Carla Olivares Rojas
Secadores de pelo, televisores, sillas, cajas fuertes, lámparas, papeleros, espejos, muebles, caminos de mesa, cuchillerías, cuadros, ampolletas, veladores, camas, wc para discapacitados, sillas de guagua, sillas ortopédicas de ducha, entre otros artículos fueron donados por el desaparecido hotel San Martín hace un año al municipio de Viña del Mar y esta semana se conoció el destino que tendrá parte de lo que donó la hotelera que operó 58 años en la Ciudad Jardín.
Veinte juntas de vecinos, 16 organizaciones de mujeres, 13 organizaciones de adultos mayores y 60 personas naturales con distintos casos sociales serán los receptores de estos artículos que aún permanecen en custodia del municipio.
Los criterios
Pero, ¿cuáles fueron los criterios utilizados para dicha donación? o ¿porqué demoraron un año en que los concejales conocieran el destino de lo donado?
El concejal Víctor Andaur (PC) tiene sus dudas ya que "la idea es que se produzca una entrega a quien corresponda y a quien más lo necesite y en ese sentido vemos que algunas organizaciones que serán beneficiadas no necesitan tanto. Como no se nos informó nada desde un comienzo, nunca vamos a conocer el detalle de lo que llegó y eso da para pensar", sostuvo.
En esta misma línea, la concejal Laura Giannici (DC) estima que hay quienes necesitan más ayuda que otros por eso pidió que, en adelante exista una mejor evaluación. "Se ayudó a personas individuales, pero yo privilegiaría a los adultos mayores y a la gente con capacidades diferentes que son los más abandonados y que muchas veces no tienen ni tele. Creo que en adelante hay que hacerlo más provechoso para la gente común y corriente más que para organizaciones sociales", dijo.
Respecto de la demora en la entrega del detalle, la edil sostuvo que se perdió mucho tiempo en ordenar, clasificar y limpiar algunos artículos donados, por eso que hacer un catastro y distribuirlo fue tremendamente difícil para los funcionarios municipales.
Otro punto de vista tiene la concejal Macarena Urenda (UDI). "Se trató de ayudar a todos, a organizaciones y a personas que certificaban que realmente necesitaban. Suena algo muy fácil, pero es complejo, fue un acto muy generoso, pero hubo que inventariar, guardar, hubo que reunir a las personas para que vieran las cosas, habían artículos que no estaban en muy buen estado o había que ordenar. El proceso fue lento y eso demoró la presentación en el concejo municipal", destacó.
Respecto de la donación, el municipio de Viña del Mar señaló que "se consideraron diversos criterios, tales como tener personalidad jurídica vigente, no haber recibido donaciones anteriores y la vulnerabilidad del territorio. En el caso de organizaciones funcionales, de Mujeres y Adultos Mayores, se consideró a las más vulnerables, con menor implementación, que no hayan recibido donaciones anteriormente y haber sido víctimas de robo de pertenencias comunitarias, y que están activas. Y respecto de personas naturales, el criterio de asignación se basó en su situación de vulnerabilidad social respaldado por el respectivo informe económico".