La lamentable ola de robos que azota al barrio de Pablo Neruda
Autos forzados y casas revueltas es la tónica desde hace dos meses en el barrio.
El otrora tranquilo cerro Bellavista se empañó por una serie de robos concentrados en los últimos dos meses, afectando por igual a vecinos, comerciantes y turistas.
Los robos a casas deshabitadas se multiplican en las últimas semanas, repitiendo un modus operandi que es fácilmente reconocible. Las bandas entran a las viviendas a plena luz del día, pero cuando no hay moradores en el interior. Fuerzan una de las ventanas y desvalijan todo lo que encuentra.
Uno de los afectados es Juan Jordán, residente desde hace 30 años en el sector, que el pasado 28 de julio salió al teatro municipal junto a su esposa, y antes de ingresar tuvo que volver cuando su hija le alertó que habían sido robados.
"Cuando ellas llegan, ven el portón abierto, nos llaman y ahí yo les dije que no entraran, que llamaran a Carabineros. Ellos llegaron prontamente, peor ya los delincuentes habían escapado", recuerda el porteño, quien agrega que "se llevaron todo lo que pillaron. Fue un robo millonario, revisaron todas las habitaciones, al parecer eran más de dos porque revisaron todo. Se llevaron una cantidad de joyas y patrimonio familiar que es invaluable", se lamenta.
Artesanos
Javier Valencia es vecino del sector y tiene un puesto de artesanías en la calle Ferrari, y cuenta que el robo a los locatarios creció en los últimos días.
"Pasaron dos señoras y yo que tengo hartos años de calle me considero más vivo, así que cuando pasaron estuve atento, y al momento que se fueron dije: 'No me pudieron robar, la hice', y al otro día me di cuenta que me faltaban dos prenditas chicas", comenta el artesano, agregando que ese día hubo otros dos puestos afectados.
"Un turista no puede dejar el auto estacionado sin vigilarlo. Me pesa decirlo, pero como vecino, estamos al lado de una comisaría", se lamenta el locatario.
La sebastiana
Donde se aprecia un trabajo más focalizado es hacia los turistas que visitan La Sebastiana.
Los delincuentes esperan que los autos queden desocupados para romper las ventanas y/o forzar la chapa de la puerta, sacar todo lo que encuentren y escapar en otro vehículo, con maletas, bolsos, tablets y carteras.
Quien pudo ver la maniobra de primera mano fue Samuel Hertel, residente del sector, que sorprendió a un sujeto forzando el maletero de su auto que estaba estacionado en la vía pública.
"Yo lo vi y salí detrás del tipo. Era un hombre de mediana estatura, corpulento, moreno. Salí detrás y se subió a un jeep Cherokee rojo que manejaba una niña que no pude ver bien, estaba esperándolo con el motor prendido y bajaron por Ferrari", recuerda Samuel, agregando que hace pocos días otra vecina presenció un hecho de similares características.
"Ella estaba barriendo en la puerta de la calle, y llega una camioneta oscura, tipo furgoneta, con vidrios polarizados. Se bajan unos tipos rompen un vidrio de otro vehículo, empiezan a sacar las cosas y se van. Dice que se demoraron menos de un minuto", relata el porteño.