Guillermo Ávila N.
Don Víctor es un hombre de esfuerzo. De esos que madruga a diario. Un busquilla, que no concibe arrimarse al banquillo de la plaza mientras otros colegas de vida alimentan con migas a palomas al entresueño de una siesta. Hace unas semanas, en su remoto deambular por Valparaíso, y por esas casualidades pro bono, Don Víctor reveló lo que pocos saben a hoy: que a la brisa campestre, desde su recóndita casa ubicada en Chincolco, recibe su pago. "En la fecha que corresponde", desliza en la aclaratoria, mientras una dama de esas al oído largo pareciera poner un enorme signo de interrogación con sus cejas ya alzadas.
Para que se haga una idea. Según datos preliminares del último Censo, Valparaíso es la tercera región más poblada de Chile, después de la Metropolitana y del Bío Bío. De sus 1.790.219 habitantes, casi el 92% de la población es urbana y sólo el 8,4 % de la población habita en zonas rurales, como Don Víctor.
Precisamente ese último porcentaje menor puso manos a la obra a una idea que rondaba hace tiempo... pero no se concretaba. El desafío no era menor. También la estrategia para los del Instituto de Previsión Social (IPS)
Mapa regional
Así se trazó un diseño. Uno que contempla a siete rutas mapeadas por el IPS con un objetivo: llegar mensualmente a pagar las pensiones y beneficios a aquellas personas que residen fuera de las ciudades principales de la región. A raíz de eso es que, cada principio de mes -y sin falta, de acuerdo al compromiso que aseguran desde IPS- una pequeña comitiva escolta a un camión Brinks, máquina encargada de hacer los circuitos para permitir la llegada de su dinero a los habitantes. Pobladores que en su mayoría habitan en una serie de caseríos, villorrios y pequeñas comunidades, de esas que mantienen viva la tradición rural, folclórica y campestre más genuina de nuestro país.
Si se desmenuza este diseño al mapeo, en el caso de la provincia de San Antonio, sólo en la comuna de Santo Domingo, hay siete puntos de pago. Por si lo desconoce, lea con atención la hoja de ruta: comenzando en El Convento, para trasladarse a Las Salinas, luego a Bucalemu, Portales, seguir posteriormente a San Enrique y San Guillermo y concluir en Mostazal (también conocido como Bucalemu 2 o Bucalemito).
Pensionados de campo
Tal esfuerzo, permite que los 198 pensionados que viven en esos lugares tengan acceso expedito a los recursos que, en este caso, les provee el Estado.
Pero hay muchos otros sitios como éstos, sin plazas de pago cercanas, a los que el IPS igual llega. En la misma provincia de San Antonio, están Lo Abarca, Lo Zárate, El Turco, Chacarilla, Canal de la Magdalena, Cuncumén, El Asilo, El Yeco y San José.
En la de Valparaíso se cuentan La Laguna, Maitencillo, Horcón, Ventanas, Potrerillos, La Quebrada, La Canela Baja, La Canela Alta, El Rincón, Pucalán, Lo Maquis y Los Maitenes. Y en la de Petorca, la localidad homónima, que se suma a Chincolco y también Pedegua.
Juan Carlos Tapia es el director regional del IPS. Desde su cargo, resalta lo que ha sido esta faena al tema: "Este trabajo se suma al de nuestra oficina móvil, también fundamental porque recorre localidades que no cuentan con sucursal con la cercanía que quisiéramos y llega, por ejemplo, a Placilla, Laguna Verde, Papudo y Chincolco, por mencionar algunas", complementa la voz al mando de IPS local.
Lo cierto es que en cada punto de pago rural pareciera que se revela el espíritu del IPS. Al menos lo que pretenden. Un compromiso institucional que tiene como propósito no sólo acercarse a las personas que antes los veían con cierta distancia, sino de facilitarles la vida. De allí el evitar que una gran masa de adultos mayores tengan que trasladarse a las ciudades más cercanas, con los costos en dinero y tiempo que ello implicaría. Un trabajo silencioso . Por ello significativo.
Juan Carlos Tapia, vuelve y destaca este trabajo silencioso. Uno del que poco se sabe. "Es significativo. Tan importante como lo visible, pero revela tal vez mejor el compromiso social genuino nuestro con la protección social en su sentido más profundo: la población rural es mucho menos numerosa que la urbana. Importan las personas; no los números".