Con extracto natural de la India detienen los síntomas en menor viñamarino con distrofia muscular
Efectos terapéuticos de la planta Andrographis paniculata, están siendo investigados y comprobados por el Dr. Enrique Brandan, científico del Centro de Envejecimiento y Regeneración, CARE Chile UC.
Sebastian Mejias - La Estrella de Valparaíso
A sus 9 años, Maximiliano Flores, de Viña del Mar, recién puede vivir y disfrutar la experiencia de andar en monopatín, jugar fútbol con sus amigos del barrio, y dar caminatas por los cerros aledaños a su casa, en compañía de Ana María Suazo, su madre. Si hasta el año pasado, el pequeño se caía entre ocho a diez veces por día y su cuerpo sufría dolores cada vez que lo vestían, este año 2017 la situación cambió. Esto, desde que comenzó a utilizar un extracto natural proveniente de la India: la Andrographis paniculata.
Esta planta, un potente antiinflamatorio que se ha empleado desde hace tres mil años en el sur de Asia, es investigado en Chile por el Dr. Enrique Brandan, científico del Centro de Envejecimiento y Regeneración, CARE Chile UC. El académico de la Universidad Católica, ha explorado sus beneficios como un potencial tratamiento para la Distrofia Muscular de Duchenne, obteniendo exitosos resultados en estudios preclínicos. Dicha enfermedad, que afecta a Maximiliano y a uno de cada 3500 varones en el mundo, se genera debido a alteraciones en un gen llamado distrofina, ocasionando debilidad muscular progresiva y diversos grados de discapacidad.
Esperanzadora etapa
Tras conocer los resultados del medicamento natural en un paciente paciente de Punta Arenas, en diciembre de 2016, la madre de Maximiliano encargó las cápsulas de Paractin a Estados Unidos, las que llegaron en seis días al país. Luego, al cabo de dos meses, el menor comenzó a mostrar mejorías en su capacidad física y fuerza muscular. "En febrero empezamos a ver los primeros cambios en su salud, y eso marcó una nueva y esperanzadora etapa para nosotros como familia. Ahora mi hijo está haciendo una vida prácticamente normal", comenta Ana María, dueña de casa de 43 años.
Hijo de Iván Flores, jardinero independiente, y hermano de Bastián, un joven de 16 años que padece autismo, Maximiliano es el más pequeño de su hogar y hoy cursa el cuarto año básico del colegio Nazareno. Para sus padres, la salud de ambos hijos ha sido tema de preocupación constante, pero afortunadamente, cada uno ha logrado importantes avances en su desarrollo y estado físico. "Con el paso de los años vimos que Bastián estaba evolucionando bien y que se habían detenido los síntomas del autismo, razón por la cual decidimos tener otro hijo, aun con el riesgo de que tuviera el mismo trastorno. Lo dejamos a la voluntad de Dios. Sin embargo, nunca esperamos un diagnóstico como el de Duchenne, enfermedad de la que no teníamos conocimiento".
Historia del viñamarino
Según recuerda Ana María, desde que Maximiliano nació y hasta los primeros meses, su postura era la de un bebé normal y trataba de sentarse. "Pero no tenía la suficiente fuerza para tomar cosas y lo notaba más débil. Sin embargo los médicos me decían que era falta de estimulación y que estaba sano. Luego pasó el año y Maximiliano no gateaba y cada vez que lo ponía de guata, se desesperaba".
Cuando cumplió dos años le costaba caminar y se caía. Sólo podía hacerlo si alguien lo tomaba, dando pequeños pasos. "Los pediatras me seguían diciendo que tenía que estimularlo más e incluso me argumentaban que había salido flojo", explica su madre.
Recién pudo andar a los dos años y medio, pero afirmándose de alguna superficie. A los tres años trataba de comunicarse, pero no balbuceaba ninguna palabra. Lo llevaron a una escuela de lenguaje y al cabo de dos semanas logró hablar. Sin embargo, al psicólogo del establecimiento le llamó la atención que Maximiliano se tambaleara tanto al caminar, razón por la cual, le recomendó a su madre dirigirse a la Teletón.
En septiembre de 2013 ingresó a este lugar en Viña del Mar. De ahí le pidieron realizar una biopsia muscular y exámenes genéticos en Santiago, luego de lo cual, le anunciaron que padecía Distrofia Muscular de Duchenne. "El diagnóstico fue más que un balde de agua fría. Lloré mucho, pero pensé que si había logrado sacar adelante a Bastián, como no iba a hacerlo con Maximiliano. A pesar de todo el mal pronóstico que me habían dado de la enfermedad", señala su madre.
Dolores musculares
El menor no siguió en Teletón por decisión de su madre, pero sí con apoyo de especialistas. No obstante, la enfermedad continuó avanzando y afectando la calidad de vida del pequeño, con efectos en su fuerza y musculatura. Se caía todos los días, padecía dolores musculares y se cansaba muchísimo al caminar. Incluso, sus resfríos eran constantes y eso le obligaba a ausentarse del colegio en muchas ocasiones. "En las mañanas le costaba mucho levantarse de la cama. Prácticamente había que masajearlo entero porque su cuerpo amanecía muy agarrotado. A veces estaba sentado y se iba para adelante porque no tenía los reflejos para agarrarse. Pisaba una pequeña piedra y se caía y eso me preocupaba, porque sus rotulas iban a colapsar", comenta Ana María.
En abril del año pasado Maximiliano cayó hincado y hacia atrás, y se golpeó la nuca en el cemento, lo que lo llevó a estar hospitalizado. Afortunadamente, se recuperó pero eso no impidió nuevas caídas. Esto, porque la enfermedad afecta a los 650 músculos que tiene el ser humano, llevando a un desgaste progresivo. De hecho, los pacientes pierden la capacidad de caminar hacia los 15 años, y luego, sufren graves daños hacia la segunda década de vida, período en el que lamentablemente, suelen fallecer.
Buscando una esperanza para su hijo, Ana María comenzó a investigar nuevas alternativas de tratamientos, más allá de los corticoides, único medicamento empleado en estos pacientes, pero que ella no quiso suministrar a su hijo por los efectos secundarios que conllevan. Así, tomó conocimiento de Paractin y se contactó con la Agrupación Duchenne, que dirige Jéssica Pérez, entidad donde la guiaron para la compra de este producto, que no se vende en Chile.
A partir de los dos meses de iniciar la toma de dos cápsulas diarias, el pequeño comenzó a manifestar cambios positivos a nivel físico. Pudo gatear por primera vez, dar volteretas, y salir a jugar largos ratos con sus amigos del barrio. "Ahora además, realiza muchas de sus actividades con mayor independencia, tales como bajarse solo de la cama, ir al baño, caminar, entre otras. Y me ha dicho: Mira mamá, mis piernas me responden y parece que este remedio me está haciendo bien", relata Ana María.
Junto a Paractin, el pequeño sigue con quinesiología, terapia ocupacional e hidroterapia, más el apoyo social y afectivo de sus compañeros de colegio y círculo cercano, que también son indispensables para su salud. Sus amigos le ayudan a llevar la mochila
Investigación chilena
A través de reportes periódicos a su mail, el Dr. Enrique Brandan, se ha ido enterando de los avances de Maximiliano, hecho que lo llena de alegría y esperanza. Esto, a pesar de que el uso terapéutico del extracto sólo ha podido ser estudiado en animales de su laboratorio. "Mi gran motivación en ciencia es conocer los fundamentos básicos de cómo funcionan las cosas. Sin embargo, si ese conocimiento te permite llevarlo a enfermedades, entonces, el trabajo es extremadamente gratificante", señala. Según explica el investigador, la acción del andrografólido, principal componente de esta planta, si bien no puede curar la enfermedad, sí contribuye a combatir un elemento esencial en este mal: la fibrosis, proceso en que las células musculares afectadas son reemplazadas por el crecimiento excesivo del tejido conectivo, llevando finalmente a la pérdida de función y muerte de las células propias del tejido.
"Desde hace muchos años estudiamos cómo poder combatir la fibrosis, con el objetivo de que el músculo se pueda contraer mejor y mejorar su función. Y así es como empezamos a buscar compuestos antiinflamatorios entre otros que idealmente no tuvieran efectos secundarios. Esto, considerando además, que la única droga sugerida por la FDA de EE.UU para Duchenne es el uso de corticoides, los que generan inhibición del crecimiento óseo y aumento de peso, etc. En el caso de este extracto natural, ya pudimos comprobar sus efectos positivos tanto in vitro como en ratones: la disminución de la fibrosis y una recuperación de la fuerza, en un 70%. Todo ello, sin generar daños secundarios", comenta el científico.
Gracias a esta investigación, en Chile ya son cuatro los pacientes que están tomando este compuesto natural. Incluso, hay personas de Guatemala, Estados Unidos, Perú y Argentina que también están probando una nueva alternativa, cuyos efectos benéficos aún deben seguir testeándose, con la esperanza de frenar lo más posible el daño muscular. (Por: Carolina Todorovic. Agencia Inés Llambías Comunicaciones).