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Miel adulterada, un fantasma para los apicultores

Agrupaciones pidieron a los parlamentarios que se les considere en la discursión de la nueva ley y, además, piden que se fiscalicen las imitaciones.
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Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaìso.

Como astronautas que recalan en territorio inhóspito, cientos de apicultores de distintas zonas del país llegaron hace algunos días con sus característicos buzos de protección hasta el Congreso Nacional.

Por primera vez quienes viven de la producción de miel se tomaban las calles de Valparaíso, en una marcha que tuvo la atención de los porteños, ya habituados a las manifestaciones de diversos movimientos sociales.

Las llamativas vestimentas y algunos "humano-abejas" provistos de corpóreos ayudaron a su primer objetivo: que el resto supiera por qué estaban allí.

El segundo objetivo que buscaban, remecer a los parlamentarios que actualmente discuten la nueva Ley Apícola, es una tarea de más largo aliento.

Rechazo transversal

La tramitación del nuevo proyecto de ley que regula la actividad ha recibido críticas transversales, tanto de los propios apicultores como de parlamentarios de distintos sectores polìticos.

El rechazo se produjo luego de que el Ejecutivo introdujera una indicación sustitutiva dos proyectos previos, los boletines N° 9.479-01 del senador Juan Pablo Letelier, y N° 10.144-01 del senador Eugenio Tuma.

Ernesto Curti, vocero de Apivalpo, comenta que la muerte de la abejas por la acción de plaguicidas que -incluso- en otros países están restringidos, es la principal preocupación. No obstante, comenta, hay otros aspectos que delatan que la nueva ley no promovería la actividad apícola.

"No es una ley que reconoce la actividad (...) muy poco y nada se dice respecto de los productos adulterados. Quisiéramos una ley que pudiera contener esos y muchos otros elementos, pero lamentablemete no lo vemos porque no nos han llamado a colaborar con la redacción", asegura el dirigente.

Uno de los impulsores de los boletines previos a la indicación sustitutiva, el senador Eugenio Tuma, indicá que el proyecto de ley no tendrá destino en la medida que no se vuelvan a recoger los planteamientos originales.

Respecto a la problemática de los productos adulterados, enfatizó que "en otros países hay una legislación que protege a la marca de la miel, no se puede usar fraudulentamente la marca. Debe ser penalizado".

Al igual que el parlamentario por la Araucanía, el senador Juan Pablo Letelier, impulsor del otro boletín, también conversó con los preocupados apicultores. Junto a los productores, Letelier hizo hincapié también en que una ley que proteja la vida de las abejas no sólo es beneficiosa para la actividad apícola, sino que asegura la biodiversidad, por su labor de agente polinizador. "Una ley marco requiere realmente una defensa de la actividad y su promoción. Se ha hecho una indicación sustitutiva, que mata el proyecto original, que le quita toda la fuerza", manifiesta.

Miel bajo la lupa

Los apicultores son tajantes en señalar que echan de menos una mayor regulación y sanción para quienes producen y comercializan miel adulterada con distintos productos que atentan contra sus reconocidas propiedades.

"En las autoridades de Salud, por ejemplo, necesitamos más fiscalización. Tú ves como camino a Olmué, entre otros lugares, hay venta de miel a 1600 pesos el kilo. Eso está dando claramente un indicador de que es adulterada. Ese valor ni siquiera cubre los costos de producción de un kilo. Ningún apicultor decente va a adulterar un gramo de miel", recalca Curti.

En sus años como parte de Apivalpo, el vocero comenta que ha visto modificaciones e imitaciones groseras de miel. Aspecto que les preocupa porque se vuelve una competencia desleal por su menor precio, porque genera desprestigio del concepto miel y también por eventuales inconvenientes para la salud. "En todo Chile, aunque no lo crean se han visto adulteraciones increíbles, con fructosa, azúcar, grasa, almíbares, en fin", señala el dirigente.

En cuanto a los problemas que puede tener para la salud el consumo de miel adulterada, el médico y docente de la Universidad de Valparaíso, Herman van der Stam, asegura que frente a este producto modificado no se debe distinguir entre diabéticos y quienes no lo son. La razón es que, "la miel igual es un azúcar, así que si se mezcla con fructosa, por ejemplo, igual va a subir la glicemia. Si está adulterando la miel uno no sabe exactamente con que la mezclan, puede tener incluso metales pesados, porque no se sabe de dónde vienen".

Sobre los cuidados que deben tener en particular quienes padecen de diabetes, Van der Stam, comenta que incluso deben restringir el consumo de miel sin adulteraciones. Aunque eso dependerá de cada paciente, ya que a "las personas que tienen problemas de los lípidos (les) puede aumentar los triglicéridos".

¿Cómo identificarla?

Generalmente la miel que no está adulterada tiene una tonalidad más oscura, pero como esa característica también se puede falsear, existen algunos consejos para identificar un producto modificado de uno que no lo está.

Antes de comprarla se debe leer la etiqueta, y si en la lista de ingredientes aparece el jarabe de alta fructosa o glucosa comercial, se trata de miel modificada. Además, si al adquirirla está solificada o con el paso del tiempo le ocurre esto, se trata de miel pura. Otro truco que se puede hacer, es encender un fósforo e intentar quemar un poco, si la miel se quema significa que no ha sido adulterada.