Peruanos llaman a redescubrir la ayahuasca
Planta sagrada se asoció a lo negativo tras la llamada "Secta de Colliguay". Experta destaca rol sanador, aunque asegura que hay que cumplir reglas.
Se acuerda de la ayahuasca. Seguramente lo primero que se le viene a la mente es "Antares de la luz" y la secta de Colliguay. Bueno, lo cierto es que la planta sagrada es mucho más que el mal uso que le dio el grupo que se reunía en el sector rural de Quilpué.
Así lo dejó claro Maritza Villavicencio, la llamada "Señora de los pallares", y quien fue protagonista del seminario "Perú", organizado por la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo del país del norte y donde se reunió a un grupo de operadores turísticos de la región. La razón, contar las bondades de Perú, enfocadas en el amazonas.
Fue en este contexto que Villavicencio destacó las experiencias sanadoras que se pueden vivir en el amazonas, el que generalmente se asocia a Ecuador y Brasil, pero cuyo río igualmente está ubicado en Perú.
Una de ellas tiene que ver con la ayahuasca, pero ahí Maritza marca la diferencia. "Si tu vas a buscar respetando una experiencia sagrada, bienvenido. Si quieres algo psicodélico, anda y tómate un éxtasis".
Y agrega, "la planta no es ni buena ni mala, depende de quienes la usan y para qué. Lo que quiero señalar es que originalmente quienes tomaban las pócimas eran los maestros, no necesariamente el paciente".
La mujer puntualiza que con ayahuasca lo que se hace es descubrir el ADN de la persona mediante la serpiente cósmica, y es ahí donde los maestros pueden tener la lectura de las enfermedades que no tienes, pero puedes tener por tu ADN, y prevenirla.
Agrega la mujer que, "los efectos de la planta son mucho más exaltados en su medio ambiente, por lo que llevársela de ahí a otros lados, no es lo mismo. La ayahuasquera tiene que estar en su espacio". Por eso, la mujer dijo que la experiencia se debe vivir -para tener un efecto- en la amazonía del Perú.
Pero esto no es todo. La amazonía tiene paisajes únicos, y la posibilidad de interactuar con grupos étnicos con cada cosmovisión, vestimenta, costumbre. "Hay muchos grupos que tienen proyectos de desarrollo de la mano del turismo, y que te hacen partícipes de su danza, su cultura, y te diseñan en el rostro algo que para ellos tiene mucho significado, y te lo van explicando", contó Villavicencio.