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Esval: más de 300 mil millones en inversión

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'Gotita' y 'Grifo', las mascotas de Esval, al interior del Palacio Baburizza, ayer no dejaban de aplaudir. Tenían por qué: allí se presentó el décimo Reporte de Sustentabilidad (1 de enero al 31 de diciembre de 2016). Balance que para la sanitaria, cuya cobertura es de 99,0% en agua potable y 97% en alcantarillados, arrojó datos.

Si a Esval se lo mide por su calidad de servicio, ya le pusieron nota: 5,3 es la evaluación. No es todo. En otro ítem caliente, tienen con qué inflar pecho: 9,1% de disminución en los reclamos de sus clientes. "El 50% de los reclamos están producidos por la sensación del cliente que hay un error y no resulta serlo. Si conseguimos mantener ese 9,1% por los próximos 10 años, sería ideal", avaló José Luis Murillo, gerente general de Esval, quien además puso alerta: el cambio climático. "Estamos en un lugar complejo. Con desertificación. Tenemos que cambiar la infraestructura en que producimos agua". De allí, la inversión: 333 mil millones de pesos, en 5 años. "Nos enfrentemos a fenómenos como las turbiedades; a veces lo que baja de los ríos es (color) chocolate". Y oficinas virtuales, dejando de lado las físicas, a hoy 35 en la V Región.

Unánime: Portales tiene la pasarela más peligrosa

Vecinos alegan inseguridad y peligro. Publicidad lateral transformó a plataforma en un real callejón oscuro. Víctimas son pan de cada día.
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Guillermo Ávila N.

Una ronda de Carabineros a lo lejos disuade con su presencia los comentarios de residentes y transeúntes cargados a los dardos. "Eso es anormal. Lo normal es que aquí no haya nadie vigilando", lanza la señora Inés Duarte, mientras sigue adelante con sus bolsas de pescado, dejando atrás las escaleras.

Unas que conducen a la pasarela peatonal de Caleta Portales, sobre la avenida España. Ya arriba, la misma que se desplomó en el trágico 1 de enero de 1999 (dos mujeres muertas y 90 heridos), el letrero dice: "Pasarela peatonal sólo de tránsito. Capacidad máxima de 200 personas". Un vendedor de confites, indica: "Estoy desde las siete hasta las 18 horas. El problema se produce cuando todos se retiran: acá no hay vigilancia. Tampoco luz". Otro peatón del sector pasa con la oreja parada. No se identifica. Opina: "¡Los lanzas aquí se dan un picnic!".

¿Cruce peligroso?

Al paneo, de seis focos visibles, sólo uno enciende a lo largo de toda la estructura de hormigón y metal, plagada de afiches y basura. Así lo aseguran vendedores y residentes del lugar.

Cristopher Gonzales vive en el edificio Portal del Pacífico, a metros del cruce. "De noche es peludo. Hay que pasar con mucho cuidado". Ya a los pies de la pasarela, Camila Vásquez, vecina de Placeres y administradora del kiosco Fuen-Ezen, agrega: "A mi amiga la asaltaron allí arriba. De noche, entre medio de la pasarela, se ocultan delincuentes. No se ven".

Casi como espejo de agua, pero revestida de madera y metálico oxidado, la pasarela ubicada al lado de la Escuela Industrial Superior de Valparaíso, en Esperanza, parece boca de lobo, incluso al nublado diurno. Su fachada da muestra de cierto abandono. Así lo cree Juan Vielma, auxiliar por 27 años del liceo. "Asaltan a plena luz del día. No es confiable. Y peligrosa: se está haciendo tira la madera". Ocho pilares de madera por lado al soporte, parecen insuficientes. Samuel Molina, ciclista de Esperanza, acota mientras pasa su bici sobre la pasarela: "Peligrosa para transitar. Da cosa su estructura".