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[Cultura Urbana]

Buscan abrir las puertas del mágico Parque Quintil

La idea es generar convivencia ciudadana en contacto con la naturaleza, como espacio público para la reflexión y el desarrollo de programas educativos.
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Nicole Valverde S.

Escondido como una costilla de la avenida Santos Ossa de Valparaíso, se encuentra el Parque Quintil. Unos de los pocos lugares verdes que nos van quedando en la ciudad Puerto. Más que una costilla, es un mágico pulmón para todos y todas nosotras.

Por años, este parque perteneciente a la Municipalidad de Valparaíso, estuvo solo y olvidado, funcionando como oficina del Departamento de Parques y Jardines del municipio, hasta que a fines de 2016, distintos miembros de la comunidad porteña y movimientos sociales decidieron rescatarlo para darle amor y utilidad.

Comunidad

La propuesta presentada por la comunidad, que se ha organizado a través de distintas mesas de trabajo, busca potenciar el Parque Quintil como un espacio transformador de la calidad de vida y la conciencia ciudadana, generando valor en sí mismo al aumentar el acceso a áreas verdes e impulsar un ambiente de colaboración y contacto con la naturaleza.

Talleres

Es por eso que actualmente se realizan talleres ecológico donde se puede aprender a implementar huertos orgánicos y medicinales.

Según Andrea Bernales, una de las coordinadoras, esta comisión es integrada por personas con experiencia o interés en el desarrollo de huertos urbanos y gestión eficiente de aguas. La conforman también personas del Grupo de didácticas de la ciencia de la PUCV, quienes plantean cursos formativos a profesores de colegios municipales de Valparaíso.

Además, se implementó una casa-taller abierta para la realización de distintos talleres colaborativo de oficios, trabajo intermedio equipado con herramientas, trabajo liviano, disponible para trabajo con papel reciclado, xilografía, encuadernación, fito-cosmética, tinturas vegetales, etc. Taller de trabajo limpio, disponible para oficios que requieren espacios para textil.

"Lo más importante es lograr participación ciudadana para darle fuerza a la red de actores que hoy estamos en el parque, y así se consolide como un parque ciudadano, transformador e inspirador", agrega Andrea.

Al aire libre

Otro objetivo es aprovechar el espacio al aire libre que brinda el Quintil con actividades culturales y recreativas. En ese sentido, Isa Walker, también coordinadora, detalla que se realiza una restitución de la flora nativa local, asociada a la quebrada y senderos para la creación de un espacio educativo a los visitantes del Parque Quintil.

"La reapertura del Parque Quintil considera la restitución de la flora nativa del bosque, implementación de huertos educativos, y rehabilitación de la casa-taller ubicada dentro del terreno, en la cual se impulsarán programas de participación ciudadana en favor del desarrollo social y medioambiental de Valparaíso".

Y concluye que "actualmente, existe un trabajo colaborativo entre voluntarios, organizaciones sociales autogestionadas, universidades, programas de reinserción laboral a través del Programa de Emergencia de Empleo de la CONAF, el municipio, y redes de apoyo a nivel gubernamental. Todos trabajan para la devolución y resignificación de este importante espacio para Valparaíso".

Pantalla grande

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"Johnny Cien Pesos: Capítulo 2"

No era mala idea filmar veinte años después "Johnny Cien Pesos" (1993), una película policial, pero que reflejó sin querer el Chile post Pinochet con inusual lucidez.

Sobre todo, si la iba a dirigir y producir el mismo director, el cineasta chileno-alemán Gustavo Graef-Marino; pero la verdad es que esta segunda versión, "Johnny Cien Pesos: Capítulo 2" (2017) decepciona principalmente por problemas en el guion. Graef-Marino, de 61 años, dirigió un largometraje antes del primer Johnny Cien Pesos, la cinta "La Voz" (1989) y después, dos cintas hollywoodenses, "Enemigo de mi Enemigo" e "Instinto Letal", que al parecer lo alejaron de la realidad nacional.

En las primeras escenas, la cinta entusiasma por la aparición en cuadro de Johnny Cien Pesos, al salir de la cárcel después de veinte años de condena e interpretado por el mismo actor, Armando Araiza, quien tiene una fuerte presencia ante la cámara, a pesar de algunos ripios en su actuación.

Con un montaje paralelo, en que se va alternando su encuentro con un hijo que no conocía, Juan (Lucas Bolvarán) y con su madre; y con una amiga de aquel, Bárbara (Luciana Echeverría); y con el secuestro de Isidora (Ignacia González), en que se ve obligado a participar, como una condena por su pasado delictual, la película entretiene en su primera media hora.

Luego, los problemas de guion se hacen evidentes. El personaje del mafioso, Moni (Juan Pablo Bastidas) no convence; parece gringo pero pontifica sobre la juventud y la realidad chilena. Juan no se comporta como si corriera peligro su vida y la de su padre. Isidora tampoco parece que estuviera secuestrada, sino más bien como que estuviera de picnic. El propio Johnny recibe una lección de manejo de su hijo y se transforma de inmediato en un conductor de película. Así, suma y sigue, lo que provoca el tedio del espectador. Para llegar al final feliz ocurren una serie de incongruencias: Johnny se encuentra con uno de sus secuestrados hace veinte años, mata a una serie de personajes y sale libre de polvo y paja, contando con la anuencia de la Comisario Aguilera (Francisca Gavilán), transformado en un restaurador de libros antiguos, millonario e intelectual. Definitivamente no es el reflejo del Chile actual.

"....la verdad es que esta segunda versión: 'Johnny Cien pesos: Capítulo 2' decepciona principalmente por problemas en el guión'."

Nombre: "Johnny Cien Pesos: Capítulo 2".

Cine y sala: Cinemark Espacio Urbano, sala 5.

precios: 11.00, 13.40, 18.50 y 21.30 horas..