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Más de 30 personas en lista de espera para un cambio de sexo

Estas cirugías y genitoplastías corresponden al Hospital Carlos van Buren. Guillermo Mac Millan, jefe de la Unidad de Urología del centro médico, profundiza en el tema.
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Guillermo Ávila N.

Para nadie es un misterio que la falta de recursos sea una piedra de tope en la vida. En todo orden de cosas. Por eso que más de 30 personas estén en una lista de espera para someterse a una operación de cambio de sexo, en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, es un asunto que alerta, pese a que son beneficiarios.

Y más si se tiene en cuenta que, en promedio, el centro asistencial porteño logra concretar una decena de esas complejas cirugías genitales por año. Cantidad similar a las sumadas en otras tres regiones del país (IV, VIII, X), es decir, 10 operaciones en promedio anual.

Cifras que tienen aval. Y que comenta el doctor Guillermo Mac Millan, jefe de la Unidad de Urología del van Buren, quien lleva más de cuatro décadas en la realización de este tipo de operaciones -y de genitoplastías- que, según nos cuenta, ya suman más de 600 en su larga y reconocida bitácora profesional.

¿Cambio de sexo?

Pero el ayudar a las personas transgéneros a obtener su anhelado cambio de documentación, como prefiere llamarlo el médico, es lo importante. Porque hablar de "cambio de sexo", a su criterio, está mal empleado. Le molesta el término. Por eso, aclara Mac-Millan: "Nosotros no cambiamos sexo en las personas; en ellas ya está cambiado en su mente. Lo que tenemos que hacer como médicos es adaptar el cuerpo para que ellos vivan satisfactoriamente".

Y lo ahonda en base a la experiencia mundial de su gremio en más de 80 años, incluso, acota, con la conciencia de ello en las escuelas siquiátricas.

"Eso ha demostrado que si nosotros apoyamos a estas personas a que su cuerpo no se desarrolle en sentido contrario a su siquis, y posteriormente hacemos los acomodos quirúrgicos, hormonales para que su cuerpo se asemeje a su sexo sicológico, pueden tener una vida confortable", añade el galeno.

En tanto, para Diego Encalada, coordinador regional de Fundación Iguales y estudiante de Medicina en quinto año, que hoy estén en el tapete temas de diversidad sexual en consultas de atención primarias, cirugías transgéneros y disfunciones sexuales, es un paso adelante, a diferencia de antes.

Encalada considera que a la sociedad le falta más educación: "Creemos que es la principal herramienta de información".

El coordinador de la fundación acota que "ser homosexual o transgénero no afecta el fondo. Eso lo avalan estudios científicos". Según el censo 2012, en Chile habría 266 hombres transexuales y 717 mujeres transexuales.Guillermo Mac Millan se considera un cirujano artesanal. La cirugía reconstructiva de genitales le apasiona. "Adapto genitales de femenino a masculino y de masculino a femenino. Estos pacientes requieren apoyo sicológico y hormonal durante toda su vida para evitar, al principio, los cambios hormonales, y mantenerlos".

Prótesis y tercera edad

Para Juan Andrés Venegas, experto en materia de infertilidad masculina como médico sexólogo en el hospital Carlos van Buren, el motivar a sus colegas es prioridad: "Si un día alguno llega a ser ministro de Salud que piense en la dimensión de la sexualidad, sobre todo lo que compete con adultos mayores".

Y especifica en lo que le preocupa: la tercera edad. "Estamos en un país que presenta una de las tasas más altas de envejecimiento. Entonces, por qué no pueden tener derecho de vivir estas personas mayores. No hay recursos para cubrir sus demandas sexuales. Gente normal, ancianos, que quieren tener una función vital trascendente para el origen de la familia y la sociedad".

Incentivarlos a que consideren la sexualidad como algo importante en la existencia de sus pacientes lo considera clave. "Hay pocos recursos para tratar la disfunción eréctil en el hombre a nivel de servicio de salud público", acusa.

He aquí sus dardos a la mejora. "Prescribo las hormonas con mucha justificación para darle reemplazo hormonal a los pacientes adultos mayores. Para que hablar de las prótesis de penes, no se compra ninguna a nivel de servicio de salud. No hay financiamiento. Yo lo tramito a todo nivel... y nada".

Cuenta Juan Venegas que le es triste escuchar a un hombre de 70 años, con vitalidad, comprarse una prótesis que el Estado no financia. "¿Cuánto gana un pensionado en Chile? La prótesis más barata vale 650 mil pesos, ¡no pueden costearlas!".

Tanto Guillermo Mac Millan como Juan Andrés Venegas, como expositores en el XL Congreso Científico Nacional de Estudiantes de Medicina, organizado por la Universidad de Valparaíso, también concordaron en que hace falta más centros de salud públicos que se especialicen en este tipo de disciplinas y operaciones.

Genitoplastías

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Pero, ¿qué es una genitoplastía feminizante? Guillermo Mac Millan dice: "Consiste en que extirpamos el pene, los testículos y creamos un espacio entre la vejiga y el recto, y allí con piel tapizamos una vagina. Hemos desarrollado lo plástico: tenemos labios menores, clítoris, que perciben sensaciones. Es satisfactoria. Una persona no experta puede pensar que son genitales masculinos". En cambio, agrega el jefe de la unidad de Urología del van Buren, la genitoplastía masculinizante es más compleja. "Se pueden hacer colgajos, tubos cutáneo en que se exprime un cilindro cutáneo con poca sensibilidad. Se hace un falo pequeño con la misma estructura femenina, que resulta un pene pequeño que tiene erección y puede orinar de pie. Los pacientes quedan conformes con eso".