Estos son los finasangres más "mimados" de la hípica local
California Chrome es el animal del que todos hablaron hace unas semanas, el potro más caro que ha pisado suelo chileno. Pero no es necesario irse tan lejos para descubrir que, en nuestra región, también se crían buenos campeones.
Sebastián Mejías Oyaneder - La Estrella de Valparaíso
Distante de sus compañeros preparadores en el Valparaíso Sporting trabaja el mendocino, Luis Catena desde hace más de veinte años, en un acto que es propio de los que en medio de la soledad se encuentran con su pasión.
Hay una casona cerca de las pesebreras en la que, escuchando música clásica y bebiendo pausadamente uno que otro jugo de naranja, Catena observa y adiestra a los futuros animadores de las gritadas tardes de hípica en el Sporting.
Para muchos burreros y apostadores de familia, Catena está allá arriba, sin objeción, en el salón de la fama de los hipódromos chilenos, incluyendo el que tenemos aquí mismo en nuestras narices, en la avenida los Castaños, lugar del que Catena se enamoró cuando llegó y del está muy lejos de arrancar. No le gusta Santiago. Hace poco le tocó ir a correr a un regalón y volvió hasta medio enfermo, producto de la contaminación y la muchedumbre.
Antes de echar raíces en esta tierra a la que él considera tranquila, ya había tenido la oportunidad de conocerla y sentirla, en los tiempos en que fue joven y se arrancaba a las carreras, en el Sporting, en medio de los viajes que hacía con su familia. Aquí tenía también a un par de buenos amigos, Ildefonso Molina y Guillermo Castro, directores del Sporting que lo incentivaron a quedarse definitivamente, en tanto que le aseguraron colaboración para iniciarse como preparador de finasangres.
Podríamos hablar, únicamente, sobre la historia de vida de este preparador argentino, pero él mismo no se entendería si no contáramos también la historia de sus potrillos y potrancas que, en los últimos tres años, lo han llevado a disputar los más grandes premios de Chile.
Un ejemplo es Candy Sun, que se adjudicó el clásico Ricardo Lyon Grupo 1 en 2015, hijo de un potro argentino, que nada tiene que envidiarle, dicen los entendidos, a ese tan famoso California Chrome, que pisó tierras nacionales hace algunas semanas.
"Éste va a ser un fenómeno y mientras más sea la distancia, mejor", le comentó el destacado jinete argentino, Pablo Gustavo Falero, cuando se bajó de Irish Brother luego de haberlo montado en su debut. Ese mismo potro que pudo haber dado mucho más en cancha, terminó siendo - por lesión- el padre de algunos de los campeones que hoy Catena tiene cobijados en su corral 44, en el Sporting.
Revancha a la lesión
"Un buen potro está lleno de calidad, de físico, de todo. Porque vos no querés tener a los hijos de una rata. Es poco común llevar a un potro que sea una rata y más encima te dé buenos resultados", sostiene este preparador argentino que, con Irish Brother, se encontró con todo lo contrario y, justo, con aquello que se necesita para ver buenos resultados en la pista.
Corría el año 2010, cuando los dueños del stud Granadilla tenían entre sus manos a uno de los destacados animales de esa generación, Irish Brother. Luego de haberse impuesto, con facilidad, en el clásico para productos de dos años "Carlos Álvarez Condarco", sus encargados lo llevaron al Hipodrómo Chile a probar suerte. Fue ahí donde, en uno de sus entrenamientos, el potro fue víctima de una lesión irrecuperable, por lo que sus dueños un poco en desilusión, pensaron hasta en regalarlo a ver si terminaba sus días pastando en algún campo.
Pero Catena fue un poco más allá y al ver el físico de este potro con 530 kilos, se fue por un camino pedregoso. Tomando en cuenta la sangre azul de Irish Brother- que era hijo del buen padre de padrillos Hennessy- Catena insistió a sus dueños por si se arriesgaban a probarlo en la crianza.
Y los resultados están a la vista. De las tres generaciones que ha dado Irish Brother, hasta la fecha, es padre de 25 crías en edad de correr, las demás debutarán el próximo año o en 2019. Entre todos esos que están corriendo, otorgan a Irish Brother una eficiencia ganadora que supera el 60%, sin duda un lujo, dicen quienes lo conocen, mejor incluso que las experiencias traídas desde fuera.
La mayoría de los productos de Irish Brother están, hoy día, en el corral 44 del Valparaíso Sporting Club, bajo la mano apasionada del argentino Catena. Si hasta se emociona al recordar a uno de los grandes padrillos que tuvo la hípica mundial, Hyperion, de quien conoce su historia entera y cómo fue capaz de, con una estatura de rata, convertirse en leyenda conocida para los hípicos.
Varekai 16 cuerpos
Para que se vaya encontrando con los términos utilizados en este deporte de reyes, caballo es el que está castrado y cuando eso pasa, es porque le molestaban. Así estaba Varekai antes de convertirse en uno de los regalones que hoy tiene el corral 44, corriendo en la arena del Sporting y adjudicándose, con categoría, las distintas etapas de la triple corona tres años.
Lo que tiene de especial este caballo rosillo, es que no se conforma con triunfos menores y pocas cuerpadas. Cuando se ganó el Nicolás Canessa Montt, en 1400 metros, lo hizo con una autoridad que dejó boquiabiertos a una buena mayoría. 16 cuerpos sobre sus rivales, es una distancia poco común, que los hípicos de hoy día no están acostumbrados a ver.
Pero este caballo es capaz de eso y mucho más. Sus encargados creen que, a más distancia, mejor será su rendimiento en carrera. Para eso se está preparando, con su tranco largo y pesado, que lo tiene usando unas herraduras especiales. Claro que no por las herraduras gana, lo hace porque es bueno.
"Imagínate, un petizo como yo debe tener una trancada de dos metros y medio. El común de los caballos andan por los seis metros y éste debe andar por los seis y medio, siete metros de trancada", cuenta Catena, mientras me cuenta sobre las New Balance especiales, que permiten a Varekai suavizar, al menos un poco, su pisada en la arena, donde hasta el momento es crack.
De potrillo, antes de debutar en las pistas viñamarinas, Catena soñaba con que saliera fenómeno. "Bueno uno exagera, siempre, un poco porque cree y espera que se dé lo que uno dice. No pensé que iba a andar en la arena como anda, pero el tipo es un crack", afirma.
Según este eficiente preparador del Sporting, son los caballos los que dicen a su gente qué tan bueno van a salir. Un hablar con gestos, símbolos, que deben ser interpretados por toda la experiencia y conocimientos del preparador.
La promesa gringa
Rodeado de buenos veterinarios, herradores y leyéndose hasta libros sobre genética y crianza, Luis Catena se apropia de toda esa experiencia y asegura que no podemos poner todas las fichas en California Chrome, el potro norteamericano que arribó a Chile hace unas semanas.
Por cada yegua que monte, sus dueños se apropiarán de unos diez millones de pesos, una cifra de otro mundo en comparación a los demás potros que hay en los haras de Chile.
Contra Irish Brother, en cambio, es poco lo que se puede decir en desprecio de nuestro propio campeón. A juicio del mendocino, sangre por sangre, pedigree por pedigree, es mucho mejor el del potro que reside en el Haras santa Mariana, de Casablanca.
"Ahora si California Chrome tiene la capacidad de transmitir su poder corredor, va a ser un fenómeno. Pero no siempre lo transmiten. Si el potro fuera tan bueno como andan diciendo, no lo hubiesen mandado para este país y se lo quedaban ellos", cree Catena.
El problema de la genética es que son 64 cromozomas, combinados al azar. Esa última, azar, es palabra fundamental para entender que la hípica no es sólo cuestión de plata.
El dueño de Varekai, mientras tanto, se paseaba por las distintas pesebreras viendo cómo es que andaban sus regalones. "Hay que malcriarlos un poco", comenta, justo cuando daba con su mano un poco de azúcar a Sandy Bay.