El amor sale hasta por los poros en la campaña de Marcelo Díaz
El ex ministro vocero de gobierno hace campaña a diputado en familia por el distrito 7. Su mujer, Millaray Viera, lo acompaña en esta aventura. "Marcelo tiene más cuero de chancho que yo, pero ya no sufro tanto", asegura.
Apenas tres meses lleva haciendo campaña en la región el ex ministro vocero de gobierno Marcelo Díaz, y ya se ha ganado el corazón de la gente, dice.
Es que su simpleza, sencillez, cercanía y el apoyo irrestricto de su familia han hecho a este hombre recorrer las calles del distrito 7, donde postulará a diputado, con tal naturalidad que hasta le resbala el concepto de "turismo político" instaurado por algunos.
"Algunos creen que yo caí de Marte aquí; primero trabajé ocho años en la región (fue diputado por la región de Coquimbo, dos periodos); segundo, viví en esta región, en calle Errázuriz, en el cerro Los Placeres; viví en Recreo; buena parte de mi infancia la pasé en parte del distrito que aspiro a representar, por lo tanto este tema del origen de si uno nació o no nació aquí es para quienes le tienen un poquito de miedo a la competencia, y eso es lo bueno de la democracia", asegura.
Temas porteños
Su lucha va por los temas país y por que se cumplan los compromisos de la presidenta Michelle Bachelet, a quien admira profundamente, y por quien se declara "orgullosamente bacheletista", pero sabe que también Valparaíso tiene sus temas propios que requieren especial atención.
El T2, el mall Barón, el puerto o Valparaíso ciudad universitaria no le son temas ajenos, son temas de los que hay que hacerse cargo y todos pueden aportar, asegura.
"Yo creo que los porteños tienen derecho a recuperar el borde costero para el ciudadano y desde esa perspectiva a mí no me parece que la solución para brindarle un mejor borde costero a Valparaíso, sea la construcción de un mall cuando hay otras alternativas más amigables con el entorno; respecto del T2 creo que el puerto hay que ampliarlo, lo que no veo es por qué tiene que ser ahí donde se proyecta si puede ser en otro lugar aunque cueste más por qué el puerto genera riqueza y es capaz de recuperar esa inversión a largo plazo, es desarrollo del puerto no es a costa de los ciudadanos es complemetario a ellos. Valparaíso nació puerto y será puerto siempre, pero es también hoy una ciudad universitaria, cultura, turismo y patrimonio", sostuvo.
El amor
Millaray Viera es quien lo acompaña en esta aventura, pero no sólo ella, están también Celeste que es hija de ambos, la menor del clan que tiene apenas 6 meses y Julieta que es hija de Millaray y que acompañan al abogado a diario. La hija mayor de Marcelo Díaz tiene 18 años, pero vive fuera del país.
Ellos se conocieron cuando la hija de Gervasio tenía dulces 16 años en una campaña en La Serena y aunque el amor no llegó hasta varios años después ella reconoce con picardía que "igual lo encontraba mino". "En mi caso habría sido delito", dice él.
El amor fluye, hay complicidad, miradas, admiración por parte de ambos, pero el proceso en general no ha sido nada de fácil, especialmente en medio de las polémicas.
"Marcelo tiene un cuero de chancho que yo admiro, es impresionante y yo no lo tengo tanto, pero lo he mejorado con los años. Cuando fue ministro vocero, uff, pero cuando era diputado también, él peleaba en la cámara y me daban ganar de ir a pelear, pero uno se va acostumbrando con los años. Cuando lo nombraron ministro fue súper fuerte, la situación política era complicada y trataban de buscarle lo que fuera al que nombraran y como Marcelo lo tenía nada, hablaban de mi como si fuera una cosa, con un machismo terrible, como si fuera la minita de turno y me daba pena, me daba rabia, sentía que porque era político todo estaba permitido", señaló.
Ahora le da lo mismo y hasta juega con la situación, "si es mi mino de turno, pero me quedó gustando y tenemos hasta una guagua, es el turno largo", dice muerta de la risa.
La campaña
A los dos los piropean en la calle, a él lo besuquean harto y aunque ella no se queda atrás, aseguran que cuando está Celeste con ellos, la atención se va automáticamente a la guagua, lo que hace que la campaña sea más amena.
"Yo pensé que iba a ser más complicada, tenía susto que el recibimiento fuera más hostil, pero no ha sido así, quizás hemos tenido suerte, la gente nos ha recibido súper bien. En las redes sociales son más hostiles, así es que prefiero Instagram que encuentro que es una red súper noble, no así twitter que es más odiosa. Me llegan cien mensajes buena onda y uno mala onda, generalmente a esos no los respondo, pero cuando hay algo que me llama la atención, respondo, creo que tengo el derecho de hacerlo", señala enfática.
Son 16 años de diferencia y cuando vino el flechazo nadie se opuso, "mi mamá ya estaba curtida, me había casado, estaba separada y ya tenía una hija. En el caso de Marcelo, menos, su mamá era fan de mi papá y fue como '¡No puedo creer que mi hijo esté con la hija de mi ídolo', tenía el camino pavimentado", dijo entre carcajadas.