Con pena e impotencia recibimos la noticia de más quemas de iglesias en el sur de nuestro país. Más allá del valor material, esto es símbolo de la incesante lucha y conflicto en la Araucanía, que al parecer está lejos de acabar.
La falta de diálogo -y aceptación de posibles soluciones- ha llevado a que muchos compatriotas no puedan dormir ni trabajar tranquilos, muchos de ellos simplemente abandonando lo que fue su oficio u hogar por años. Al final del día, nadie es feliz con la situación que se está viviendo en el lugar.
Solo mediante el encuentro se podrá lograr dar fin a este conflicto. Más que nunca el mensaje con que viene el Santo Padre debe hacernos sentido: "Mi paz les doy". Con esa fuerza debemos estar presente como Iglesia, a llevar amor donde prima la violencia. Si bien es difícil y muchas veces la rabia y el miedo nos sobrepasa, esa es nuestra fe y solo mediante la oración podremos llevarla hasta estos rincones.
Seamos nosotros quienes una vez más, al igual que en otros momentos difíciles de nuestro país, mediante el encuentro logremos sembrar la paz donde muchos creen que todo está perdido y una salvación en vida al sufrimiento de nuestros hermanos.
Niños y DD.HH.
No ha sido prioridad para la Presidenta y su Gobierno, los 1.313 niños más vulnerables de la sociedad, que fallecieron en sospechosas circunstancias, mientras se encontraban bajo la supuesta protección del Servicio Nacional de Menores, hecho reconocido oficialmente en el año 2016. Esta real violación de los DD.HH., jamás motivó a nuestra Presidenta y su Gobierno a enviar con suma urgencia un proyecto de ley destinado a proteger los DD.HH. de los niños del Sename, permitiendo investigar y castigar con altas penas de cárcel a los responsables materiales y administrativos de esas muertes. Todo lo contrario, ha protegido por omisión, particularmente a los responsables políticos de este genocidio.
Ignacio Leiva
Vocero Voces Católicas
Dr. Jaime Manuel Ojeda Torrent
PhD.Universidad Libre de Bruselas.