Un matrimonio y su hijo fueron asaltados, en distintos momentos, en el mismo lugar en Valparaíso.

La señora M.C. vive en el cerro Mariposas y trabaja en un colegio de avenida Pedro Montt. A diario junto a su familia caminan por avenida Francia hasta la principal avenida porteña. En ese trayecto, el pasado fin de semana ella fue interceptada por un solitario antisocial, al costado de la farmacia Cruz Verde. La intimidó con un cuchillo y le sustrajo su celular. Un par de días atrás fue el turno de E.M., su hijo de 23 años, quien a primera hora de la mañana, en el mismo sector, fue abordado por dos antisociales que con un cuchillo le cortaron superficialmente una mano, para que entregara su morral con su teléfono móvil y la billetera con dinero. Solo le dejaron sus documentos y arrancaron. M.C. recuerda que mese atrás su marido fue amenazado en el mismo sitio por un delincuente, pero ante la tenaz resistencia que puso su cónyuge, el ladrón huyó sin botín. "Ese lugar es muy solitario y oscuro en las mañanas, además que existe nula vigilancia policial. Aparte de nosotros tres, otras colegas del colegio han pasado por lo mismo y como siempre en estos casos nadie ayuda cuando a uno lo están asaltando", comentó la víctima que espera las autoridades tomen cartas en el asunto.

En Casablanca la PDI recuperó una bicicleta de competición que fue sustraída en el norte del país.

El delito se perpetró en enero pasado en una calle de Copiapó, donde el joven D.N.A.D., de 20 años, sufrió el robo de su bicicleta de descenso marca Santa Cruz, modelo V10, color rojo, con suspensión Marzocchi , avaluada en un millón 600 mil pesos. El vehículo era usado en torneos locales y nacionales.

Tras el delito la víctima rastreó la bicicleta en las redes sociales, y la reconoció en una pagina de compra venta de la Quinta Región. Se contactó con la persona que la ofertaba y le explicó que era de su propiedad y que cometía un delito, pero el vendedor optó por salir de la redes sociales y no atender los requerimientos del afectado, que hizo la denuncia en la PDI copiapina. Meses después, la Fiscalía nortina remitió los antecedentes del caso a la Brigada Investigadora de Robos (Biro) de Valparaíso, la que tras diversas diligencias, estableció el paradero del móvil en una casa de Lo Orozco en Casablanca. El menor S.H.R.C., de 15 años, la había comprado en 400 mil pesos, incluso dando en pie otra bicicleta. Al ver que fue descubierto en internet por el dueño, optó por quedarse con ella y no comercializarla. Fue detenido por receptación y llevado al cuartel San Francisco. El fiscal de turno dispuso quedara en libertad, a la espera de ser citado a declarar al Ministerio Público.

Fabian San Martín D.

Ala cárcel fueron derivados un padre y su hijo que estaban prófugos de la justicia, luego de una cobarde agresión a un adulto mayor.

Los hechos ocurrieron la tarde del 6 de julio de 2015 en un edificio de calle Huito. Allí un hombre identificado como J.C.D., de 64 años, sintió gritos de auxilio provenientes de un departamento en el tercer piso. Al acudir al inmueble le abrieron la puerta P.A.A.G.CH., de 60 años, y su hijo P.A.G.P., de 21 años, quienes se le fueron encima propinándole golpes de puños en el rostro y lo botaron al piso, dándoles patadas cuando estaba en el suelo. El sexagenario se levantó para escapar hacia su hogar en el segundo piso y fue seguido por los energúmenos, que lo botaron por una escalera y lo dejaron inconsciente en un descanso, sin auxiliarlo.

El afectado resultó policontuso con hematoma subdural agudo y fractura de huesos de la cara, lesiones que le provocaron secuelas funcionales y trastornos de las funciones ejecutivas del cerebro, dejándolo con imposibilidad de reintegración social y ocupacional. Quedó con problemas de desplazamiento y de lenguaje.

Los agresores fueron llevados a la justicia, que en enero del presente año dictaminó una sentencia condenatoria para ambos por el delito de lesiones graves gravísimas. Fueron sentenciados a la pena de 6 años de presidio mayor en su grado mínimo, debiendo ésta cumplirse de manera efectiva.

Sabiendo que eran buscados por la justicia, padre e hijo eludieron el actuar policial. En forma constante cambiaban de domicilio y frecuentaban lugares de poca fiscalización policial, pero finalmente fueron capturados.