Defensa de Briganti alega que no hubo intención de asesinar
Ayer comenzó el juicio oral por el doble homicidio de Exequiel Borvarán y Diego Guzmán. El abogado del imputado argumenta que este disparó al aire y el proyectil habría rebotado en un cable de trolebús para alcanzar a los jóvenes.
El día de ayer tuvo lugar la primera jornada de un extenso proceso judicial que se llevará a cabo durante las próximas semanas para esclarecer los hechos ocurridos el 14 de mayo del año 2015, en el que dos jóvenes fallecieron baleados en el contexto de una marcha estudiantil.
El bullado doble homicidio que sacudió a Valparaíso hace dos años entró a una fase clave con el juicio desarrollado en la Sala 3 del tribunal porteño. Allí, Guiseppe Briganti, quien ha estado cumpliendo prisión preventiva desde hace dos años en el penal de Valparaíso, está siendo formalizado por los delitos de porte ilegal de arma, microtráfico y los homicidios de Exequiel Borvarán (18) y Diego Guzmán (24).
Reconstruyendo lo sucedido, la fiscal Mónica Arancibia relató al magistrado los hechos ocurridos aquel infame día en que Briganti salió de su casa, al frente de la plaza Victoria, para discutir con unos manifestantes que estaban haciendo rayados en su casa.
En el fragor de esa confrontación, se relata que el imputado entró a su casa, sacó una pistola de calibre 9 milímetros que mantenía en su poder de forma ilegal, para luego percutar un disparo que habría alcanzado a Exequiel y Diego, quitándoles la vida. Es por esta razón que el Ministerio Público pide una condena conjunta de más de 30 años de presidio.
"Por cada homicidio se está pidiendo una pena de 12 años, 180 días; porque entendemos que al tener un atenuante esa es la pena que corresponde en derecho. Además, por el delito de porte y tenencia de armas, que es la que utilizó para matar a las víctimas, se está pidiendo una pena de 4 años; y por el delito de microtráfico se está pidiendo una pena de 3 años", explicó la fiscal Mónica Arancibia.
¿un accidente?
La postura de la defensa se remitió netamente a desacreditar que hubiera intención de matar a los jóvenes por parte de Briganti, sino que habría tratado de intimidarlos con un disparo al aire.
"Rechazamos que mi representado, el día 14 de mayo, hubiera realizado una conducta homicida, sino que entendemos nosotros que si efectivamente él hizo un disparo, fue al aire, y que esa bala de alguna manera rebotó en alguna parte. Creemos que rebotó en unos cables que estaban al medio de la calle, y eso hizo que la bala descendiera en una trayectoria descendente e hiriera de esa manera a estas dos personas", manifestó Miguel Alfaro, abogado defensor, agregando que su tesis es que el proyectil rebotó en las "catenarias", que son definidos por el propio abogado Alfaro como "unos cables gruesos, sólidos, de cobre, que están atravesando todo a lo largo de la calle Molina".
Familias destruidas
A las afueras del tribunal, los familiares de las víctimas, quienes no asistieron al juicio, se manifestaron con un evidente discurso de desconsuelo ante la tragedia que los golpeó hace dos años.
En el caso del padre de Exequiel, Abnel Borvarán, éste manifestó sentirse muy frustrado con la forma en que se han desarrollado las cosas, apuntando que "es muy difícil llevar esa pena y esa arrogancia que tiene la defensa de no reconocer, de no pedir una disculpa. Ellos dicen que fue una desgracia, pero la verdad es que el dolor es fuerte, la frustración es fuerte. Como padres, nos llega muy hondo, es muy difícil de borrar".
Respecto del argumento de la defensa, el padre de Exequiel señaló que "eso me dio mucha rabia, impotencia, por eso me manifesté verbalmente porque considero que eso es una fantasía".
Junto a Abnel estaba Sergio Guzmán, el papá de Diego, quien recitó con voz apagada el estado de devastación en que se encuentra su familia.
"No tan solo mató a mi hijo, sino que destruyó toda una familia", dijo.
Asimismo, Sergio relativizó que tan conforme podría sentirse si Giuseppe Briganti fuera encarcelado por varios años, advirtiendo que el dolor por su pérdida no va a decaer en lo más mínimo.
"En estos momentos aquí, mi hijo se merece que alguien esté pendiente de lo que pueda pasar a la persona que cometió este delito. En realidad, si hablamos de justicia, yo creo que no hay años para que pudiéramos llamarlo justicia porque mi hijo ya no vuelve. Ustedes me pueden decir si es que estoy de acuerdo o no, pero no sé. Vuelvo a insistirles, no sé qué podría ser justicia para lo que pasó con mi hijo", dijo con la voz quebrada.
Tras casi tres horas de juicio oral, el magistrado llamó a un receso para retomar el próximo martes, día en el que se espera que el imputado haga su declaración respecto de los hechos ocurridos aquel oscuro día.

