'Beto', el último ladrido del regalón
Querido en la subida Cumming y alrededores, ayer fue la despedida del perrito en la plaza El Descanso.
Debajo de un hoyo, al costado de un árbol en plena plaza El Descanso, ayer hubo un entierro. Allí, una sentida multitud se dio cita para despedir hasta el 'paraíso canino' a uno de sus ilustres vecinos -porque eso era para ellos- del barrio, en calle Cumming.
'Beto', así se llamaba el "labrador mestizo", ese que saludaba a todos aquí desde hace 16 años como un caballero de raza que era: de mano (más bien de patita). Tras elevar su pata delantera en señal de afecto, tanto los vecinos como transeúntes no quedaban indiferentes a las gracias del cachupín que deambulaba por Elías y Atahualpa.
Un perrito vago que incluso cautivó a una artista francesa que lo inmortalizó al retrato en el frontis de un mural por la bohemia subida Cumming.
"Era muy cariñoso", lo recuerda Tomás Arriagada, quien reconoce estar bajón con el epílogo de la mascota más querendona del lugar. "Daba la manito igual que uno. Su historia de amor hace unos años salió en su diario", rememora Arriagada que resalta el carácter libre de Beto.
Y revela Arriagada: "Era un perro libre. Hace cuatro años pusimos un hostal: allí le armamos su camita... Beto dormía adentro, tenía sus cosas. Entraba y salía cuando quería". Eso de cuando junto a Andrea Montaño, administradora del Hostal Mítico, le dieron cabida.
Tragedia
La tragedia se desencadenó el pasado sábado 30 de septiembre. Día de lluvia. Carnaval Mil Tambores. Un bus, mientras transitaba por Cumming, patina al pavimento húmedo. "Yo venía llegando. Estaba al lado de la puerta con una amiga, al doblar ese bus grande de dos pisos resbala y choca justo con la puerta del hostal. Mi amiga alcanzó a saltar". No así Beto: el bus le pasó a llevar toda su anatomía trasera. "Lo llevamos a una clínica veterinaria. Estuvo convaleciente una semana". Incluso, agrega Arriagada, vinieron ex vecinos desde Santiago a darle ánimo al recordado can.
Eso hasta ayer en la mañana cuando Beto, tras dar lucha por más de una semana, inclinó su patita, la misma con que saludaba, al descanso eterno. Un paro cardiaco fue el parte final consignado desde la clínica veterinaria. Un ejemplar que, se especula, dejó al legado a dos crías en el cerro Concepción. Alejandra Fritis es vecina del sector. También está triste. Y de duelo: "Beto era muy especial: todos lo queríamos mucho".