Desalmado mató a golpes a su hijito de solo cuatro meses
Sujeto de 36 años y adicto a la pasta base, entregó crudo relato a la policía.
Dos golpes en el estómago a lo karateca, además de otros en la cabeza bastaron para que el pequeño C.J.L.C. de apenas cuatro meses perdiera la vida el lunes en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso tras ser agredido brutalmente por su propio padre.
Los hechos ocurrieron el sábado durante la mañana cuando el sujeto, identificado como Cristian Antonio Leighton Astorga, de 36 años se encontraba solo en el domicilio junto a sus dos hijos de 4 meses y de un año y 5 meses en la población Andorra en el sector San Roque de Valparaíso.
Según él mismo declaró en el cuartel de la Brigada de Homicidios de la PDI, la madre de los niños junto a la hija mayor de ella de 10 años, salieron en la mañana a vender ropa a la feria para reunir algo de dinero, quedando solo al cuidado de los pequeños.
"El dinero que gano en mi trabajo me lo gasto comprando droga. El día 11 de agosto ya no había dinero en casa, yo me había fumado hasta el último peso que tenía, por lo que mi pareja me dijo que iría el sábado a vender ropa a la feria de las pulgas. Durante la noche me fumé unos 15 monos, al día siguiente, a las 8.30 ella se fue a vender quedándome yo a cargo del cuidado de mis hijos. Me tomé unas pastillas que me dieron en el consultorio que son para el tratamiento de la drogadicción, me las tomé para dormirme y olvidarme que tenía tres papelinas de pasta base escondidas, pero no me dio resultado, me dieron deseos intensos de fumar pasta base, por lo que fui a buscar los monos que tenía y me los fumé uno a uno", relató.
El llanto del bebé
A eso de las 10.30 de la mañana, el niño que hoy cumpliría 4 meses despertó y Leighton Astorga lo llevó a su cama donde se acostaron los tres, pero el pequeño comenzó a llorar lo que descontroló al padre.
"Yo empecé a tratar de calmar a mi bebé pero no pude, me fui desesperando poco a poco porque mi hijo no se callaba, no podía controlarlo por lo que ofuscado le di un fuerte golpe con mi mano, como de karate, en su guata, intensificando su llanto, por lo que me aguanté un minuto, pero luego le di otro golpe igual al anterior. Posterior al segundo golpe, mi hijo se quedó callado, como ahogado, instante que me asusté y comencé a presionar su pecho y guata como para que respirara, pero él no reaccionaba. Era tanta mi desesperación por lo que había hecho que al ver que no reaccionaba, comencé a darle palmazos en su cabeza, con la intención de que sacara el llanto, que respirara, pero no pasaba nada por lo que le di un fuerte golpe de puño en su cabeza comenzando a llorar", relató.
Posterior a este crudo episodio, el niño comenzó a vomitar una sustancia verde, que se estima serían restos fecales. A eso de las 14.00 horas llegó la mujer quien de inmediato se percató que algo no andaba bien con el pequeño, estaba somnoliento e inapetente, él se hizo el desentendido y ella pensó que era producto de un resfrío que lo aquejaba.
Al hospital
El niño se mantuvo sin variación por el resto del día, se le notaba enfermo y a eso de las 3.00 de la mañana, del día domingo, cuando la mujer intentó darle leche, notó que el pequeño empeoraba y tenía problemas para respirar, por lo que decidió llevarlo al hospital Carlos van Buren. Fue con el parricida quien hasta ese momento no confesaba el horrible crimen.
En el centro asistencial de inmediato se dieron cuenta que el niño corría serio riesgo de no sobrevivir, fue intervenido quirúrgicamente y, al ser interrogados, el sujeto comenzó a entregar algunas versiones de lo acontecido.
En una primera instancia aseveró que la pequeña de un año y cinco meses lo había botado del coche y que había saltado sobre él, pero los médicos advirtieron que el peso de la niña hacía imposible que se le reventara el intestino. Un scanner posterior mostraría otras graves lesiones que lo tuvieron en la UCI hasta que falleció a eso del mediodía del lunes por una falla multiorgánica.
C.J.L.C. resultó con equimosis, hematomas, fractura de cráneo, de dos costillas y perforación del intestino. Su padre era adicto a la pasta base desde hace cuatro años y desde los 19 años que fumaba marihuana todas las mañanas. Tenía antecedentes policiales, pero que nunca se concretaron en condenas.