Guillermo Ávila N.
Puede que este fin de semana de manera inexplicable más de alguien en nuestro planeta sienta un fuerte dolor de cabeza, irritabilidad, agotamiento, ansiedad o molestias físicas. ¿Posible resfrío o cuadro gripal?... agréguele otra opción. Una que viene de lejos. Desde el espacio exterior: la tormenta magnética.
Sí, cómo lo leyó. Sucede que desde ayer viernes y hasta mañana domingo 15 de octubre, de acuerdo a información proporcionada al mundo por el centro meteorológico ruso Fobos, el fenómeno, causado por la llegada de viento solar a la Tierra, podría gatillar alteraciones no sólo a nuestro planeta en su campo magnético, sino a quienes aquí habitan (en especial a los del Hemisferio Norte).
Más allá de la salud, hablamos de otras aristas. De esas que también causan preocupación. A saber, según meteórologos: ésta tormenta solar podría provocar fallos en dispositivos electrónicos y aumentar el riesgo de accidentes. Incluso afectaría a los equipos de navegación y telecomunicaciones.
Se trata de un fenómeno astronómico que se intensifica en la época cercana al equinoccio de primavera. La Agencia Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) luego de que la NASA observara una actividad de mediana intensidad el pasado lunes 4 de septiembre a las 17:33 horas de Chile, dieron luces de lo que se nos venía: una nueva temporada de alta actividad en la superficie del Sol. Es decir, la alerta por las tormentas solares. En un principio, la NASA clasificó a esta tormenta solar como de "medio nivel". Es decir, no se esperaban grandes consecuencias en la Tierra, así como a la salud de las personas, más allá de interrupciones de servicios satelitales. De hecho, compañías como VTR, por ejemplo, anunciaron que durante septiembre -y ahora octubre- el servicio "sufrirá breves periodos de interferencia (Emol)".
Astrónoma
Sin embargo, una experta en el tema, toma la palabra. Lydia Cidale, doctora en Astronomía de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y profesora visitante de la Universidad de Valparaíso por un convenio de cooperación, ahonda: "Lo que hay es una erupción moderada (las hay débiles e intensas). Se espera que genere alta probabilidad de aureolas boreales en el Hemisferio Norte (más que en el sur). -Y, ¿qué pasa con los humanos? Pregunta necesaria. La especialista, aclara: "Traer alteraciones a las personas, quizás (más en Hemisferio Norte)... aunque habría que hacer una estadística, no podría determinarlo. Lo que sí, al ser una tormenta moderada, el asunto pasa por otro lado: se altera la capa ionósfera de la Tierra que es la que se utiliza para la transmisión de señales (contribuye en la reflexión de las ondas de radio emitidas desde la superficie terrestre)... lo que altera las comunicaciones.".
Ahora, los que deben preocuparse son los astronautas. Cidale añade: "Ellos reciben las partículas en forma directa. Tendría que ser una erupción muy intensa para generar alteraciones importantes en la población". De acuerdo a la astrónoma, el Sol seguirá emitiendo hasta el final de mañana domingo partículas que quedaran atrapadas en el campo magnético terrestre.
SE afecta la comunicación
Los satélites al recibir las tormentas solares deben apagar paneles: están expuestos a la radiación y la quema. Esto, a juicio de la astrónoma Lydia Cidale, "afecta la comunicación: para transmitir se requiere antenas". Ahora, si la tormenta es muy intensa, "entonces se puede afectar la transmisión de corrientes, líneas de alta tensión, generar chispas entre uno y otro dispositivo electrónico. Pero debe ser una explosión solar muy intensa: la última así fue hace más de 30 años". dice Cidale.