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P. Negras y Montedónico se unen por los abuelitos

Dirigentes atienden y ayudan a 62 adultos mayores del sector con el fin que tengan un vejez digna.
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Sebastián Paredes Contreras

Sergio Barrientos está orgulloso y no es para menos. Y es que pasó de ser un dirigente deportivo de Montedónico en Playa Ancha, a todo un constructor de dignidad para abuelitos del sector.

Sergio Barrientos no está sólo en esta cruzada. A él se suma Nelly Pavéz, una dirigenta vecinal del sector de Puertas Negras, ubicado también en Playa Ancha.

Ambos, pese a que viven sectores distintos, los cuales por años mantienen una visible rivalidad, lograron aunar criterios en pos de una noble tarea: entregarle calidad de vida a 62 abuelitos que actualmente viven en precarias condiciones.

"Yo vi morir a mi madre, una mujer mayor que tuvo que golpear muchas puertas, en especial para poder ser atendida en consultorios. Es algo indigno y después de eso me propuse ayudar a los abuelitos que pudiera a que no pasaran por lo mismo", señaló Sergio, quien comenzó por ayudar a un grupo de abuelitos y ahora junto a Nelly ya formaron una verdadera agrupación en donde asisten a los abuelitos desde la entrega de pañales, hasta la habilitación de un botiquín común y terapias ocupacionales. Entre ambos decidieron que se llamaría "Los Buenos Vecinos playanchinos.

Upla

"De los 62 abuelitos que atendemos 32 son autovalentes y el resto están postrados. Muchos tienen escaras y la verdad es que la pasan mal", señala Sergio, quien junto con Nelly y a otros vecinos organizaron un proyecto, el cual presentaron en la Universidad de Playa Ancha (UPLA) para que los propios alumnos de la carrera Terapia Ocupacional pudieran atender a los tatitas una vez por semana.

"Nos estamos organizando constantemente. No ha sido fácil, pero estamos orgullosos de lo que hemos hecho y sería bueno que esto se imitara en otras partes del país", finalizó Sergio.

Gendarmería regaló cobertores a abuelitos del Ejército de Salvación

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Gendarmería no quiso estar ausente en la celebración del Día de la Solidaridad, festividad en que se conmemora el fallecimiento de San Alberto Hurtado. Es por ello que funcionarios del centro de Educación y Trabajo (CET) de Valparaíso llegaron hasta las dependencias del Ejército de Salvación, ubicadas a metros de la plaza Echaurren, para entregar un regalo muy útil a las cerca de 90 personas que alojan en este recinto.

En total fueron más de una veintena de cobertores los entregados por los funcionarios a la directora del recinto, Nancy González. La encargada del lugar se mostró muy agradecida por esta noble acción que les es de gran ayuda, más aún cuando este invierno sigue siendo sinónimo de bajas temperaturas.

"Para nosotros es muy significativa esta colaboración que nos ha hecho Gendarmería. Siempre se nos hace poco la ayuda que tenemos. Ojalá se prolongue en el tiempo el que nos sigan ayudando. Es harta la necesidad y es muy significativa la ayuda para las personas que duermen acá", expresó la directora.

Fernando Peña fue una de las personas que recibido de forma inmediata la ayuda donada. Para él se trata de "Un muy bonito gesto y eso se agradece porque la institución necesita mucho. Va a ser un invierno largo por lo que estoy viendo, así que es muy bienvenido".

La nueva vida en Concón de un ex damnificado

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Ese 12 de abril de 2014, cuando el denso humo gris cubrió Valparaíso y las llamas arrasaron con las viviendas repartidas en los cerros del ala norte de la Ciudad Puerto, Sergio Arriagada observaba incrédulo cómo enormes lenguas de fuego desintegraban lo que hace media hora antes había sido su hogar por más de 20 años: "En menos de 30 minutos mi casa quedó reducida a cenizas y mi familia abatida", contó.

Él forma parte del catastro de damnificados (1.219 de ellos propietarios y 1.762 entre arrendatarios y allegados) elaborado por el Gobierno tras el siniestro que dejó a 2.998 núcleos familiares afectados en la parte alta de la capital regional. "Vivíamos en el cerro Las Cañas con mi mujer y mi hijo. Quedamos con lo puesto, las lenguas de fuego no dejaron nada bueno, solo papel quemado, madera chamuscada y muchas fotografías destruidas, muchos recuerdos extinguidos", se lamenta Arriagada.

Esta compleja situación no pudo ser superada ni por este vecino ni por su familia, por lo que acordaron tomar el subsidio otorgado por el Servicio de Vivienda y Urbanización (Serviu) y adquirieron un departamento usado en la Villa Primavera de Concón.

"Yo conocía Concón y quería una buena calidad de vida. Teníamos claro que para nosotros iba a ser el lento el proceso de superación, pues lo ocurrido ese 12 de abril nos afectó sobremanera, fue un shock para todos los porteños, en especial para los vecinos que enfrentamos las llamas".

Al respecto el seremi Minvu Valparaíso, Rodrigo Uribe, expresó que, "como don Sergio, hubo muchos damnificados que prefirieron recibir el subsidio de adquisición de vivienda usada a quedarse a reconstruir en los terrenos devastados por el megaincendio. Algunos se trasladaron a proyectos habitacionales en Villa Alemana, Placilla, Concón, por nombrar algunos".