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Carnicero haitiano se luce en la venta de carnes previo al '18'

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Maximé Maxim hace dos meses que está trabajando en la carnicería Anguiano de calle Pirámide, en Valparaíso.

Con soltura se desenvuelve entre los clientes, mientras que su jefe, José Cerda, un carnicero de los antiguos, siempre le está dando algunos datos importantes.

Nos recomienda que para un buen asado para cuatros personas para este 18 de septiembre, los comensales deben desembolsar cerca de 15 mil pesos.

"Con 15 luquitas entre cuatro comen bien. Pollo, carne, cerdo y unas longanizas", señala José Cerda, mientras su ayudante Maximé mira atento las indicaciones del jefe.

En cuanto a la carne, Cerda señala que los mejores cortes son el abastero, la sobrecostilla, palanca o la tapabarriga. "Son cortes económicos y que bien sellados por ambos lados quedan muy buenos. Están a $6.490 el kilo, así que es una muy buena opción", detalla el carnicero, quien recomienda acompañar el asadito con un buen vaso de vino, aunque admite que "el chileno mezcla todo. Por ejemplo a mí me gusta el asado con piscola".

Mención aparte hace el carnicero Juan Cerda para sus longanizas, las cuales prepara él mismo con puro cerdo fresquito. Por su parte Maximé sigue atendiendo a los clientes, mientras que Cerda dice entre risas que "es como un hijo".

Desempolvan históricas catacumbas porteñas

Se encuentran bajo el Cementerio de los disidentes del Cerro Panteón de Valparaíso. Quieren recuperar espacio para la comunidad.
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Sebastián Paredes Contreras

Jóvenes alumnos de la carrera de Restauración Patrimonial del Duoc UC, así como también trabajadores municipales están dedicados hace un par de semanas a una tarea titánica, pero llena de historia y misterios.

Se trata de la limpieza de las catacumbas que se encuentran a un costado del Cementerio Número 1, del cerro Panteón de Valparaíso, el famoso "cementerio de los disidentes".

Cristina Guerra, directora de los cementerios municipales de Valparaíso, señala que "este operativo consiste en recuperar un espacio que es conocido como las catacumbas, el cual radica en una gran bodega debajo del Cementerio N° 1 y que durante mucho tiempo fue utilizado como taller de marmolería y restauración, pero que con el tiempo quedó abandonado".

Cuando se levantó el cementerio del cerro Panteón, por allá por el año 1825, también se habilitó un lugar para que los trabajadores que fabricaban lápidas y estatuas de mármol tuvieran su lugar.

Desde esa época que el espacio estuvo escondido bajo el cementerio. "No es precisamente una catacumba como la gente las conoce, más bien fue un taller, el cual queremos recuperar porque el potencial es inmenso. Tiene unos ventanales que dan a la bahía de Valparaíso y puede ser un buen espacio para la comunidad", señaló Cristina Guerra con respecto a la limpieza del lugar.

Valentina Merello es una alumna de segundo año de la carrera de Restauración Patrimonial y a pesar de que ella es de Quilpué, cuando se enteró de la posibilidad de participar en esta limpieza histórica, no lo pensó dos veces y se anotó.

"Me interesó porque habría un rescate total de las piezas que estaban prácticamente olvidadas. Todas ellas tienen una importancia histórica muy grande para la ciudad, y por ende, para todos nosotros", señaló la joven, quien agregó que "esto es historia, arte y valor. Yo había escuché hablar de estas catacumbas, pero jamás había entrado. Fue muy impresionante estar adentro".

Para Marcelo Garrido, gerente general de la Corporación Municipal de Valparaíso, "esto se trata de un ejercicio de dos partes. Por un lado hay que recuperar un lugar que será utilizado posteriormente con distintos propósitos, y por otra lado, es la demostración de decir que aquí se puede, a pesar de la falta de recursos y plata, con ánimo y disposición iremos logrando cosas".