarse todas las dependencias. Lo que estamos postulando ademas es crear una Corporación de los amigos de la Iglesia San Francisco, que permitan darle una sustentabilidad en el tiempo". Cabe señalar que el proyecto contempla también la habilitación de espacios para el uso intensivo para la comunidad, donde se puedan llevar a cabo actividades culturales, de educación y recreación.

El tortuoso vía crucis de la Iglesia San Francisco

En ruinas quedó el templo tras el incendio del año 2013 y varios problemas para su restauración han sido la tendencia. Un largo proceso que hoy tiene inquietos a los vecinos de cerro Barón.
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Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso.

La madrugada del 2 de agosto del 2013, el fuego que consumía la iglesia San Francisco iluminó la oscuridad de calle Blanco Viel, en cerro Barón, y despertó a todos los porteños del sector. Otra vez, como en 1983 y el 2010, las llamas envolvieron el inmueble, dejando serios daños en su estructura y frenando en seco el proyecto de restauración que se estaba ejecutando.

Así nada más, a pesar de casi cuatro horas de intenso trabajo de Bomberos, el templo que es Monumento Nacional desde 1983 y que sirvió como faro a los navegantes que arribaban al puerto hasta comienzos del 1900, quedaba en ruinas. Los trabajos tenían un avance del 65%, su financiamiento ya cubría el 45% y en los planes estaba que la iglesia fuese reinaugurada en enero del 2014 por el entonces presidente Sebastián Piñera, pero la cinta se tuvo que guardar.

Historia repetida

El templo fue construido a partir de 1846 sobre base de adobe y ladrillo, y al poco tiempo se convirtió en el punto de referencia para los navegantes que llegaban al puerto, que al verlo exclamaban "Pancho", en alusión al apodo de Francisco. Un apelativo que quedó para siempre unido a Valparaíso, y de ahí la estrecha relación de esta iglesia con la ciudad.

Tal como su alter ego, Valparaíso, el inmueble ha sufrido el infortunio de los incendios. De hecho, el mismo año que fue declarada Monumento Nacional -en 1983- se produjo un siniestro que destruyó la estructura de madera de las tres naves, dejando en pie los muros periféricos y el portal de la torre. Años después, en el 2009, debido a su considerable deterioro, el gobierno destinó cerca de 1200 millones de pesos para su restauración. Sin embargo, al año siguiente, el terremoto y un incendio truncó esos planes. Tres años más tarde, el fuego volvería a ensañarse con el lugar.

Un accidente

Recién en marzo pasado, luego de tres años de un extenso proceso judicial, el Quinto Juzgado de Letras de Valparaíso ratificó que una parrilla mal apagada, que fue dejada por estudiantes que la noche del 1 de agosto del 2013 participaban en una peña folclórica en el Instituto de Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica, fue lo que causó el fuego en la iglesia. El hecho fue calificado como un descuido atribuible a estudiantes y no a las autoridades universitarias que facilitaron las dependencias del inmueble contiguo al templo para que se realizara la actividad, por lo que el juez suplente Cristián Urzúa rechazó la demanda indemnizatoria por $1.700 millones que la compañía de seguros RSA reclamaba a la PUCV.

Tras la decisión del juzgado, el propio rector de la PUCV, Claudio Elórtegui aseguró a El Mercurio que no se podía atribuir al largo juicio civil la demora que ha sufrido el proceso de restauración definitivo de la iglesia, ya que RSA reintegró la inversión y a la vez recuperó esa suma a través de un reaseguro.

Inquietud

El proyecto de restauración de la iglesia, para el que actualmente se está en busca de financiamiento y que hace algunas semanas obtuvo la recomendación técnica del Ministerio de Desarrollo Social, es seguido de cerca por los vecinos de cerro Barón. La comunidad está dividida, ya que reconocen el valor histórico del templo y quieren que se reparado, pero también tienen aprensiones sobre la alta suma de dinero que se necesitará para realizar las obras: 6.200 millones de pesos, según el presidente de la Comisión de Patrimonio del Gobierno Regional, Manuel Millones.

En particular, Nicolás Arancibia, presidente de la Junta de Vecinos Nº 4, aclara que entre la comunidad existe pesar por el estado de deterioro de la iglesia y el barrio donde está inserta. Sin embargo, indica que hay división en cuanto a la asignación de recursos, ya que es la "recuperación de una iglesia que es propiedad de la Iglesia, valga la redundancia".

Para Arancibia, el problema es que en el proceso de preparación y redacción del proyecto no se tomó en consideración a los habitantes del cerro, asegura, puesto que esa consulta sólo se habría hecho con posterioridad. "Se nos pone un proyecto por delante, pero no se involucra a la comunidad", indica.

Asimismo, el dirigente agrega que por esta razón no se tomó en cuenta el malestar que existe en un grupo importante de vecinos por la inversión que se hará, ya que "son recursos públicos, donde la Iglesia debería asumir un rol importante también en el financiamiento. Hay necesidades más prioritarias, como la vivienda, que es un tema complicado porque están subiendo los arriendos y a los vecinos les cuesta seguir manteniéndose en el barrio. Podrían usarse en viviendas sociales recursos. También tenemos carencias en torno a los servicios, entorno urbano y problemas de seguridad grandes en el cerro".

El director de la Junta de Vecinos Nº 4, Jorge Tobar, comparte la inquietud de Arancibia, e incluso, va más allá. Pide que cuando comience la ejecución del proyecto haya mayor fiscalización a las obras. Tobar asegura que, "en la última restauración los altares eran hechos con madera prensada. ¿De qué estamos hablando? Tanto dinero, para usar material que es basura. Queremos una fiscalización enorme sobre los recursos y la proporción que se ocupará en material y mano de obra", finaliza el dirigente.