Mercado Puerto está "congelado"
Mientras continúa la espera por la reconstrucción, algunos locatarios perdieron la esperanza de volver.
Pasaron más de siete años desde que una gema del barrio Puerto quedó fuera de circulación, y aunque su esqueleto está casi repuesto, aún falta mucho para que el icónico Mercado Puerto vuelva en gloria y majestad.
Por ahora, se avanzan en los trabajos de restauración, pero una eventual fecha de reinauguración aún se ve lejana.
Respecto de esto, la encargada de la Dirección de Gestión Patrimonial, María José Larrondo, advirtió que la actual obra sólo considera un arreglo de la estructura arquitectónica del edificio.
"El proyecto en ejecución que está por finalizar solo realizó faenas asociadas a la estabilización estructural, esto en base al proyecto original de principios del 1900, sin considerar los servicios básicos, agua potable, alcantarillado, electricidad".
Por consiguiente, la funcionaria municipal explica que los tiempos de reapertura se irán materializando a medida que se avancen en las distintas etapas de la reconstrucción.
"Respecto a los tiempos, el hecho que el proyecto no contemplara la habitabilidad, y que requiere de nuevas obras que atrasarían la apertura, es que hemos decidido habilitarlo por etapas, una primera instancia provisoria que permita su uso en parte para evitar mantenerlo cerrado, para tener el tiempo de desarrollar un proyecto integral, colaborativo y que preste los servicios necesarios de la mejor manera".
Locatarios
Marcelo Ulloa trabajó durante toda su vida en el Mercado, vendiendo pescado en los puestos colindantes al edificio.
Hoy, está a cargo de una pilastra de frutas y verduras ubicada a unos pocos metros del Mercado.
Desde la tranquilidad de su nuevo negocio, cuenta que ya está estabilizado, y luego de tantos años, abandonó cualquier esperanza de regresar al Mercado.
"No sabemos si vamos a volver, porque ya con este puesto, para que más. Yo creo que después los arriendos van a ser más caros. Nosotros mejor nos quedamos acá, tenemos la clientela y no la queremos perder", cuenta el porteño mientras acomoda unos potes de miel.