Guillermo Ávila N.
Sentada casi al final del salón, se limita a aplaudir. No recibe premio alguno. Pero está contenta. Se reclina. Sonríe.
Nilda Calderón habla fuerte y claro, desde el anonimato: tiene 83 años. Es hipertensa. También sufre de artrosis y además insuficiencia cardiaca. A pesar de ello, cada día y muy temprano, se pone en pie -en San Felipe- para vender sus productos estrellas al sabor: sopaipillas, picarones, calzones rotos y hasta empanadas que amasó de pequeña a las tradiciones de la abuela en su Putaendo natal. Pero sobrevivir con 100 lucas de la pensión asistencial... asegura que no le alcanza.
Velar por su hija Gladis Carreño (también otro hijo) y por ella misma, ha sido su escudo de lucha desde 1973, cuando un buen día su marido, "por no darle lo que tenía que darle para sus dos niños se fue hacia Argentina hasta el día de hoy". Así ella aperró tras laborar en la fábrica de los Yarur como empleada doméstica. Con lo ahorrado, su primera vivienda: una media agua ya en el Valle del Aconcagua. La vida, para doña Nilda, desliza emocionada, "ha sido siempre dura". Por eso su llamado a todos: "No hay que darle la espalda a los viejitos".
Los aplausos vuelven y retumban. Ahora Margot Vargas Pavez, de sesenta y pocos años, se levanta. Agradece. Su esposo, Julio Zapata, con el pecho que no cabe en orgullo, dispara flash al celular. "Es mi vida", acota. Más rato, doña Margot nos dirá que la noche anterior se enfermó de la guata por los nervios de la premiación. Su premiación.
Profesora jubilada desde 1997 (con 34 años en docencia), hoy integra el consejo de mayores de Senama. Además dirige la Unión Comunal de Adultos Mayores de Cartagena -donde vive- y otros voluntariados. Su máxima: ayudar al prójimo. No es todo. Saber invertir los dineros, es otra de sus preocupaciones... con respecto al adulto mayor. Lo suyo.
De allí su proyecto, desde hace dos meses, de "Podología en Cartagena"... enfocado a su segmento, uno que está sin atención debido a que en el municipio no dan abasto, reconoce.
Abuelitos pasan agosto
Y es que en el 'Día Internacional del Adulto Mayor', más de 50 adultos mayores se dieron cita ayer lunes en una actividad que convocó a la Intendencia, Senama y la Seremi de Desarrollo Social, para dar inicio al 'Mes de los Grandes'. Todo en un marco donde el 17.5% de los habitantes del país, es decir unos tres millones de chilenos, corresponde a este segmento de abuelitos. Al respecto, el intendente de Valparaíso, Gabriel Aldoney, expresó que ahora las esperanzas de vida en Chile son mayores, "y largas: con una tasa de natalidad más baja".
De acuerdo a la autoridad, vivimos un momento de reflexión en las políticas demográficas. "Cambia el paradigma de lo que ocurría hace 40 años en el país, nosotros agradecíamos el aporte de los adultos mayores... las pensiones estaban sujetas por lo que los jóvenes aportaban a los más viejos".
A hoy, según Aldoney, no existe ese paradigma: "¿Cómo generamos oportunidades para que el aporte de los adultos mayores siga presente?". Su ejemplo: "Una mujer, de más de 65 años, dio la PSU luego de trabajar en la construcción. Aprovechó la gratuidad".
¿Invisibilizados?
Miguel Órdenes Varas, de Playa Ancha, es vocero de Senama V Región. Ex ferroviario, trabajó como maquinista en EFE. "Hablamos de expectativas de vida más alta, sobre los 80 años. Mantenerse activo, clave: las pensiones no son buenas. Hay una situación cultural. Somos invisibilizados por las autoridades". Y una solicitud de Varas, al callo: "Que no nos recuerden sólo un día, ¡sino que todo el año se preocupen del adulto mayor!", acota.
Sergio Correa labora ad honorem como asesor de Senama. Su lema: "Dejar de luchar es empezar a morir". Y demandas: "Que las viudas de nuestros compañeros fallecidos se les cancele el 100%, descuento de salud para todos los pensionados y que tengamos rebaja en locomoción colectiva".